Lejos quedan ya los tiempos en los que Milán era también considerada por muchos la capital mundial del fútbol, en la que dos titanes del fútbol europeo disputaban año tras año hasta el final el scudetto, la Champions y toda competición que estuviera a su alcance; jugadas de Shevchenko, Maldini, Zanetti, Milito, Eto’o y otros jugadores de talla mundial quedan en el recuerdo colectivo como si de imágenes en blanco y negro se tratase. Y es que la ciudad está sumida en una de las mayores crisis futbolísticas de la historia, crisis de la que parece que tardará en salir. Resulta increíble ver como ante los ojos del gran público se han ido desmoronando dos clubes tan unidos y a la vez tan enfrentados, tan grandes y a la vez tan pequeños.

El fútbol de la ciudad está sufriendo un bache demasiado prolongado | Foto: Inter
El fútbol de la ciudad está sufriendo un bache demasiado prolongado | Foto: Inter

De la fraternidad al fratricidio

Corría el año 1899 y en Milán se originó el germen del fútbol de la ciudad, el “Milan Cricket and Football Club” con la intención de crear un equipo de fútbol plenamente italiano. En 1908 los socios del club se negaron a aceptar jugadores extranjeros pero 43 miembros de las altas cámaras del club decidieron separarse deportivamente y crear un nuevo equipo –bautizado como Internazionale de Milano- en el que se aceptara la participación extranjera, creando así una nueva filosofía futbolística centrada en la creencia de que los jugadores extranjeros podrían defender los intereses del club de igual manera que los oriundos.

El fascismo desembarcó en la península italiana y ambos clubes fueron afectados, teniéndose que cambiar el nombre a “Società Sportiva Ambrosiana”, en el caso del Inter, y a “Associazione Calcio Milan”, en el caso del Milan, así como el club Nerazzurri tuvo que cambiar los colores de su camiseta al blanco con la cruz de San Jorge en el centro hasta la caída del régimen en el año 1945, en el que volvió tanto a su antiguo uniforme como a su antiguo nombre.

A pesar de la separación y eterna rivalidad que estará vigente en ambos clubes ambos siguen jugando en el mismo estadio –llamado Giuseppe Meazza por los interistas y San Siro por los milanistas-. Del mismo modo no es extraño ver a jugadores cambiarse de camiseta sin ningún tipo de reparo y pasarse al bando rival de una temporada para otra. Los casos más relevantes son los de Ronaldo Nazario, Zlatan Ibrahimovic, Mario Balotelli, Antonio Cassano, Hernán Crespo, Edgar Davids, Roberto Baggio, Clarence Seedorf o Christian Vieri. Algunos triunfaron en el Milan, otros alcanzaron la gloria con el Inter y alguno que otro pasó sin pena ni gloria por ambos conjuntos.

Cualquier tiempo pasado fue mejor

Las luces de la ciudad no brillan con la fuerza con la que lo hacían antaño, San Siro registra partido tras partido el porcentaje de entradas más bajo de la historia, y es que a muy poca gente le quedan ganas para ver los partidos de dos conjuntos que no transmiten la pasión y la garra en el campo a la que tenían acostumbrado al mundo, dos conjuntos que no cuentan en su plantel con grandes estrellas de talla mundial como venía siendo costumbre desde el día de su creación, dos buques insignia perdidos en alta mar a la espera de encontrar una corriente de agua que los lleve hacia buen puerto, dos almas viviendo un arduo presente y siendo constantemente perseguidas por los fantasmas de su pasado.

Una de las noches épicas que se echan de menos en San Siro | Foto: Wikipedia
Una de las noches épicas que se echan de menos en San Siro | Foto: Wikipedia

Pero todo cambia dos noches al año, noches mágicas en las que los asientos fríos y vacíos del estadio se llenan de vida -como los cuadros del museo del Prado en la obra de Alberti- y se visten con sus mejores galas para celebrar una de las mayores fiestas del fútbol en Italia: El Derbi della Madonnina.

¿Por qué no soñar?

Cada derbi de Milán es un espectáculo, ambos equipos dejan todo en el campo para ofrecer buen juego y lograr una victoria que simboliza más que tres simples puntos, cada victoria es una batalla ganada en la guerra fratricida de Milán. Los encuentros acaban siendo tan igualados que cualquier mínimo detalle es importante para el transcurso del partido, aunque también se han producido goleadas importantes –cómo olvidar el 0-6 del Milan en 2001 o el 0-4 del Inter en 2009-. El ambiente es inmejorable, con el estadio lleno hasta la bandera y ambas aficiones coreando y cantando hasta el final. Uno de los partidos más grandes de la historia del fútbol que ha sabido anteponerse a todo momento adverso.

Las gradas volverán a vestirse de gala | Foto: Inter
Las gradas volverán a vestirse de gala una noche más | Foto: Inter

El próximo domingo 20 de Noviembre Milán volverá a teñirse de rojo, azul y negro para vivir una de sus noches más grandes. La sonrisa en las caras de los aficionados al buen fútbol regresará una vez más, San Siro acogerá al más variado público volviendo a sentirse importante… Pero todo será un espejismo de los grandiosos tiempos que vivió el fútbol de la ciudad, y que todo el mundo espera que más pronto que tarde se puedan convertir en realidad del día a día. Volverás a brillar, Milán.