El conjunto de Maurizio Sarri logró ante el Genoa tres puntos más que valiosos para seguir luchando por un escudeto que tanto añora la afición napolitana.

Un inicio de partido rocoso

El encuentro entre el Nápoli y el Genoa en el estadio de San Paolo comenzó bastante truncado para los dos. Un inicio basto en el que las faltas primaban más que otra cosa durante los primeros minutos, sin embargo, pasado el primer cuarto de hora comenzaban los ataques. El Genoa, gracias a Santiago Genlitetti, le metió el susto en el cuerpo a la escuadra local con un remate de cabeza desde el centro del área.

Las dificutades comenzaban a aparecer para el Genoa. Una lesión durante los primeros 20 minutos de partido de Genlitetti obligaba al equipo visitante a hacer un cambio tempranero, rompiendo de esta manera las planificaciones que el entrenador del Genoa tenía de cara al encuentro.

El testigo de un lesionado Gentiletti lo cojería Simeone quien tuvo dos ocasiones durante el ecuador de la primera parte. Primero un remate rozando la escuadra izquierda y más tarde, un remate desde el lado derecho del interior del área volvían a poner en peligro a un Nápoles que parecía no saber reaccionar ya que las ocasiones de verdadero peligro la tenía su rival.

El cambio del Nápoles

Los locales habían sufrido bastante durante casi toda la primera mitad del encuentro. Sin embargo, el equipo napolitano, liderado por Lorenzo Insigne, dio un vuelco en el partido. Los de San Paolo empezaron a tener cada vez más oportunidades en el partido. Remates desde el centro del área y desde la banda por parte de Ghoulam y Koulibaly empezaban a predecir lo que le iba a deparar al Genoa.

Con el Nápoles con más confianza, el Genoa se iba quedando sin ideas y en el mínuto 34, Koulibaly remataba de cabeza a quemarropa, muy cerca del palo derecho. La primera parte finalizaba de la misma manera. Insigne y Giaccherini tenían dos ocasiones bastante favorables para poder abrir la lata y adelantarse en el marcador, no obstante, la primera parte finalizaba y ninguno de los dos equipos supo adueñarse del partido.

Comenzada ya la segunda parte, el partido seguía en sus trece y a los diez minutos de haber dado comienzo, Piotr Zielinski anotaba el primer tanto del partido gracias a un gran remate con la izquierda desde el centro del área, el cual, terminaba penetrando en el lado derecho de la portería rival.

Con el partido en contra para el Genoa, los locales supieron aumentar más su nivel de juego y su presión, propiciando más ocasiones a medida que iba trancurriendo el tiempo en el marcador del San Paolo. Los múltiles ataques de Mertens y Diawara provocaban que pareciera que solo había un equipo sobre el terreno de juego. Los visitantes intentaban dar los últimos coletazos de rebeldía para intentar por lo menos empatar el partido y conseguir mínimamente un punto fuera de casa, si embargo, cuando el Genoa parecía que podía tomar un poco de aíre, la escudara napolitana daba un duro golpe de autoridad sobre la mesa.

Gracias a una gran asistencia de Mertens que remataba a quemarropa Giaccherini, los locales se ponían con una ventaja de dos goles sobre sus rivales y de esta manera, prácticamente se aseguraban los tres puntos en casa.

Con el trancurso de los minutos el partido volvia a ofrecer ocasiones para los dos equipos, sin embargo, entre sustiuciones y ocasiones de gol, el partido iba volviendo a su naturaleza inicial, las faltas iban en aumento hasta que finalemente, el árbitro del encuentro pitaba en final del partido.

Con este 2-0, el Nápoles se queda a seis puntos de la Juventus, segundo, y el Genoa es decimosexto, a dos del Cagliari.