El encuentro contenía todos los alicientes para ser un espectáculo futbolístico admirable. Dos conjuntos que comparten ciudad. Dos conjuntos que comparten la ilusión por acceder a toda una final de Coppa de Italia. Dos conjuntos que disfrutaban de un gran momento de forma. Un derbi romano por todo lo alto, en definitiva.

Acción defensiva de Rudiger y Nainggolan durante la primera mitad | Foto: Roma
Acción defensiva de Rudiger y Nainggolan durante la primera mitad | Foto: Roma

La Roma venía de disputar dos encuentros de relevancia en menos de una semana. La vuelta de dieciseisavos de Europa League contra el Villarreal el pasado jueves, y el enfrentamiento del pasado fin de semana en el Giuseppe Meazza frente al Inter de Milan. El conjunto de Spalletti ofreció una ligera sensación agotamiento, no tanto físico, como mental. La Lazio, sin embargo, sin competición europea y tras haber conseguido adelantar al Inter tras una fundamental victoria ante Udinese el pasado domingo, afrontó el encuentro con una mentalidad fresca y liberada. 

Respeto mutuo en los primeros compases

El esférico rodó sobre el Olímpico de Roma y entonces sí pudimos ver a una Lazio ciertamente respetuosa con el rival. Lo mismo ocurrió con la Roma, lo cual nos ofreció un tramo inicial en el que ambos conjuntos se midieron con calma y con intención de no permitir facilidades al rival. Esta circunstancia se prolongó durante los primeros 25 minutos.

En esta primera fase del encuentro, mayoritariamente el esférico vivió en el terreno de juego laziale. La Roma movía el balón de forma horizontal y los acercamientos eran tímidos y llegaban con cuentagotas. La falta de imaginación giallorossi acabó por provocar una sobreexplotación de situaciones de búsqueda de su máxima referencia ofensiva, Edin Dzeko. Durante esta primera fase de casi media hora, los balones al bosnio se hicieron frecuentes, pero de todos sólo uno acabó en remate. Fue a los tres minutos del comienzo del encuentro, cuando Emerson puso un centro desde banda izquierda que el gigante bosnio remató por encima del larguero.

La noche y el día, Paredes y Milinkovic-Savic | Foto: Roma
El día y la noche, Milinkovic-Savic y Paredes | Foto: Roma

A lo largo de los primeros 25 minutos tan solo un acercamiento por parte de la Lazio, una acción aislada de Milinkovic-Savic, puso en problemas a Alisson. El balcánico remató desde el balcón del área obligando al meta brasileño a lanzarse hacia su izquierda salvando el gol celeste. Pero, tras casi media hora, la Lazio, tras haber observado a la Roma disponer del balón lejos de su portería, aprovechó para ser incisiva tras robo.

La Lazio, de cero a cien en cinco minutos

En apenas cinco minutos Immobile dispuso de dos opciones de importancia. La primera en una combinación con, un muy participativo, Milinkovic-Savic, que Immobile finalizó con un disparo potente desde la frontal. Repelió bien con ambos guantes el cancerbero de la Roma un balón que intentaba colarse por su palo derecho. En la siguiente acción, de nuevo a la contra, Lukaku encontró a Immobile en dos tercios de campo, el italiano se deshizo con potencia de Rudiger y al alcanzar la esquina izquierda del área intentó crearse un disparo al palo largo que se fue desviado.

Immobile celebrando su gol de cara a su afición | Foto: Getty
Immobile celebrando su gol de cara a su afición | Foto: Getty

Tras este par de consecutivos acercamientos, la Lazio puso el broche a tal acelerón futbolístico. Encontró Milinkovic-Savic a Felipe Anderson cerca de la esquina izquierda del área, el brasileño se deshizo de Fazio con un autopase hacia línea de fondo, allí la puso atrás, suave, rasa, para que el mismo Sergej Milinkovic-Savic se lanzara al suelo para batir a Alisson al primer toque. El esférico entró por la escuadra derecha del meta haciendo el delirio de, una mermada numéricamente, hinchada celeste. La Lazio no había necesitado nada más que unos minutos de presencia ofensiva para ponerse por delante en el marcador. El plan de Simone Inzaghi cumplía los plazos establecidos. 

Intento de reacción giallorossa

La Roma lo intentó durante el cuarto de hora restante de primera mitad. Fue entonces cuando el equipo de Spalletti dio mayores muestras de superioridad llegando a ofrecer la sensación de que el gol del empate podría llegar antes del descanso. De nuevo la Roma se encomendó a nutrir de balones a su referencia bosnia y en esta fase sí que consiguió generar cierto peligro. Hasta en dos ocasiones el capocannioneri pudo hacer el gol del empate antes del descanso. Un cabezazo de nuevo a centro de Emerson que nuevamente superó el travesaño, y un centro lejano al segundo palo que remató directamente al lateral de la red, fueron las opciones de la Roma antes del pitido que decretara el ecuador del encuentro. Antes de ello, Parolo vería la primera tarjeta del encuentro tras una acción bastante innecesaria en la que le colocó la planta en la tibia a Radja Nainggolan. El belga, por cierto, en una versión muy disminuida respecto de la mostrada el pasado domingo ante el Inter.

