"Si no gano ningún título, me iré". Estas fueron las palabras que dijo Luciano Spalletti, anterior entrenador de la AS Roma, durante la campaña pasada, una de las mejores que se le recuerdan recientemente al equipo italiano.

Es cierto que fue eliminado en los octavos de final de la Europa League, que la Lazio lo dejó fuera de la Coppa Italia después de unas grandes semifinales y que tampoco consiguió ganar el Scudetto, pero Spalletti hizo historia con la Roma.

Porque sólo estuvo 18 meses en su segunda etapa en el banquillo del conjunto italiano -ya lo había entrenado entre 2005 y 2009 ganando dos títulos de Coppa Italia-, pero consiguió mejorar el juego y los resultados de la Roma.

Spalletti cumplió su palabra y, tras no ganar ningún título, abandonó la capital italiana rumbo a Milán. Pero marchó consiguiendo la mejor puntuación de la Roma en la Serie A en sus 90 años de historia y en las competiciones donde cayeron eliminados, se fueron con la cabeza bien alta: no lo consiguieron, pero estuvieron muy cerca de conseguir dos remontadas históricas.

Luciano Spalletti, el técnico romano antes de Di Francesco / Foto: AS Roma
Luciano Spalletti, el técnico romano antes de Di Francesco / Foto: AS Roma

Un inicio más que positivo

Con la marcha de Spalletti, la directiva romana, que contó con la incorporación de Monchi, tuvo que buscar un sustituto, y lo encontró: Eusebio Di Franscesco se convirtió en el nuevo entrenador de los italianos.

El mercado de verano fue movido y, de hecho, la Roma contó con hasta nueve incorporaciones: Karsdorp, Héctor Moreno, Kolarov, Ünder, Pellegrini, Gonalons, Corlu, Defrel y Schick. Pero entre finalizaciones de cesiones, traspasos y retiradas de futbolistas, los italianos perdieron hasta diez jugadores y muchas de estas bajas fueron más que sensibles: Szczesny, el portero titular durante las dos últimas campañas, Paredes, Salah, que cambió de aires y recaló en Liverpool, donde está cuajando una gran temporada, y la dramática retirada de Totti. De hecho, una de las principales críticas que recibió Spalletti fue, justamente, los pocos minutos que le había dado al eterno capitán en su última temporada como jugador. "Siempre he trabajado duro para la Roma", fue la respuesta del ex-entrenador romano.

La llegada de Monchi generó muchas expectativas en Roma y muchos aficionados soñaron con mejorar la temporada anterior. Y, de hecho, el comienzo de campaña que realizaron los romanos fue casi perfecto.

Ganaron nueve de los once primeros partidos ligueros y veían que, con un partido menos, eran el principal perseguidor de Nápoles y Juventus, con el permiso del Inter de Milán, entrenado por el propio Spalletti. Y aunque les faltaba encontrar una regularidad en el juego, los romanos destacaban por ser uno de los mejores equipos defendiendo, aunque tenían que mejorar sus registros goleadores.

Uno de los principales culpables de los buenos registros defensivos de los italianos es el portero Alisson, que aunque durante la pasada temporada fue el titular en Coppa y en Europa League, ha sido en esta campaña cuando se ha convertido en la primera opción en la portería romana. Con 19 goles encajados en 25 partidos ligueros, la Roma es el tercer equipo menos goleado de toda la Serie A, sólo superado por los dos primeros clasificados, Nápoles y Juventus, que solamente han recibido 15 goles esta temporada. Incluso, durante el mercado de invierno, se relacionó al portero brasileño con equipos como el Real Madrid. Pero no cambió de aires.

El guardameta Alisson, uno de los nombres propios esta temporada / Foto: AS Roma
El guardameta Alisson, uno de los nombres propios esta temporada / Foto: AS Roma

De entrada, en Champions las sensaciones no fueron buenas. Todavía sin haber jugado ningún partido de la fase de grupos, los romanos vieron como cayeron dentro del temido "grupo de la muerte". La Roma fue emparejada con rivales como el Atlético de Madrid y el Chelsea y pocos apostaron por una clasificación del equipo italiano. Sin embargo, los de Di Fransesco no solamente se clasificaron para octavos, sino que quedaron primeros de grupo.

El comienzo de la crisis

Durente los primeros meses de esta nueva campaña, en la città eterna se respiraba felicidad. Es cierto que el juego del equipo no enamoraba, pero la efectividad de la Roma era más que destacable. Los romanos estaban vivos en las tres compeciones y aunque parecía difícil, muchos consideraban que Di Francesco había mejorado el trabajo realizado por Spalletti. Pero un partido lo cambió todo.

Era el 20 de diciembre de 2017 y el Estadio Olímpico de Roma era la sede de uno de los partidos de los octavos de final de la Coppa Italia. En el encuentro se veían las caras dos equipos históricos: la Roma, que jugaba ante su afición, y el Torino, que llegó a la capital italiana con las ganas de dar la sopresa. Pocos pensaban que pasaría pero, después de los 90 minutos, los locales quedaron eliminados de la Coppa Italia, una competición en la cual, la temporada anterior, se quedaron a las puertas de la final.

Es cierto que la posesión -67%-, las ocasiones -10 tiros a puerta- e incluso los saques de esquina -6 córners- fueron para los locales, pero primero De Silvestri y luego Edera marcaron los dos goles visitantes. A cinco minutos para el final, Schick marcó el gol romano y la Roma intentó la épica, pero fue imposible. En vísperas de Navidad, el Torino regresaba a Turín con el mejor regalo posible.

Jonathan Silva saludando a la afición romana después de caer eliminados en Coppa / Foto: AS Roma
Jonathan Silva saludando a la afición romana después de caer eliminados en Coppa / Foto: AS Roma

Aunque este partido no se puede considerar el único causante de la crisis romana, sí que fue uno de los más significativos. Y, a estas alturas, la Roma parece haberse despedido de la posibilidad de ganar algún título. Estando a finales de febrero.

En liga, el equipo italiano se encuentra a dieciséis puntos del primer clasificado, el Nápoles. Es cierto que los romanos van terceros y que han ganado 15 de los 25 partidos ligueros que han disputado, pero también han empatado cinco y han perdido la misma cantidad de encuentros, algunos sorpresivamente. Y aunque es el tercer equipo menos goleado, incluso el sexto clasificado, la Sampdoria, ha marcado más goles que el equipo de Di Francesco.

En Coppa, los romanos sólo han conseguido llegar hasta los octavos de final y, aunque dieron la sorpresa en Champions, se ven con la obligación de remontar en Roma para seguir vivos en la máxima competición europea.

Es cierto que el rival que les ha tocado a los romanos no es nada fácil y, de hecho, el propio Shakhtar Donetsk es uno de los culpables para que el Nápoles, actual líder de la Serie A, no se clasificara para los octavos de final. Incluso la Roma se consiguió adelantar en Ucrania, pero los locales consiguieron girar el marcador y ganar el encuentro por 2-1.

Pero la Roma, a lo largo de la temporada, también le ha dado grandes tardes y noches al aficionado romano. Partidos ganados en el último suspiro como el de ante el Cagliari, una clasificación impecable para los octavos de final de la Champions o una racha de nueve victorias en 11 partidos ligueros. Los romanos ya han demostrado que saben cómo volar: lo único que les falta es terminar de despegar.

Los jugadores de la Roma celebrando el 1-0 ante el Cagliari / Foto: AS Roma
Los jugadores de la Roma celebrando el 1-0 ante el Cagliari / Foto: AS Roma