La ciudad calabresa de Crotone está sumida en una inmensa fiesta del mismo modo que lo estuviera el año pasado cuando el equipo local conseguía, por primera vez en toda su historia, clasificarse para competir en la máxima categoría del balompié italiano. La ilusión y las esperanzas de éxito se veían relejadas en todos y cada uno de los aficionados, que se multiplicaron así como se volcaron con el equipo desde el principio, pero no todo iba a ser un camino de rosas, más bien se iba a convertir en todo lo contrario.

El campeonato comenzó con la fatídica noticia de que no podrían jugar en el Ezio Scida debido a irregularidades, así, desplazados de su feudo y fortín, el equipo calabrés comenzó a generar malos resultados, ya que “jugaban todos los partidos fuera de casa”. Cuando pudieron volver a jugar en su estadio, la situación tardó en mejorar y el equipo se marchó de vacaciones navideñas con tan solo nueve puntos en su casillero. Tras ese comienzo de temporada funesto, comenzó la redención en la segunda vuelta del campeonato, habiendo generado unos números tan espectaculares que si solo fuesen válidos los puntos conseguidos en la segunda vuelta el Crotone estaría clasificado para Champions, llegando a esta última jornada con 31 puntos, a uno del Empoli y con el objetivo inicial de la salvación cerca y lejos a la vez.

Los aficionados antes del encuentro | Foto: Getty Images
Los aficionados antes del encuentro | Foto: Getty Images

Cerca porque con una victoria suya y algo que no concediese los tres puntos al Empoli estaban salvados; lejos porque les tocaba enfrentarse contra la Lazio europea de Simone Inzaghi mientras que su rival por la permanencia se enfrentaba al ya descendido Palermo. Noventa minutos después y tras una temporada entera sin salir de los puestos de descenso el Crotone se hacía con una maravillosa a la vez que milagrosa salvación en su primer año en la élite mientras que el Empoli se hundía en el abismo de la Serie B para la próxima temporada.

Una primera mitad inimaginable

Ni Davide Nicola ni ninguno de sus jugadores se achantaron ante la visible superioridad de plantilla del conjunto laziale y salieron a por todas desde un principio, con un repliegue defensivo y una presión intensa en campo propio a los jugadores visitantes para recuperar el balón y salir al contragolpe. En la primera de esas contras y sin haber llegado al cuarto de hora de encuentro, Rohden percutía por banda derecha y ponía un balón raso para Nalini, que chutó sin piedad, fuerte y raso a la cepa del palo de la portería defendida por Strakosha, que nada pudo hacer ante la potencia de tal disparo. La situación empezaba a ser favorable para los locales.

Mejor todavía se pondrían las cosas cuando a los pocos minutos Bastos cometió una falta que le costó la amarilla –una cartulina muy importante-, falta que sacó a la perfección Barberis para que fuese Falcinelli quien rematase algo centrado pero muy potente y así poner el increíble 2-0 en el electrónico antes de la media hora de encuentro. El susto laziale lo daría Immobile, que cinco minutos después de Falcinelli convirtió una pena máxima que fue muy discutida debido a la polémica que supuso que el jugador del Lazio tuviese un pie dentro y otro fuera del área del Crotone. Rocchi decretó el penalti y el delantero italiano lo transformó en el 2-1 con el que el partido se iría al descanso.

El gol de Falcinelli que ponía el 2-0 | Foto: Crotone
El gol de Falcinelli que ponía el 2-0 | Foto: Crotone

Fue justo al filo del mismo cuando tuvo lugar la acción que cambiaría definitivamente el devenir del encuentro. En un nuevo contragolpe local y tras un buen esférico en la frontal del área del guardameta albanés del Lazio para Falcinelli el defensor Bastos le derribó tras medir mal la entrada, lo que provocó su expulsión por doble amarilla. Tras estrellar el balón contra la barrera y dos acciones sin peligro por parte de los visitantes, ambos contendientes se marcharon al túnel de vestuarios.

La roja a Bastos | Foto: Getty Images
La roja a Bastos | Foto: Getty Images

Todas las miradas puestas en Palermo

La segunda mitad siguió por los mismos derroteros que la primera, los pupilos de Simone Inzaghi eran incapaces de reaccionar a pesar de intentar algunas jugadas combinativas que partían de las piernas del activo pero desacertado Milinkovic-Savic e iban a parar al desenchufado Felipe Anderson. Mientras tanto, el Crotone seguía a lo suyo, demostrando por qué habían conseguido 22 puntos en la segunda vuelta y estaban en camino de conseguir otros tres importantísimos puntos más. El gol de la tranquilidad llegó justo a falta de media hora para el final con un testarazo de Nalini en el área pequeña tras un córner que peinó Ferrari al segundo palo.

Nalini celebra su segundo gol | Foto: Getty Images
Nalini celebra su segundo gol | Foto: Getty Images

Con el partido prácticamente sentenciado a falta de media hora, el equipo se centró en no conceder oportunidades ni perder balones en las inmediaciones de la portería de Cordaz, que despejó con solvencia todos los balones comprometidos que le llegaron durante todo el encuentro –que aunque pocos, fueron importantes-. Fue a falta de un cuarto de hora para el pitido final cuando en una jugada sin ningún tipo de emoción el público estalló en una ovación enorme y una celebración similar a la de un título, pues Nestorovski había anotado el 1-0 para el Palermo y el Empoli tendría que meter dos si quería quedarse en Serie A.

El banquillo ya celebraba la permanencia | Foto: BTSport (Retransmisión)
El banquillo ya celebraba la permanencia | Foto: BTSport (Retransmisión)

Diez minutos después comenzó la definitiva celebración que se alargaría hasta el pitido final ya que el Palermo doblaba su ventaja con un gol de Bruno Henrique, a pesar del 2-1 final que anotó Krunic la grada calabresa no cesó de animar sabedores de que su equipo acababa de lograr una hazaña impensable hace tan solo unas semanas. El Crotone se había logrado mantener al menos un año más en la élite del fútbol italiano.

La celebración final del equio | FOto: Getty Images
La celebración final del equio | FOto: Getty Images