Lleva un 2014 la Juventus impoluto al cien por cien. Lo ha ganado todo, también parte de los últimos partidos del año anterior y su superioridad estaba siendo aplastante sobre todos los rivales, a los que goleaba incluso sin casi inmutarse.

Pero la Sampdoria estaba siendo en estas últimas temporadas el adversario más complicado al que se enfrentaba la Juventus. El curso pasado, los genoveses ganaron ambos encuentros a la Vecchia Signora y en la primera jornada de esta temporada, un único tanto de Pogba en los últimos minutos dio el primer triunfo a la Juve, una victoria muy sufrida.

En el partido ante los dorianos, se pudo constatar como la Juventus, juega cuando quiere sin tener que forzar mucho la maquinaria. Pero en cuanto se relajan una pizca y se sienten amenazados, es cuando el león vuelve a rugir con fuerza para dejar claro quien es el rey de la selva italiana.

Pero el léon estuvo muy cerca de ser enjaulado por el domador Gabbiadini, que quiso dar también su candidatura para futuro delantero de la Signora, como ya lo hizo Berardi la pasada semana ante el Milan. El líder además de ser intratable por los campos del país de la bota, también se muestra contundente en el mercado, controlando a los jóvenes valores italianos, que un día desbancarán a los mayores, contrastados.

Gabbiadini, que suma seis goles con el anotado ayer, se convirtió en la pesadilla de la zaga juventina, mermada en el último calentamiento, de la participación de Bonucci, que con problemas físicos no pudo hacer acto de presencia. En su lugar entró Ogbonna, al que todavía le cuesta adaptarse al esquema y más, teniendo en cuenta que no dispone de todos los minutos necesarios para acoplarse.

Volviendo al bueno de Manolo, el joven delantero italiano apareció como un cohete en la segunda mitad, para hacer lucir a Gianluigi Buffon, que o bien no tiene apenas trabajo normalmente, o le dan la noche en forma de trabajo extra y ayer el número uno de la Juve, encajó dos goles, pero pudieron ser más si sus salvadores guantes no hubieran aparecido en los peores momentos para la Juve.

Sin querer pensar en el partido decisivo del martes en Roma, por el pase a las semifinales de la Coppa, Conte sacó a sus mejores hombres, con la excepción del lesionado Bonucci y de Andrea Pirlo, al que le tocaba descansar en la política de rotaciones del técnico juventino, con sus hombres de la medular.

La Juve se marchó al descanso con ventaja clara de 3-1, con un protagonista, Arturo Vidal. El chileno, se encargó de anotar dos goles, que se elevan a su cuenta particular de 10, consiguiendo igualar su mejor registro goleador en el campeonato, con toda la segunda vuelta por disputarse todavía.

A los 18 minutos, con una genialidad de las suyas, desvió dentro del área con el exterior, una asistencia de Pogba, que rompió la zaga doriana. El Rey Arturo como en las grandes ocasiones volvía a aparecer. La Juve fue a por faena, y seis minutos después, Llorente remataba de cabeza, un lanzamiento de corner para poner el segundo en el luminoso. Octavo gol del español en el campeonato, que contínua demostrando que está de dulce con el gol.

Con el 2-0, la Juve se relajó. Gabbiadini avisó a Buffon con un latigazo que el portero italiano se encargó de desbaratar, como también hizo con un disparo a traición de Mustafi, que sacó con las piernas. Tevez dio la réplica con un remate potente al palo, pero apareció Gabbiadini a los 38 minutos, para centrar desde la izquierda del área juventina, con la mala fortuna de que apareciera Barzagli para desviar a su propia red el balón.

Con la Samp casi celebrando el gol y metida en el partido nuevamente, la Juve pisó el acelerador nuevamente y en el minuto 41, Arturo Vidal era derribado por Regini dentro del área. Tras "negociarlo" con Tevez, el chileno lanza desde los once metros y no perdona ante Da Costa.

En la segunda parte, Llorente tuvo la oportunidad de hacer el cuarto en un mano a mano ante el guardameta doriano, pero su remate se marchó desviado. Los de Mihailovic empezaron a crear peligro al área de Buffon, espoleados por la nueva relajación de la Juve, que se veía con el partido ganado y sentenciado.

Pero apareció la figura de Gabbiadini, que emulando los fantasmas del pasado, hizo temblar los cimientos del Juventus Stadium. A los 61 minutos, un centro suyo, fue rematado al larguero por De Silvestri, previo paso por los guantes del que se convertiria en el otro gran protagonista, Gianluigi Buffon.

A los 69 minutos, saltaron todas las alarmas. Nueva parada milagrosa de Buffon a remate de Regini, pero Gabbiadini muy atento al rechace y totalmente solo se encargaba de colocar el 3-2 en el marcador. Pocos minutos después, un mísil del héroe visitante, hizo temblar nuevamente el larguero de Buffon (el tercero).

Fue entonces, cuando apareció por Pogba, que de mísiles sabe mucho, para cerrar el partido con un zapatazo desde la frontal, imposible para Da Costa. Al final, victoria juventina, que se convierte en la 12ª consecutiva y que permite al equipo de Conte mantener la distancia de ocho puntos con la Roma.

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