El encuentro comenzó con un ritmo bajo de intensidad, y con un mayor dominio del conjunto romano que estaba jugando con más entusiasmo en los primeros minutos, controlando el esférico, y realizando fases de ataque posicional en campo contrario, ante una Juventus de Turín que en los primeros minutos optó por replegarse en terreno de juego propio, y esperar a que a su rival se le esfumara el ímpetu inicial. Pese a que estaba controlando la situación en los primeros instantes de juego, el cuadro azul celeste estaba siendo muy impreciso en los últimos metros y no estaba consiguiendo crear el menor peligro.

Dominio inicial laziale, repliegue de la Juventus que fue de menos a más

Después de los cinco primeros minutos, el conjunto bianconero se empezó a liberar algo más, y comenzó a llegar a las inmediaciones del área contraria con cierto peligro, pues estaba creando jugadas elaboradas y con bastante regularidad. A pesar de todo esto, el ritmo de intensidad seguía siendo muy bajo, y la Lazio estaba formando con una línea de cuatro centrocampistas cuando tenía el esférico, pues Basta y Jordan Lukaku ejercían como carrileros.

Después de los primeros minutos de juego, el equipo dirigido por Massimiliano Allegri se hizo definitivamente con el control del juego, y convirtió el encuentro en series de posesiones largas en el centro del campo, y en fases de ataque posicional con muchos toques en horizontal, y con centros laterales al área que siempre terminaba interceptando el arquero rival. Por su parte, el conjunto de la capital italiana se mantenía replegado en su campo con las líneas de presión bastante juntas, y aprovechando todas las recuperaciones de balón para salir al contraataque, o para buscar a jugadores como Immobile, en largo al espacio.

A raíz del parón para la hidratación en el minuto 27 de juego, el cuadro bianconero consiguió asentar su dominio con una mayor determinación, pues empezó a crear más peligro buscando a los llegadores de segunda línea que se movían entrelíneas con balones largos a la espalda de los defensores rivales. Mientras tanto, el combinado laziale que estaba teniendo muchas más dificultades para recuperar el esférico, se mantenía agrupado en zona defensiva y esperaba al tiempo de descanso. Al que pretendía llegar con el casillero a cero, para diseñar una nueva estrategia con la que afrontar un segundo tiempo al que llegaba con amplias posibilidades de buscar un gol que les diera el triunfo.

En los últimos cinco minutos, el primer tiempo parecía agonizar, pues el conjunto dirigido por Simone Inzaghi había recuperado el control del cuero, pero seguía cometiendo las mismas imprecisiones en terreno de juego del contrincante, por lo que el duelo parecía entrar en un bucle, al ser incapaz de mantener la redonda controlada el equipo visitante.

Dominio visitante sin mayor producción que un gol

El segundo tiempo comenzó con el mismo ritmo bajo de intensidad, aunque contó con una Juventus de Turín más participativa en ataque y que estaba consiguiendo crear ocasiones de gol con más recursos que la busqueda de espacios en las fases de ataque posicional, pues los centros laterales y demás balones largos dirigidos a Mario Mandzukic, estaban siendo de lo más efectivos, ya que el ariete croata estaba atrayendo muchos balones y estaba superando a los defensores rivales por potencia. Mientras tanto, el conjunto local que se encontraba en el momento de mayor aprieto de todo el partido, se seguía manteniendo replegado en su campo ante la imposibilidad de mantener la redonda controlada frente a la presión del pentacampeón de Italia en el centro del campo.

Después de los primeros minutos de juego, el partido se rompió algo más, y ambos equipos empezaron a llegar al arco rival, especialmente la Lazio que estaba llegando con bastante insisitencia por el costado izquierdo. El 0-1 llegó por medio de Sami Khedira, que batió al guardameta Marchetti tras ganarle la batalla al defensor rival, y batir al arquero con un disparo raso y cruzado, ajustado al palo más alejado. A raíz del gol, el conjunto dirigido por Massimiliano Allegri empezó a controlar el juego ralentizando el ritmo de intensidad para poder dormir al contrincante, pese a que no terminaba de dominar la posesión del balón. Pero aún así, sus tramos de posesión estaban siendo soporíferos, y las perdidas de balón no estaban suponiendo ningún peligro.

En los últimos minutos de juego, el conjunto bianconero consiguió frenar a su contrincante presionándole arriba, de manera que impidió que el conjunto romano pudiera sacar la pelota jugada desde atrás. Pero pese a esta circunstancia, la mayor presencia de futbolistas visitantes en campo contrario no estaba impidiendo que la Lazio consiguiera hacer llegar la pelota a sus hombres de ataque, pues se estaba sirviendo de los balones en largo para inspirar en alguna jugada de ataque. Después de un tiempo, el partido siguió con el mismo ritmo bajo de intensidad, y el equipo local tuvo más oportunidades de tener la redonda alejado de su área, pues la Juventus retrocedió más sus líneas de presión, y optó por mantener el resultado agazapado en defensa en campo propio sin renunciar al contraataque.