Partido de la undécima jornada del Calcio A en el que ambos equipos se juegan mucho. Por un lado, los pupilos de Marco Giampaolo llegan con una racha de una victoria de los últimos ocho partidos y alojados en la decimosexta plaza. Mientras tanto, el equipo que dirige Frank de Boer llegaba mucho más necesitado aún ya que en los últimos cuatro partidos ha cosechado tres derrotas y una victoria. Muy lejos de las aspiraciones que se le presuponían.

Los locales presentaban una alineación titularísima tras las rotaciones en Turín. Esta vez, Quagliarella y Muriel sí comenzarían el partido. Los milaneses presentaban una formación de 4-3-3 con Eder como novedad en lugar de Perisic.

El Inter entra en el partido demasiado tarde

Notó la Sampdoria a sus artilleros desde el principio del partido. Comenzaba intenso el partido con idas y venidas en las que las imprescisiones se convertían en verticalidad. Ante la falta de claridad con los pases los locales decidieron llevar a cabo un juego directo donde Muriel se siente cómodo. Y así fue, la Samp entró mucho mejor en el partido y no paraba de insistir sobre la portería de Handanovic. Los neroazzurros no estaban nada cómodos y la defensa notaba la desconcentración general. Sufrían los de Frank de Boer con los tiros de Muriel y Quagliarella desde dentro del área que se marchaban desviados. Sólo Candreva por parte de los interistas creaba algo de peligro con disparos certeros y potentes desde la frontal del área que despejaba bien Puggioni. A fogonazos funcionaba el Inter que se llevó un buen susto en el minuto 30 cuando Barreto remataba un córner de tacón que impactaba en el poste. Pareció ser el punto de inflexión. El Inter se soltó y se acercaba con mucho peligro al área de la Sampdoria. Brozovic casi convierte ese peligro en el 0-1 tras una buena jugada individual pero el travesaño repelió su disparo. Icardi también quiso intentarlo pero su remate a centro de Eder se perdía por línea de fondo. Justo cuando mejor estaban los visitantes, los locales se adelantaron en el marcador con una buena jugada al primer toque entre Fernandes, Linetty y Quagliarella que remataba cruzado desde dentro del área al fondo de la red. Del 0-1 al 1-0 en apenas 5 minutos.

Un quiero y no puedo

Comenzaban la segunda mitad los mismos 22 jugadores que al inicio de partido. Y se repetía la misma dinámica. El Inter de Milán salía con la misma intensidad que al inicio de partido y se veía sin posibilidad de atacar la portería genovesa. Ritmo lento de partido y con posesiones tan largas como estériles. Hasta el minuto 63 no llegaría la primera ocasión en la que Icardi remataba un centro de Candreva que se marchaba desviado. A base de centros sería la única forma en la que crearían peligro. Otro centro un par de minutos después, esta vez de Ansaldi, se paseaba por el área de meta sin encontrar un rematador. Movía el banquillo de Boer ante la necesidad de sacar un buen resultado y hacía un doble cambio en el que entrarían Palacio y Perisic. Ambos los mejores jugadores de la segunda mitad. Perisic generaba peligro con internadas al área pero la zaga de la Sampdoria no le permitía rematar. Hoy el equipo de Giampaolo funcionó muy bien en labores defensivas. Se convirtió el partido en una sucesión de centros al área local pero sin encontrar un rematador claro. Con el Inter volcado, un recién salido Budimir tuvo el 2-0 en sus botas pero Handanovic tapó bien con los pies firmando el paradón de cada día. Con el partido agonizando y un Inter intentando empatar el partido pero sin claridad, Palacio enviaba el balón al larguero en el último minuto. Desde el suelo el argentino remató con el pie pero el balón se paseó por la línea de gol sin penetrarla. Terminaba el partido y los jugadores locales celebraban la victoria mientras los visitantes se marchaban cabizbajos. No termina de encontrar su juego el Inter de Milán, sólo los destellos de sus jugadores generan algo de fútbol. Mientras, la Sampdoria va encontrando su alineación y su estilo y se sitúa undécimo en la tabla clasificatoria.

Otra derrota más, y ya van 5 en 11 partidos. Algo que hace cuestionar el puesto de Frank de Boer si ya no lo estaba anteriormente.