El encuentro comenzó con dominio de balón del conjunto milanés que estaba tocando en campo contrario, y que estaba buscando la combinación por dentro entre líneas, ante una Juventus que se mantenía replegada en su campo y que sufría la gran presión inicial de los visitantes. Después de unos minutos, el equipo de Allegri se hizo con el control del balón, y ambos conjuntos fueron alternando tramos de posesiones largas y ataques posicionales, aunque eran los locales los que más espacios estaban encontrando en una defensa rival que no estaba recibiendo las ayudas de las líneas de ataque. El Inter intentaba controlar a su rival a base de rebajar la intensidad con el balón, pero este le estaba realizando una gran presión en el centro del campo asfixiando al jugador que tenía el balón, con varios efectivos.

Dominio alterno de posesiones largas

Después de los primeros minutos, el equipo neroazzurro consiguió instalarse en terreno de juego del contrincante, a base de enlazar un par de posesiones largas con una circulación bastante lenta. La Juventus por su parte, se mantenía replegada en su campo, y cuando recuperaba el esférico trataba de asentarse en campo rival y establecer un dominio a base de tocar para crear espacios por los que poder desequilibrar. Ninguno de los dos se estaba imponiendo con claridad, pues ambos equipos estaban teniendo fases de ataque posicional y de algunas salidas en transición rápida. El nivel de intensidad estaba siendo muy alto, a pesar de que el juego no estaba siendo excesivamente veloz. El combinado bianconero estaba jugando con un 4-2-3-1, pues Pogba y Khedira se quedaban en la zona de la salida de balón formando un doble pivote, y Mandzukic estaba retrasando la posición en numerosas ocasiones, pasando a acompañar a Alex Sandro y a Hernanes.

En los últimos minutos del primer tiempo, el ritmo de intensidad bajó bastante, y el cuadro juventino controló más el encuentro teniendo la redonda, mientras que el conjunto dirigido por Roberto Mancini se estaba replegando más, aunque no estaba saliendo en transición rápida, pues cuando la recuperaba seguía optando por buscar espacios realizando ataques posicionales. Con la lesión de Giorgio Chiellini, Allegri se vio obligado a cambiar el sistema, ya que introdujo a Rugani en el lugar de un jugador que estaba actuando de lateral izquierdo, y por ello, optó por retrasar la posición de Alex Sandro y cambiar el sistema del equipo al 5-2-2-1, pasando Mandzukic a jugar escorado a una banda renunciando a un mediapunta. Pasados unos minutos, el encuentro recuperó la intensidad, aunque perdió bastante en cuanto fútbol, por los continuos choques y faltas que se cometían. Además de ello, ninguno de los dos estaba teniendo fluidez en su juego, las jugadas estaban siendo muy atropelladas y apenas había talento creativo en ellas.

Gol y control del conjunto bianconero frente a un Inter sin recursos

El 1-0 llegó por medio de Leonardo Bonucci que batió a Handanovic tras rematar un mal despeje de D'Ambrosio que se convirtió en un centro medido. Tras el gol, el equipo local siguió dominando la pelota instalado en campo rival, mientras que el Inter se mantenía agrupado en defensa, aguantando el arreón inicial de la Juventus. Después de unos minutos, el conjunto dirigido por Mancini adelantó las líneas y empezó a tener más tramos de posesión en el medio. El cuadro bianconero, seguía controlando el encuentro, pero estaba teniendo muchas más dificultades para llegar al área rival, pues no estaba consiguiendo superar las líneas de presión del conjunto neroazzurro que estaba recuperando bastantes balones en el segundo cuarto de campo. El combinado dirigido por Massimiliano Allegri estaba presionando en la salida del esférico del conjunto rival, aunque este tampoco estaba consiguiendo realizar grandes progresos con el balón. Con el cuero en campo contrario, el combinado milanés estaba teniendo muchas carencias para crear el juego ante la falta de efectivos que dieran opciones de pase.

Después de los minutos iniciales, el Inter fue ganando metros poco a poco con el balón, y con el paso de los minutos, la Juventus fue juntando líneas y retrasándolas optando más por jugar al contraataque, pero en esos momentos estaba consiguiendo mantener la pelota alejada de su portería, y a base de una buena presión sobre el jugador que tenía el cuero, estaba consiguiendo mantenerlo en campo contrario con pocos efectivos. Después de unos minutos, el equipo visitante encontró muchas dificultades para salir de su campo sacándola por la banda izquierda. Con la redonda en campo rival, no estaba consiguiendo crear peligro jugando por dentro, aunque tampoco abriendo a los costados. Los locales, por su parte, estaban realizando una gran labor de recuperación por todo el campo, a base de un desgaste físico brutal con el que estaba frenando cada intento de su rival que echaba en falta a un jugador que le de claridad en el último pase entre líneas.

En los últimos minutos de juego, el Inter siguió volcando el juego sobre el campo de la Juve, y afianzó su dominio a base de recuperar balones en el tercer cuarto de campo, aunque no estaba llevando peligro en sus ataques centrando balones al área que le volvían al lateral del lado contrario con el efecto “rebote”. El 2-0 llegó por medio de Álvaro Morata que engañó a Handanovic desde los once metros. Después del segundo tanto, el combinado turinés recuperó el dominio de la pelota, y controló el partido mucho más cómodo, ante un Inter bastante impotente que a pesar de las circunstancias, no bajaba los brazos, aunque es verdad que le empezaban a pesar mucho más las piernas. La cadencia de intensidad no bajó demasiado, aunque es cierto que el juego estaba siendo algo más lento pese a que los de Mancini estaban llegando a la portería rival con bastante claridad. Los últimos segundos fueron de balones largos sin destinatario a campo de los locales que se defendía a base de garra y pundonor.