Nueva temporada en el Giuseppe Meazza y la afición se ha marchado una vez terminado el encuentro con sensaciones parecidas a las del curso pasado, eso sí, con la importante diferencia que esta vez pudieron saborear los primeros tres puntos de la temporada. Pero la victoria del Inter no debe esconder las carencias que sigue luciendo el equipo nerazzurro, que saltó al inicio de la Serie A con un solo fichaje de todos los que ha realizado el Inter. Walter Mazzarri debutó en su nuevo estadio aportando al once a Hugo Campagnaro, que se lo trajo consigo del Napoli, y apostando por la base que dejó Andrea Stramaccioni, la misma que no pudo clasificar al Inter a las competiciones europeas de esta temporada.

Mientras que el Genoa fue todo lo contrario. Varios fichajes debutaron con el equipo ligur en esta temporada, como son los casos de Gilardino, Lodi o Vrsaljko y probablemente fueran los tres jugadores más destacados de los que dispuso Liverani. Gilardino nunca se esconde, al contrario, disfruta siendo protagonista del juego de sus equipos, da igual la categoría del mismo. En Milán ha bajado casi todos los balones que le enviaban desde el centro del campo para dar ventaja a los llegadores rossoblu, como Bertolacci, al que recriminó falta de actitud cuando le dejó en bandeja con el pecho un balón delante de Handanovic, que pudo significar el 0-1.

En general, el Genoa tampoco mereció la victoria. Le costó muchísimo hacer daño a un inocente Inter, que si bien no sabía atacar al Genoa, sí que se mostró seguro en defensa. La pregunta es si estuvo seguro por méritos propios o por incapacidad visitante, seguramente más lo segundo. En la construcción el Inter se mostró inoperante. Mazzarri necesita establecer un estilo de juego definido desde ya basado en las características de sus jugadores. A éstos les cuesta un infierno atacar en estático, con el balón en los pies y el rival organizado. Unos diez minutos iniciales de fuerza y ganas y una gran jugada de precisión unos minutos después de que Mauro Icardi debutase. Poco más en todo el partido.

De hecho, el gol del Inter llegó en una jugada con bastante fortuna. El Genoa, encerrado en su área, permitió la llegada por banda de Jonathan, libre de marca. El brasileño puso el centro con la suerte de que rebotó en un jugador genovés y la parábola que diseñó el balón superó a Perin y permitió a Nagatomo empujarlo en la línea de gol. Ese tanto dio al menos tranquilidad al juego de los de Mazzarri. Aligeró la carga que sentían los jugadores de tener que ganar el primer encuentro y se soltaron algo los nervios. Álvarez no apareció creativamente hablando, pero sí trabajó como nunca robando balones en el centro del campo, sobre todo cuando pasó a ser un interior tras la salida de Kuzmanovic. Icardi no aportó demasiado, pero tuvo tres balones de gol con muy poco. Mientras, la entrada de Kovacic dio más pelota al Inter y por lo tanto menos tensión en defensa en los últimos minutos.

Cuando el tiempo expiraba y el Genoa ya se daba por vencido, llegó el segundo gol local. Manfredini, correctísimo en todo el partido, rompió el fuera de juego y habilitó a Palacio para que éste aprovechara la precisa asistencia de Guarín para batir a Perin. El 2-0 finiquitó la primera victoria del Inter de Mazzarri, al que todavía le queda mucho trabajo por delante para conseguir convertir a su equipo en un aspirante al título.

-Foto: AFP.