Partido correspondiente a la sexta y última jornada de la fase de grupos de la Uefa Europa League 2016/2017 entre el Inter de Milán y el Sparta de Praga. El Giuseppe Meazza esperaba sombrío la despedida del Internazionale de competiciones europeas. Decepcionados, los aficionados decidieron no asistir al estadio para ver jugar a su equipo en un partido intrascentente. Con apenas 10.000 personas en las gradas, los fondos lucían vacíos pancartas que gritaban 'Nunca relegados' en el más doloroso silencio. El Inter ya eliminado recibía al Sparta de Praga que ya se había clasificado como primero del grupo K. En esta situación de intrascendencia ambos entrenadores decidieron alinear a los teóricos suplentes.

Fiesta checa

Comenzaba el partido con un ambiente desolador por parte de los italianos pero con la alegre visita de unos aficionados checos que no pararon de animar al conjunto dirigido por Holoubek. Muchos aficionados checos viajaron a Milán para ver a su equipo y disfrutar de la ciudad independientemente del resultado. En el silencio se escuchaban a los hinchas de Praga cantar con ímpetu. En un partido de estas características, poco espectáculo se puede esperar y así fue. Con poco ritmo desde el pitido inicial el Sparta esperaba atrás al Inter que no se veía cómodo con la pelota, sobre todo tras la reconversión de Ansaldi al centro del campo. Únicamente Eder y Biabiany creaban mucho peligro gracias a su tremenda velocidad.

El plan parecía claro y, aprovechando esa velocidad, los interistas se dedicaban a mandar pases largos a la espalda de los laterales. Poco a poco el equipo de Pioli se soltaba y con centros al área buscando a Piamonti se conseguía generar peligro. Eder fue el más activo en los primeros compases probando al portero desde lejos en el minuto 16. El delantero italiano fue el mejor jugador de la primera mitad gracias a conseguir el primer gol de la noche en el minuto 23 de partido.

Otro balón a la espalda de Karavaev que conseguía centrar Miangue para que Pinamonti la pinchase cortita y al pie y cediese a Eder. El ariete remataba desde el borde del área pequeña y, a la segunda tras el rechace de Koubek, consiguió marcar el primer gol. Poco más iba a suceder en una primera mitad amistosa en la que lo más destacado fue los 'olés' que coreaban los checos cada vez que el Sparta realizaba un pase. Mucha alegría en los hinchas de un equipo que no está habituado a clasificarse para dieciseisavos de la segunda competición más importante de Europa frente a la desolación de un viejo coloso en horas bajas que ha quedado eliminado.

Lo de siempre

Salía mucho mejor el equipo visitante en la segunda mitad. Con el control del balón y buscando encimar y arrinconar al rival en su campo. Los de Praga parecían hacer un esfuerzo por los aficionados presentes para dedicarles algo más que una derrota. Y así fue, en un robo rápido de balón el balón le llegó a Dockal que recortó a Miangue en la frontal del área y puso un centro cerrado. Apareció Marecek para impactar un testarazo precioso, desde el punto de penalti, ante el que poco pudo hacer Carizzo que toco el esférico, pero no evitó que entrara por la escuadra tras dar en el larguero. No le perdía el interés al partido el Sparta y en el minuto 59 una nueva internada por banda finalizaba con un centro raso que se paseaba por el área pequeña interista.

Los neroazzuri no espabilaban y el Sparta se merecía adelantarse en el marcador. Tuvo la oportunidad cuando, en el minuto 64, Andreolli agarraba a Lafata dentro del área y el colegiado pitó penalti. Lanzó el penal Dockal pero Carizzo repelió el disparo adivinando la dirección perfectamente. Salían los fantasmas de nuevo y agobiaban a los suplentes del Inter que no daba indicios de mejorar nada. Poco a poco fue ganando espacio el equipo local y de la mano de Perisic y de Eder conseguían hacer trabajar al portero checo en el minuto 74 y 77 que paró ambos disparos desde la frontal. El pequeño delantero italiano fue el mejor jugador de los interistas. Los últimos minutos del partido iban a ser propios del hombre de la noche: Eder. Tocando y saliendo con velocidad intentaba por orgullo y honor darle la victoria a su equipo. Lo consiguió cuando en el minuto 90 de partido recibía un balón en el borde del área proveniente de Ansaldi y con un disparo a la esquina inferior izquierda, el italiano marcaba su doblete y le daba la victoria al Inter de Milán.

Esta vez sí, pero tarde

Consiguió la segunda victoria en seis partidos el Inter pero fue demasiado tarde. No dejó una buena imagen en este partido pero poco más se iba a pedir a un equipo que vive una situación muy difícil y que, como consuelo menor, le dejó una victoria a su afición. Llegó tarde esta victoria en la que, como anécdota, los hinchas checos hicieron suyo el estadio. Tiempos duros y una decepción muy grande la que se vive en el seno neroazzurri. Un gigante con los pies de barro que ve como en su estación, los trenes de Europa son escasos y, cuando vienen, se marchan rápido. El Inter dice adiós a la Europa League de una manera medio digna en un grupo en el que se le presuponía una clasificación cómoda para dieciseisavos de final pero que no ha sido así.

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Sobre el autor
Sergio Montes Rabadán
periodismo. Apasionado de la comunicación y el deporte.