Luego de una gran temporada, en la que alcanzó las semifinales de UEFA Champions League y se alzó con el título de la Ligue 1, todo hacía suponer que esta no sería una campaña tranquila para el Mónaco, especialmente si se toma en cuenta el increíble éxodo de figuras que sufrió el equipo comandado por Leonardo Jardim, ya que muchos de los jugadores que fueron claves durante la temporada pasada decidieron continuar su carrera en otros clubes.
Bernardo Silva y Benjamin Mendy tomaron un avión a Manchester para vestir la camiseta del City, bajo las órdenes de 'Pep' Guardiola; Tiemoue Bakayoko se unió al Chelsea para hacer dupla con N'Golo Kante; Kylian Mbappé se fue a formar el 'tridente' que deslumbra a todo el mundo en estos momentos, la 'MCN', junto a Neymar y Edinson Cavani, en el proyecto futbolístico del PSG, comandado por Unai Emery.
Incluso Radamel Falcao García Zárate, hoy emblema y referente de esta plantilla, estuvo a punto de abandonar el club ante la masiva ida de compañeros. El delantero colombiano llegó a mantener un diálogo para regresar al club que lo vio nacer futbolísticamente, el River Plate, de Argentina, algo que finalmente no prosperó.
Algunos nombres, como Stevan Jovetic y Keita Baldé, llegaron para reforzar al equipo y cubrir esas bajas, pero deberán adaptarse a un equipo que necesita reconstruirse rápidamente para mantener el nivel que supo alcanzar en la última temporada y que le valió un nombre en Europa. Con el título en la pasada edición de Ligue 1, el Mónaco se ganó su lugar en la presente UEFA Champions League, donde el calendario marcaba que su debut sería ante otro de los clubes sorpresa de Europa, el Red Bull Leipzig.
Los dos equipos saltaron al campo de juego pensando más en cuidar la portería propia que atacar al rival. De esta forma, se dio un partido en el que escasearon las ocasiones de gol, esas oportunidades claras que son tan necesarias para tener a un claro dominador. Si bien el Leipzig, local en esta oportunidad, se mostraba un poco más agresivo en la ofensiva por obligación propia, intentando presionar la salida del Mónaco para recuperar rápidamente el balón en los metros iniciales de un equipo francés que se sentía cómodo mientras cedía el protagonismo a los alemanes para lastimar de contragolpe, una táctica que ha sabido utilizar en los últimos encuentros.
Apenas una ocasión clara hubo para cada equipo durante la primera media hora de juego, con un remate de Falcao que se perdió por escasos centímetros, y una ocasión de Youssef Poulsen que corrió la misma suerte. Sólo tres minutos después, un despeje de Marcel Halstenberg desde su propio campo le cayó a Emil Fosberg, y el sueco, de frente a Diego Benaglio, no falló, colocando así arriba en el marcador al Red Bull Leipzig.
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Sin embargo, esa ventaja duró poco. Literalmente, ya que en el minuto 35 apareció Diakhaby para enviar un preciso pase a Tielemans, que luego del despeje de su primer remate, aseguró en el segundo intento. La vorágine en la que cayó el partido logró romper un poco tanta estructura, dándole un poco más de dinámica al juego durante los últimos minutos de la primera mitad, algo que no ocurrió en el segundo tiempo, cuando todo volvió a estancarse.
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Poco hubo para anotar del segundo tiempo, finalizando así en un 1-1 que no conformará a ninguno de los dos, ya que difícilmente sea lo que esperaban en la previa, o a lo que apuntaban como resultado. Mónaco volverá a disputar la UEFA Champions League el próximo 26 de septiembre, cuando reciba en el Stade Louis II al Porto, de Portugal.