Meses atrás todo era perfecto. En la primera aventura de quien fuese Capitán de la selección holandesa y uno de los mejores laterales izquierdos en los inicios del siglo XXI como entrenador, estaba conduciendo al equipo de sus amores por una campaña donde, más allá de algunos altibajos dentro de los papeles, se podría considerar como positiva. De pronto, todo cambió. El desplome fue súbito y prácticamente letal, porque dejó al Feyenoord sin posibilidades reales de pelear por el título, además de ponerlo en una situación más que incómoda por obtener la peor racha de derrotas consecutivas en la historia de la institución, algo que se fija en la memoria de los aficionados y evidentemente de los futbolistas.

Una verdadera pesadilla. Pero como el show debe continuar, lo único que quedaba por hacer era sacudirse el mal momento; sin una fecha de finalización pero claramente esa era la siguiente tarea por cumplir. Siete derrotas después, el conjunto de Róterdam encontraba una posibilidad dorada para ponerle punto final a la crisis: jugar en casa ante el Roda JC, quien se encuentra pensando más en evitar los puestos de promoción que en cualquier otra cosa. La Bañera confiaba en volver a celebrar la victoria de los suyos en otro episodio más de fútbol por la tarde del domingo.

El Feyenoord mostraba su intensidad, así como su poca claridad. Desperación total

Los primeros minutos tenían a un equipo local con esa marcada presión por hacer las cosas bien reflejada en su forma de tratar la pelota, tanto de forma colectiva como individual, principalmente en este último aspecto. Un pasivo conjunto visitante dejaba el escenario ideal para jugar con la esférica hasta línea de fondo, con la esperanza de poder resolver de alguna forma u otra el déficit de gol que se estaba presentando. Con presión por parte de la delantera local habían espacios, pero la claridad se encontraba ausente en las ideas que se reflejaban en el engramado.

Dada la poco tradicional formación de Van Bronckhorst con el veterano Kuyt como mediapunta, el mayor peligro se daba por el centro, traduciéndose las mismas en remates de media distancia hasta dentro del pequeño rectángulo, en donde más de una vez se hacía presente el guardameta Van Leer para ahogar cualquier grito eufórico del aficionado local. Ese indiscutido dominio mostraba en el campo una mayor entrega por parte de conjunto de Róterdam, pero que a la vez evidenciaba claras falencias en el aspecto colectivo, pensando en la incapacidad de hilar una jugada a ras de suelo más allá de lo que pudiese hacer el actual Capitán.

Kuyt (c) abría el marcador al cierre del primer tiempo. (Foto: feyenoord.nl
Dirk Kuyt (c) abría el marcador al cierre del primer tiempo. (Foto: feyenoord.nl)

Antes de concluir el primer tiempo, por fin pudieron sacarse la espina los locales. Una jugada que arrancaba por la banda derecha tenía en el joven Basacikoglu al responsable de enviar un centro al área chica bastante complicado por la cantidad de defensores que se hacían presentes; sin embargo, haciendo uso de condición física y habilidad como delantero escurridizo Dirk Kuyt de palomita remataba el balón para ponerlo en el ángulo derecho superior de los visitantes, rompiendo la igualdad instantes previos a llegar el minuto 45.

Decepción y desesperación

El complemento debía servir a los de casa para administrar el resultado y aumentarlo en la menor cantidad de tiempo para que el triunfo no peligrase, un trabajo que no parecía complicado por el rival. Sin embargo, el conjunto de casa fue presenciando poco a poco cómo el fútbol colectivo de los de Kerkrade fue subiendo, a tal punto de borrarlos de la cancha y exponer frente a la afición del estadio a nuevos protagonistas en el encuentro.

Poca claridad estaba teniendo el Roda muy a pesar del repunte que tenían, algo que estaba lejos de aprovechar un claramente nervioso Feyenoord, el cual batallaba para evitar lo peor. Transcurrieron los minutos y al fin tuvo recompensa la visita con el empate; Maecky Ngombo tenía dos minutos en el terreno de juego cuando se encontró con el gol del empate, el cual llegó luego de una muy mala actuación de la defensa local que se movió por completo hacia un costado para dejar al joven futbolista belga totalmente solo frente al guardameta Vermeer. El reloj electrónico indicaba los 69'.

Desde las gradas observaba el partido un invitado bastante peculiar en la tarde de Róterdam, nada más y nada menos que Dick Advocaat, viejo zorro cuya presencia haría levantar las especulaciones sobre el futuro de Gio. En la cancha, el desempeño del equipo no ayudaba: flojas marcaciones, displicentes entregas de balón y muy visibles señales de nerviosismo y frustración por parte de futbolistas que en el papel poseen la experiencia necesaria para afronta una situación como la actual en la institución.

Haciendo uso de más pundonor que de claridad futbolística, el equipo de Róterdam iría con todo hacia adelante. Una ocasión importante se daba cuando Elia desbordaba de gran forma por el sector de la izquierda hasta sacar el pase, recepcionándolo correctamente Achahbar que entró de recambio y disparando a puerta, pero su disparo salió desviado por centímetros apenas de la portería de Van Leer. La presión local tendría otra gran ocasión de gol en los suspiros finales en los botines del propio Elia, quien aprovechando un balón que le quedó casi en bandeja de plata disparaba a puerta, pero su remate terminaba pegando en el travesaño.

Eljero Elia estrelló un balón en el travesaño en los minutos finales. (Foto: feyenoord.nl)
Eljero Elia estrelló un balón en el travesaño en los minutos finales. (Foto: feyenoord.nl)

Al final no pudo ser. El conjunto de Róterdam lleva ocho partidos sin conocer la victoria y sigue en caída libre respecto a la clasificación general del fútbol holandés. La situación es más que delicada en un club donde las cosas no se ven tan claras con respecto a su estratega, el cual más allá de dejar las lógicas interrogantes que presentan las derrotas, da la sensación de no ser el adecuado para enmendar de una vez por todas la situación que están afrontando.

VAVEL Logo
Sobre el autor
Leonardo Quintón
¿Fútbol? No, mejor voetbal.