Nada pudo hacer Edin Dzeko frente a la zaga laziale | Foto: Roma
Nada pudo hacer Edin Dzeko frente a la zaga laziale | Foto: Roma

No consiguió la Roma finalmente meter el miedo en el cuerpo a la Lazio en los instantes finales de la primera mitad, en la que pareció perder algo de fuelle tras la segunda ocasión consecutiva de Edin Dzeko. La segunda mitad nació más abierta que la primera, la Roma no consiguió someter a la Lazio como pretendía gracias, en parte, a una línea de cinco atrás en fase defensiva, y a una tremenda imprecisión del centro del campo de los de Spalletti.

Recital táctico de la Lazio 

El primer cuarto de hora del segundo acto se convirtió en un festival de imprecisiones y pérdidas por parte de ambos equipos, aunque más latentes en el equipo que más lo intentaba, la Roma. Eso sí, aun en medio de la imprecisión, se encontraba la Roma relativamente cerca de Strakosha. Una acción aislada le permitió a Salah crearse el hueco en tres cuartos, cuando alcanzó la frontal soltó un gran zapatazo, con pierna izquierda, encontrando el palo derecho del meta albano, a la altura de la misma escuadra.

Parecía el momento idóneo para que la Roma tomase el control del partido, ante un equipo que acababa de salvarse de recibir el gol del empate y que no generaba peligro desde hacía ya muchos minutos. Quizás lo parecía, pero no lo fue. La última media hora en faceta defensiva por parte de los de Inzaghi fue absolutamente impecable. La línea de cinco antes comentada, y un gran trabajo de contención ante Nainggolan, especialmente llevado a cabo por Lucas Biglia, nos ofrecieron todo un espectáculo táctico que permitió que siguiéramos disfrutando del "plan de Inzaghi".

El gran ganador del encuentro, Simone Inzaghi | Foto: Lazio
El gran ganador del encuentro, Simone Inzaghi | Foto: Lazio

El cuarto de hora posterior, hasta el minuto 75, perteneció a las sustituciones, Spalletti intentaba darle la vuelta a una dinámica negativa mientras Simone intentaba reforzar su planteamiento rocoso y veloz a la contra. En la Roma Perotti y El Shaarawy sustituyeron a Paredes y Salah, en la Lazio Keita entró para hacerse el dueño de la chispa ofensiva celeste, en detrimento de Felipe Anderson.

Impotencia romanista y sentencia celeste

Entrando en el último cuarto de hora, el encuentro ofrecía una sensación más cercana a la consecución del 2-0 por parte de la Lazio, que a la consecución del empate por parte de la Roma. Buenísimos minutos celestes que llegaron a provocar que la Roma ni tan siquiera pudiera disponer del balón. En medio de la impotencia giallorossi, Rudiger vio la amarilla por una acción con Immobile en la que, el de Torre Annunziata, se fue al suelo tras forcejear con el alemán y posteriormente tropezar con un obstáculo publicitario.

Immobile haciendo su gol a pase de Keita | Foto: LaPresse
Immobile haciendo su gol a pase de Keita | Foto: LaPresse

La última fase del encuentro no serían tampoco una buena noticia para los hoy visitantes sobre el césped del Olímpico. A doce minutos del final del encuentro se produjo una espectacular acción de Keita Baldé. El senegalés recibió de espaldas en banda derecha, lejos de la portería, se dio la vuelta magistralmente rodeando por fuera a un Manolas absolutamente superado en velocidad, la colocó a placer el de la Lazio en cuanto alcanzó línea de fondo. En el segundo palo remató a placer Immobile. Hacía diez minutos se le había anulado, acertadamente, un gol al ex del Sevilla. En esta ocasión sí pudo celebrarlo con rabia y emoción. La victoria celeste se iba tornando definitiva.

Una Roma sin capacidad de reacción

En la última fase del encuentro ni las tarjetas amarillas ni los cambios tuvieron ningún tipo de relevancia. Con un gol, la Roma se metía de nuevo de lleno en la eliminatoria, y de nuevo, la Lazio le cedió su medio del campo para que se hiciera aun más patente la falta de capacidad creadora de la Roma en la noche de hoy. Ni los seis, difícilmente explicables, minutos de prolongación despertaron un gen dormido en los de Spalletti a la hora de mostrar la verdadera versión del segundo clasificado en Serie A.

Rudiger y Nainggolan tras el segundo gol de la Lazio | Foto: Roma
Rudiger y Nainggolan tras el segundo gol de la Lazio | Foto: Roma

En la noche de hoy, en el coloso espectáculo en la ciudad del Coliseo, sólo uno fue coloso. Colosal defensa. Colosal velocidad a la contra. Colosal concentración. Colosal, en definitiva, la Lazio de Inzagui que, sin subestimar en absoluto a una siempre peligrosa Roma, ha conseguido encaminar positivamente esta semifinal a modo de derbi copero.