Partidazo de cuartos de final el que se disputaba en Turín entre dos grandes de Italia. Un clásico entre clásicos que suscitaba la atracción del espectador y que prometía ser un gran duelo.

Ambos equipos presentaban una teórica alineación titular a pesar de las bajas. Dinámicas muy diferentes en lo que al campeonato liguero se refiere en el que la Juve lidera la clasificación y sigue con paso firme, y el Milan que ha visto como su tercer puesto se ha convertido en séptimo tras una mala racha. Llegaba la Coppa y era la oportunidad de resarcirse.

Dominio total de los locales

Comenzaba el partido de la manera que Allegri había diseñado. Esperaban atrás para presionar con los tres delanteros y salir rápidamente a la contra de la mano de Asamoah y Cuadrado. Ambos participarían en el primer gol del partido. El ghanés centraba y el colombiano cedía dentro del área a Dybala para que fusilara de volea con la pierna derecha a Donnarumma.

Primer gol en el minuto 9 que reflejaba claramente cómo habían entrado los dos equipos en el partido. El Milan no comenzó centrado y psicológicamente se veían superados por los bianconeri en cada disputa del balón. Los visitantes llegaban muy tarde a la mayoría de balones y se vieron superados por un Asamoah y un Cuadrado superlativos.

En una falta sobre el africano nacería el segundo gol de la noche. Al borde del área, Pjanic colocaría el esférico con mimo para lanzar una falta que colocó en la escuadra derecha ante la que nada pudieron hacer ni la barrera ni el portero. No llegaba el minuto 20 y ya era un 2-0 en el marcador. Losa demasiado pesada para los de Montella que no conseguían hilar buenas jugadas y que verían como se llegaba al descanso con unas sensaciones frustrantes.

Mientras, la Juve seguía con su plan y pudo hacer el tercero si no le llegan a anular el gol a Khedira en el minuto 30. Muy superior el cuadro de Allegri que mereció lo conseguido.

El Milan despierta pero insuficientemente

La segunda parte no prometía demasiado pero el Milan salió mucho más enchufado y de la mano de Suso conseguía poner en aprietos a la defensa improvisada de la Juve. Un par de centros peligrosos al área que no encontraron rematador fueron las armas de los visitantes para generar algún susto en la grada.

Y ese susto llegó, un centro al área rechazado por Rugani lo aprovecharía Bacca para empalmar una volea preciosa que introducía el balón dentro de la red. Parecía que había partido. Pero, fruto de esa frustración inicial o de la juventud, Locatellli cometía su segunda entrada dura y peligrosa sobre Dybala que le costaría la segunda amarilla y, con ello, la expulsión en el minuto 54.

El Milan quedó muy tocado y se vio superado totalmente por la situación. Manzdukic, que estuvo muy batallador, tuvo dos ocasiones clarísimas para marcar gol de cabeza en la mitad del segundo tiempo pero la fortuna no quiso que el balón entrara. Lástima ya que el Milan todavía tenía un hilo de esperanza para forzar la prórroga. Ese hilo lo trajo Deulofeu en los últimos 10 minutos. El español, que debutaba, realizó dos desmarques buenísimos que le dejaron frente a Neto. Pero en la primera ocasión estaba demasiado escorado y en la segunda se señaló fuera de juego. Suso también quiso avisar a Neto y en el lanzamiento frontal de na falta en el minuto 85 apunto estuvo de marcar. Los españoles lo intentaban pero no fue suficiente.

Al final, la temprana diferencia de goles y la malafortunada expulsión de Locatelli dejó a merced de la Juventus a un Milán que pudo dar algún susto pero que ante el mayor de los colosos italianos no pudo hacer nada. Espera el Nápoles de Callejón en semifinales. Habrá que estar atentos a la evolución de Dybala que salió sustituido por un fuerte golpe.

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Sobre el autor
Sergio Montes Rabadán
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