Con aplomo, garra, insistencia y garantías se plantó el Nápoles en San Siro. Los primeros minutos fueron el paradigma de la constancia y la intensidad para el equipo de Rafa Benítez. El Nápoles gozó de hasta cinco ocasiones para haberse adelantado en el marcador, hecho que se produciría en el minuto seis, cuando Albiol dejó muerta en el área pequeña una gran falta botada por Callejón que Britos se encargó de enviar a las mallas. El Nápoles siguió con insistencia presionando arriba y mordiendo en la salida de balón de un inoperante Milan. El contexto era magnífico para los 'azzurri', que no sufrían y buscaban constantemente hacer el segundo, el de la tranquilidad.

Tras los momentos de más acoso visitante, el Nápoles decidió dar un ligero paso hacia atrás y conceder metros al Milan para tratar de gestionar la victoria desde ahí. Error. El Milan se envalentonó y fue mejorando con el paso de los minutos pese a que el equipo distaba mucho del once tipo. Baltelli avisó de lo que estaba por venir con un disparo que atajó Reina. Birsa y Matri también aportaron en la parcela ofensiva de un Milan que dispuso de varias ocasiones más en la primera mitad. El Nápoles, sin un especialista en el centro del campo que estabilizara el partido, salía a la contra con peligro, pero sin su principal arma en ese tipo de aspecto a pleno rendimiento, Marek Hamsik. 

Los de Allegri acabaron el primer tiempo volcados en ataque, aunque el Nápoles no sufría gracias a las buenas actuaciones de Albiol, Britos y Mesto en defensa. Balotelli, el más peligroso de los 'rossoneri' en la primera mitad, sería el que llevaría a la locura a la zaga napolitana en una seguna mitad que arrancó con un error (el único) de Reina en una falta que propició un mal remate de Mexès en el área pequeña. Casi de forma inmediata a esa jugada, un error de Abbiati en un fuerte disparo de Higuaín desde fuera del área, se convirtió en el segundo de la noche. Premio para el argentino, que había sudado mucho hastaz entonces, trabajando bien en la parcela más adelantada. 

El segundo gol motivó el inicio del, posiblemente, mejor partido de Balotelli desde que viste la elástica milanista. Echándose al equipo a las espaldas, el palermitano estuvo en todas las acciones que superaban el círculo central. Retrasando unos metros su posición, ayudaba en la salida de balón y acompañaba la jugada para finalizarla posteriormente. En el minuto 60, el propio Balotelli fue objeto de penalti mientras recibía de espaldas. Paradójicamente, el día de su mejor encuentro tuvo que coincidir con el día en el que falló su primer penalti. 26 lanzamientos después, Pepe Reina se convirtió en el único portero capaz de detener la trayectoria del balón hacia la portería. 

Como si nada hubiera pasado, Balotelli siguió fabricando peligro de jugadas donde apenas se podía sacar ventaja, y Pepe Reina continuó desesperando al delantero. La pasividad ofensiva de Muntari, Birsa o matri en la segunda mitad le costó caro al Milan, que no fue capaz de inaugurar el marcador hasta pasado el minuto 90, con un latigazo soberbio de Balotelli que se introdujo en la escuadra de la portería de Reina. Sin tiempo para seguir, al Nápoles le acabó bastando la renta para imponerse en San Siro 23 años después y seguir opositando al título. El partidazo de Mario se cerró de la forma más negra posible, expulsado tras protestar al árbitro otro posible penalti. Será difícil cambiar a este chico.

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