El encuentro comenzó con un ritmo bajo de intensidad, y con el conjunto local llevando la iniciativa en el juego, e intentando llegar al área rival combinando, mientras que el conjunto visitante se mantenía replegado a la espera de una ocasión en la que recuperar el balón para salir al contraataque. El PSV estaba siendo muy plano en los ataques posicionales, pero encontró una buena vía para crear peligro con las salidas en transición rápida tras una recuperación de la línea de tres del centro del campo que en algunas ocasiones se convertía en una de cuatro cuando bajaba Narsingh. Después de unos minutos, el ritmo de juego siguió siendo el mismo, y el conjunto rojiblanco siguió controlando el partido y buscando a alguno de los delanteros con balones largos cuando veía que no encontraría espacios tocando a ese ritmo.

Dominio local ante un rival contragolpeador en el inicio

Después de unos minutos, el partido no remontó, y el juego del equipo de Cocu siguió siendo de lo más tedioso con unas posesiones largas bastante insípidas y unos cambios de orientación insulsos que siempre llevaban al equipo local al mismo destino. Por su parte, el Heerenveen se mantenía replegado en su campo y no estaba siendo capaz de mantener la pelota en campo propio cuando el rival cometía una imprecisión. Incluso en algunas ocasiones se deshacía de ella aún teniendo buenas opciones de pase para progresar y ganar metros. Después de un tiempo, el PSV perdió la poca continuidad que tenía en su juego de tanto tener que reiniciar las jugadas, volviendo a empezar.

Los últimos minutos del primer tiempo fueron soporíferos, pues el PSV siguió teniendo la situación bajo control, pero perdió bastante posesión en favor de un combinado blanquiazul que no sabía aprovecharla, pues realizaba posesiones largas en lugares muy alejados del arco rival y sin ningún tipo de peligro. En los últimos segundos, el conjunto local intentó llegar al arco contrario, buscando en largo a centrocampistas que se desmarcaban al espacio desde segunda línea, esa jugada no estaba saliendo bien, pero lo siguió intentando hasta el último segundo del primer tiempo.

Control local tras un inicio movido

En el segundo tiempo, el Phillips Stadium se quedó helado tras ver a su equipo encajar el 0-1 por medio de Vrede que batió a Zoet en el mano a mano con incertidumbre incluida en el remate, tras un inicio titubeante del PSV que con el balón, daba la sensación de estar descubriendo la defensa. Afortunadamente para ellos, se encontraron con el 1-1 bastante pronto después de que Luuk de Jong rematara de cabeza en plancha un centro de Narsingh desde la derecha. Tras el gol, el campeón de Holanda no dió muchos síntomas de recuperación, pues seguía sin hacerse con el dominio del esférico, y estaba siendo muy irregular a la hora de atacar.

Después de unos minutos, el encuentro siguió igual y el PSV controlaba la situación pero no terminaba de transmitir confianza sin el balón, pues el conjunto visitante que estaba teniendo más balón, estaba amagando con llegar al área rival. Mientras tanto, en el apartado ofensivo estaba creando peligro, pero llegaba al área con muy poca frecuencia. Pasaba el tiempo, y a pesar de que los locales estaban teniendo algunos tramos de dominio territorial, no se podía vislumbrar la manera con la que podría lograr el segundo gol. Los de Eindhoven estaba teniendo más balón, pero no estaba encontrando la manera de crear peligro por dentro a pesar de que Gastón Pereiro estaba poniendo balones en profundidad.

Los últimos diez minutos de juego fueron de un ritmo muy lento de juego por parte del PSV que intentaba crear peligro jugando con Narsingh y Brenet por la banda derecha, pero sus centros carecían de todo peligro. Los últimos instantes de juego siguieron siendo muy tediosos, ya que el conjunto local era incapaz de encerrar en su campo a un Heerenveen que ha aguantado muy bien las acometidas de su rival, manteniendo bien la posición en todo momento. Finalmente, el combinado rojiblanco se volcó más en campo rival, pero a pesar de que rodeó el área rival, no tuvo la profundidad suficiente para rematar ninguna de las jugadas que tuvo en los últimos metros, pues los centros al área le restaron concreción de cara a gol.