Italia y Escocia llegaban a este encuentro amistoso después de enfrentarse en sendos amistosos a Alemania y a Dinamarca, resolviéndose el encuentro de la selección transalpina con una sonada derrota por 4-1, mientras que la selección que hoy ha actuado de visitante, viene de derrotar a Dinamarca. Este amistoso ha sido el primero de una típica serie de dos amistosos que se celebran antes de un gran torneo internacional. 

Dominio de los locales que fueron de más a menos

El encuentro comenzó con dominio de balón de la azzurra que estaba intentando llegar al área rival a base de tocar, y de cultivar las jugadas con paciencia, pero a pesar de la paciencia que estaban empleando no estaban creando desequilibrio, ni combinando por el centro, ni abriendo el juego hacia los costados, donde Candreva y Florenzi estaban acudiendo con asiduidad para centrar balones al área. El ritmo de intensidad estaba siendo muy bajo, y el conjunto británico se seguía replegando en su campo tejiendo una pegajosa tela de araña que estaba atascando el juego local, cada vez que entraba en contacto con la redonda. 

Después de los primeros minutos de juego, el control siguió siendo de los italianos, a pesar de que perdieron bastante continuidad en ataque, pues pasaba mucho tiempo entre una ofensiva y otra, además de que ya no creaba desequilibrio alguno. Pasaban los minutos, y el conjunto escocés se seguía replegando en su campo, y continuaba renunciando a la posesión del balón, y prácticamente renunciaba a salir al ataque, ni siquiera buscaba a su atcante con balones largos cuando retomaba la posesión de la redonda.

Tras unos minutos, el combinado nacional de Escocia tuvo mucha más ocasión de coger aire por medio de la posesión, que tenía el cuero en terreno de juego propio, y que fruto de ello, conseguía frenar el ritmo de dominio del equipo transalpino, que tenía muchas más dificultades para llegar al área contraria cómodo. Los últimos segundos del primer tiempo, fueron de una escasa fluidez para los locales, a los cuales se les empañaba la vista conforme se iban acercando al área contraria, especialmente por el costado izquierdo por el que Candreva aparecía adquiriendo protagonismo por el costado actuando como carrilero en algunos tramos en el 3-5-2 del conjunto local.

Gol y retroceso de las líneas de presión

El 1-0 llegó por medio de Grazianno Pellè, que batió al guardameta Marshall con un disparo de media distancia que entró por abajo. Tras el gol, el encuentro continuó con un ritmo muy bajo de intensidad, aunque fue la escuadra azzurra la que siguió llevando el mando del enfrentamiento, a pesar de que ya no basaba el partido en sus fases de ataque posicional, sino que lo hacía más sobre el repliegue en defensa, los balones largos a los atacantes, y las salidas en transición rápida por los dos lados. Pese a ello, siguió realizando muchas fases de posesión larga con las que estaba durmiendo aún más el encuentro, rebajando el nível de intensidad.

Después de unos minutos, el conjunto transalpino siguió manejando el encuentro, aunque tuvo algún tipo de dificultad para defender al ceder tanto la posesión del esférico a un contrincante que apenas gozó de una ocasión tras recuperar el balón, después de un error en la salida del balón de los italianos. Tras un tiempo, el encuentro bajó aún más en intensidad, y el combinado todavía dirigido por Antonio Conte recuperó las riendas del partido, y continuó dominando el juego, a base de circular la redonda con mucha lentitud, frente a una selección escocesa que se mantenía agazapada en su campo, y que seguía frenando el ritmo de dominio de Italia, que apenas consiguió crear ocasiones en los instantes finales.

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Sobre el autor
Tarek Guerrero
Redactor de fútbol inglés en VAVEL España.