El 6 de junio de 2015 se enfrentaron en el Estadio Olímpico de Berlín los campeones de la primera división de España y de Italia. Ambos equipos llegaban con el doblete conseguido, pues también habían cosechado el entorchado de la Copa apenas una semana antes. Por lo tanto, el triplete y la perfección futbolística se encontraban a solo noventa minutos para uno de los dos equipos. Era la final más igualada de los últimos años, a priori.

El regreso a la élite

Para el Barça la final significaba volver a la gloria tras un año de sequía con el 'Tata Martino' en el banquillo, pero para la Juventus el encuentro estaba por encima en importancia. Desde 2003 los italianos no sabían lo que era jugar un partido de estas características, y la oportunidad era inmejorable. Y es que el camino entre ambas finales había sufrido varios picos de emociones. Desde seguir cosechando títulos nacionales a sufrir un descenso administrativo a Serie B para volver a reinar otra vez en el país transalpino. La final ante el Barça era la confirmación de la vuelta de un grande, de un histórico.

La Juve se paseó en DortmundNo había sido sencillo tampoco el paso de la Juve hasta la gran final. Una fase de grupos complicada con el Atlético de Madrid, que se postuló como el primero de la clasificación en el grupo, le dejaba un pase comprometido que se confirmó en la última jornada con un solo punto de ventaja sobre el Olympiacos. Más sencilla fue la eliminatoria de octavos de final, en la que pese a llevar una mínima ventaja en el partido de ida al ganar 2-1 en casa al Borussia Dortmund, el recital del encuentro disputado en Alemania, 0-3, dejaba el acceso a cuartos completamente sellado.

Morata no celebra el gol ante el Real Madrid de las semifinales | Foto: Dani Mullor, VAVEL
Morata no celebra el gol ante el Real Madrid de las semifinales | Foto: Dani Mullor, VAVEL

Mucho más sufridas fueron las dos siguientes rondas. Ante el Mónaco en cuartos de final solo un gol de penalti de Vidal, muy dudoso por cierto, y la gran solvencia defensiva de la zaga certificó el acceso a semifinales. Ante el Real Madrid, el vigente campeón de la competición. Morata abrió el partido en el Juventus Stadium, Ronaldo equilibró el encuentro y Tévez de penalti le daba mínima ventaja a los de Allegri. La vuelta, un acto de fe juventino que encontró el gol de Morata para empatar el tanto de Cristiano de penalti, lo que supuso el pase a la gran final de la Champions.

La final

Llegaba la cita con dos equipos muy bien armados en plantilla. La Juve, con la importante baja de Chiellini, formó en la final con el siguiente once. Buffón; Lichtsteiner, Barzagli, Bonucci, Evra; Pirlo, Vidal, Marchisio, Pogba; Tévez y Morata. Delante un FC Barcelona que llegaba con todos los efectivos al completo tras derrotar al Bayern en semifinales. Los de Luis Enrique formaron con este once. Ter Stegen; Alves, Piqué, Mascherano, Alba; Busquets, Rakitic, Iniesta; Neymar, Suárez y Leo Messi.

Rakitic puso por delante al BarçaNo pudo empezar peor la final para la Juve. A los cuatro minutos y pese a una salida en falso de los azulgranas, en la primera combinación trenzada del Barça llegó el primer mazazo a territorio turinés. Messi realizó un cambio de orientación perfecto para la entrada de Jordi Alba, que de primeras se la dejaba a Neymar, el cual atrajo a tres defensas para encontrar el pase en la entrada desde atrás del capitán Iniesta, que en lugar de buscar el tiro, cedió el esférico a un Rakitic mejor posicionado para batir a Buffón.

Rakitic celebra el primer gol de la final | Foto: UEFA
Rakitic celebra el primer gol de la final | Foto: UEFA

No desesperó el equipo de Allegri pese al temprano golpe. Aunque la primera mitad fue de dominio azulgrana, que pudo haber sentenciado el choque en los primeros cuarenta y cinco minutos. Aceleraba el Barça con Messi en modo asistente pero Buffón mantenía con vida a una Juve que se tambaleaba pero no caía sobre la lona, no todavía. Alves con un disparo potente también indultó a una Juventus que llegaba muy viva al descanso, tras haber visto su vida pasar en los primeros cuarenta y cinco minutos.

Reacción y caída

La segunda parte se tornaba parecida a la primera mitad, pero la actitud de la Juventus era distinta, y la frescura del Barça inferior. Los bianconeros esperaban su instante, su oportunidad de meterse de lleno en el partido, y esta llego a los nueve minutos de la reanudación. Alves perdía el esférico en el cambio de orientación, Lichtsteiner recuperaba el esférico, cedía a Marchisio, que con un taconazo habilitaba de nuevo al suizo, el cual encontraba dentro del área a Tévez, que erraba el primer disparo, pero que dejaba en bandeja a Morata para empujar el rechace de Ter Stegen y equilibrar el choque. Partido nuevo con más de media hora por delante.

Suárez neutralizaba el gol de MorataLa inercia dejaba en posición de remontar la final a los de Allegri, que veían y notaban el miedo en el cuerpo de su rival. Era el momento. En los siguiente compases el encuentro se igualó en intensidad y posesión. Los azulgranas llegaban tarde a muchos balones, y los italianos se sentían cómodos en su juego y se veían con capacidad de ponerse por delante. En el mejor momento de la Juve, y como suele ocurrir en el fútbol, llegó el segundo mazazo para los juventinos. Messi arrancó, dejó en el suelo a Barzagli, chutó a portería y tras repeler Buffón el esférico, Suárez a placer hacía el segundo de la final para los blaugranas.

Buffón sostuvo a los suyos en muchos tramos de la final | Foto: Gettyimages
Buffón sostuvo a los suyos en muchos tramos de la final | Foto: Gettyimages

Tras el gol de nuevo el Barça tuvo varios momentos clave para haber sentenciado el choque de nuevo, pero otra vez no acertaban en el remate los de Luis Enrique. El partido moría y aunque la Juve se volcaba en busca de forzar la prórroga, el tanto nunca llegaría, y tampoco estuvo cerca de hacerlo. Cinco minutos de añadido y pese a no cesar en su empeño, los de Allegri veían como Neymar en una contra sentenciaba el encuentro y le daba su quinta Copa de Europa al FC Barcelona.

La confirmación

La Juve se quedaba a las puertas de reinar en Europa, de lograr el triplete y de alcanzar la perfección en cuanto a resultados en una temporada. Pese a ello, Allegri y su equipo había puesto una piedra muy grande para su vuelta a la élite europea.

Tras esta final dos nuevos dobletes y otra final de Champions ante el Real Madrid, que pese a de nuevo no haber podido levantar el título, deja patente la vuelta a la élite europea de la Vecchia Signora. Una final que pese a ser un mal recuerdo en la memoria de los aficionados juventinos, comenzó a demostrar que la Juventus tras su paso por los infiernos vuelve a ser un referente en Europa, y por ende, en el mundo del fútbol.

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Sobre el autor
Guillermo de Marcos
Periodista. Fútbol Club Barcelona, fútbol italiano y balonmano. Allá donde haya un balón.