Los propios jugadores lo confirmaron: La derrota ante Croacia dolió, y mucho, pero el ambiente en el seno de la concentración del combinado nacional español no puede ser mejor. 

Y es que, antes del fatídico día en el que Perisic se vistió de Messi y puso en jaque la participación de España en la Eurocopa, mandándola al lado de eliminatorias en la que están, entre otras, Inglaterra, Francia, Italia y Alemania, la selección de Del Bosque había mostrado que es una de las favoritas al título. Probablemente, antes de la tercera jornada, la máxima favorita. 

Una victoria poco lucida, y sí muy sufrida, ante la República Checa y el aplastamiento a Turquía dejaron ver a un grupo de jugadores que sabe a lo que juega, conoce sus virtudes y defectos y enfoca los encuentros a partir de ellos. El problema es que Croacia planteó algo a lo que no se habían enfrentado hasta ese momento y, sumado al mal partido de piezas clave como De Gea, Ramos o Iniesta, los de Ante Cacic endosaron un auténtico repaso a los actuales campeones. 

Foto: UEFA
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La presión alta de los croatas sobre la salida de balón española cortocircuitó el fútbol de los de Del Bosque, hecho que propició errores y regalos al rival en zonas comprometidas. Busquets bajaba a recibir entre centrales, Ramos no se abría suficiente como para crear ventajas y el espacio del centro del campo que dejaba el del Barça no era ocupado por Cesc o Iniesta. Resultado: pérdidas constantes y excesivo espacio en la zona ocupada por Rakitic. 

De España, para el partido ante Italia, se espera que domine. Los de Conte se caracterizan por ser un equipo de perfil bajo, por lo que lo más probable es que el partido que enfrente el combinado nacional español sea parecido al que ya jugó ante la República Checa pero ante mejores jugadores. 

Sistema flexible con balón

Del Bosque no cambiará ninguna pieza respecto al tropiezo ante Croacia, que a pesar de no ser el resultado esperado, también dejó espacio al optimismo. La sociedad Cesc-Silva, que hasta ahora no existía por incomparecencia del jugador del Chelsea, provocó un auténtico terremoto en Croacia. De la movilidad de los Silva-Iniesta-Cesc dependerá la creación de espacios en la defensa italiana, habituada a jugar en este tipo de condiciones que, de hecho, son las que mejor le van a sus jugadores. 

Pero para que el balón llegue a los 3 encargados del juego español, la salida de pelota deberá ser infinitamente superior a la que se vio en el tercer partido de la fase de grupos. Empezando por De Gea, que deberá mostrarse mucho más acertado con el balón en los pies, atreviéndose a jugar y a arriesgar, y siguiendo por un Sergio Ramos que no debe adquirir más protagonismo del que le toca. No es él quién debe sacar jugada la pelota, sino Busquets o, en cualquier caso, Piqué. El de Camas debe abrirse a banda y darle fluidez a la pelota. Todos los toques que dé de más, sobran. Evidentemente, y como ya se ha comentado, el espacio que deje Busquets en el centro del campo debe ser ocupado por uno de los tres centrocampistas atacantes. El más adecuado para esta función, a pesar de que los tres lo harían de maravilla, es Cesc Fàbregas. El de Arenys debe retrasar su posición y ser el jugador que reciba el pase de Busquets para luego distribuir, o bien a los laterales, o bien a Iniesta, Silva y Nolito. 

Foto: UEFA
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La participación del atacante del Celta se antoja primordial. De su uno contra uno y la atracción que eso conlleve a los defensores, saldrán los espacios en el lado de Silva. Y el canario, con espacios, es letal. Fundamental para España que Nolito busque el desborde pero no se obsesione, que sepa hacer mover al rival y, por encima de todo, dejar su banda a Jordi Alba. El catalán se está incorporando bien y con peligro, siendo un baluarte ofensivo a la hora de encontrar espacios en las defensas rivales. 

La movilidad de Morata será determinante. El exjugador de la Juventus se enfrenta a sus compañeros, Chiellini, Barzagli y Bonucci, por lo que conoce sus características y debería saber aprovechar sus flaquezas. Sacar de sitio a cualquiera de los 3 juventinos puede provocar un altibajo en el sistema defensivo italiano. Los de Conte contarán con las ayudas defensivas de Florenzi y Darmian, ambos laterales por naturaleza. 

Foto: UEFA
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Pero nada de esto valdrá si el mago de Fuentealbilla no abre el tarro de las esencias. Andrés Iniesta deslumbró a Europa ante República Checa y Turquía, pero naufragó contra Croacia. Él es el jugador clave. El encargado de orquestrar el ataque español. Por sus botas deben pasar todas las jugadas de ataque españolas. El manchego supera líneas con un regate, asiste, acelera o calma el juego según convenga y, sobre todo, provoca esa sensación constante de que algo puede ocurrir si lleva pegado el balón a sus botas. 

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Sobre el autor
Adrià Jiménez Muñoz
Periodista nacido en Barcelona el año 1993. Tras pasar por Mundo Deportivo, L'Esportiu de Catalunya, RAC1 y Dicen, aterrizo en VAVEL para escribir sobre la selección española y la Premier League. Con ganas de contar historias