El Inter de Milán y el mítico estadio de San Siro acogieron el primer partido de Copa Italia del curso para el conjunto nerazzurri. En él, estos primeros se enfrentaron al humilde Pordenone de Serie C, en el cuál se encuentra el joven jugador español de veinticuatro años Miguel Maza. El equipo del jugador nacido en la localidad cántabra de Santoña plantó cara a todo un gigante del calcio aunque no tuvieron apenas oportunidades para llevarse la victoria pues jugaron de una manera muy conservadora que casi les lleva a la siguiente ronda de no ser por la fatídica y alocada tanda de penaltis.

Así fue...

El conjunto local partía como favorito desde el mismo día que se sortearon las eliminatorias. El Pordenone tan sólo podía confiar en hacer el mejor partido de la historia del club para poder avanzar de ronda y prácticamente, así lo hicieron. Probablemente no habrá sido el mejor partido de la historia del club, pero viendo el partido hay una cosa que quedó más que clara, fue uno de los choque con más sentimiento de la historia del Pordenone

El duelo entre estos dos diferentes equipos comenzó, contra todo pronóstico, con una igualdad asombrosa. Pese a que el control mayoritario de la posesión de balón era para el dieciocho veces campeón de la Serie A, los ramarri conseguían tener una posesión superior al 40% generando alguna que otra ocasión con la que poner en serios apuros al guardameta italiano Padelli. Sin un dominador claro y con prácticamente toda Italia alentando al cuadro visitante, nos fuimos al descanso.

Foto: Inter de Milán

La segunda mitad fue una completa antítesis de la primera. El Inter de Milán decidió coger el toro por los cuernos e ir a ganar el partido, asumiendo más del 70% de la posesión del balón y lanzando a puerta en un total de diecisiete ocasiones, casi el doble de disparos que los sumados entre ambas escuadras en la primera mitad.

Parecía que el sueño del Pordenone acabaría en los últimos cuarenta y cinco minutos pues además del baño futbolístico que por aquel entonces estaban recibiendo por parte de un Inter repleto de jugadores suplentes, el técnico interista Luciano Spalletti, decidió sacar a escena a tres de los jugadores con mejor forma de su equipo: Brozovic, Perisic y el siempre temido goleador, Mauro Icardi. Sin embargo, el destino sería caprichoso y no permitiría que el humilde equipo visitante acabara su andadura en la Copa Italia en los noventa minutos reglamentarios.

Ambas partes de la prórroga continuaron con el mismo patrón de juego visto en la segunda mitad, dominio absoluto del Inter y férrea defensa del Pordenone. Además, por si fuera poco, el cancerbero visitante Perilli dejaría para el deleite de todos los aficionados que no apoyaban al Inter, increíbles atajadas y despejes que evitarían que los nerazzurri se llevaran la victoria antes de la siempre loca tanda de penaltis.

Los penaltis despidieron al Pordenone de la Copa Italia tras quedar en la tanda 5-4, fallando dos y tres penaltis respectivamente. El internacional japonés Nagatomo sería el encargado de lanzar la última pena máxima del partido que serviría para enviar de vuelta a casa al humilde equipo rival.

Pordenone, un equipo que nunca se rindió

El Pordenone estuvo a muy poco de entrar en la historia del fútbol italiano, no obstante; pese a no conseguir el pase a los cuartos de final, el equipo cercano a la ciudad de Venecia se ganó un hueco en el corazón de todo aquel aficionado al fútbol italiano pues siempre es bonito ver como un equipo pequeño y humilde planta cara a un gigante europeo.