El Nápoles comienza la temporada, como se dice comúnmente, pegándose un tiro en el pie. Son estos partidos los que la afición recuerda cuando la Liga se escapa en las últimas jornadas y ya no hay capacidad de volver atrás. Es cierto que es casi pretemporada, que los conceptos tácticos aún están por engrasar, pero el partido de hoy ha decepcionado a los ‘tifosi’ napolitanos y ha ilusionado casi con la victoria, la cual han rozado casi con los dedos, a la recién ascendida afición del Pescara.

Oddo contra Sarri, una gran batalla en los banquillos

El Pescara, un recién ascendido que se ha reforzado bien, formaba con el veterano guardameta Albano Bizzarri, y con refuerzos como Biraghi, ex del Granada, los ex palermitanos Brugman y Cristante, o jugadores amenazando la meta de Reina como Memushaj o Caprari, enrolados en un sistema 4-3-2-1.

El Nápoles, muy reconocible con el de la temporada pasada, salió de inicio con un 4-3-3. En el primer once de Serie A de la temporada, Gabbiadini ocupó el antiguo rol de Higuaín por delante de Milik. A su lado, jugadores tan fundamentales para este club como Callejón, Insigne, Hamsik, Allan o Hysaj.

Un inicio lejos de lo esperado

Cosas del verano, o de la pretemporada, pero el Pescara salió mucho más enchufado al partido que el Nápoles. Hamsik tuvo una ocasión nada más comenzar, pero el primer golpe lo asestó Benali, de vaselina, sorprendiendo a Pepe Reina tras un desajuste defensivo de los visitantes.

El Nápoles espabiló levemente. Insigne, Valdifiori, Ghoulam… merodeaban por los dominios de Bizzarri, que no necesitaba hacer intervención alguna para lograr que su equipo continuase por delante en el marcador. Cuando parecía que en cualquier llegada el Nápoles podía empatar, la brecha se amplió gracias a Francesco Zampano. Otro balón a la espalda de la zaga napolitana se convirtió en un caos imposible de despejar y de solucionar, que acabó en gol y en desastre.

Sarri dio con la tecla

Antes del descanso Albiol pudo reducir distancias, pero no fue así, por lo que la remontada pasaba directamente por la cabeza y la pizarra de Maurizio Sarri. El entrenador del Nápoles dio entrada al extremo belga Dries Mertens y al polaco Arkadiusz, por Gabbiadini e Insigne.

Dicho y hecho, el belga anotó tras solo siete minutos el tanto que recortaba distancias. Recibió una pelota en el borde del área, se deshizo de varios rivales con apenas un movimiento con el cuerpo, y la colocó en la meta de Bizzarri. Sin tiempo para reaccionar, tras un centro raso la defensa biancoazzurri no acertó a despejar, y allí estaba, otra vez, Dries Mertens, para empatar el partido solo diez minutos después de haber saltado al campo.

El Pescara pudo perder su premio al final del partido

Con el Nápoles en pleno crecimiento, el Pescara temió perder el punto que en esos momentos parecía un botín increíble para un recién ascendido. Fue Bizzarri el que guardó aquel punto para los suyos. Milik dispuso de una ocasión clarísima para decantar la balanza por completo, pero el veterano guardameta quiso preservar el punto en el casillero del Pescara.

Con este punto, de diferente sabor para ambos, se estrenan en la Serie A 16/17 un recién ascendido, con el objetivo de la permanencia (más aún tras los descensos de los tres ascendidos en la campaña pasada, Frosinone, Hellas Verona y Carpi) y el Nápoles, que sin ninguna duda, debe aspirar de inicio al ‘scudetto’ (ya habrá momento de rebajar las expectativas). Sin embargo, ya tiene dos puntos de desventaja con respecto a la todopoderosa Juventus. El próximo partido del Nápoles no es precisamente sencillo, ya que recibe en el Stadio San Paolo al Milan (sábado 27 a las 20:45). El Pescara visita al Sassuolo el domingo 28 a la misma hora.