El encuentro comenzó con el 1-0 del Ajax por medio de Lasse Schöne que remató de cabeza un centro desde la banda derecha. El ritmo de intensidad estaba bajo mínimos, y el equipo de Frank de Boer estaba controlando la situación replegándose en su campo, y saliendo al contragolpe tras una recuperación de balón, ante un PEC Zwolle que estaba dominando la posesión, pero que no estaba consiguiendo crear excesivo peligro volcando el juego sobre la banda derecha. Después de un tiempo, el equipo de Amsterdam se dedicó a mover la redonda en el centro del campo, sin ganar demasiado protagonismo en el juego. Por su parte, el equipo visitante estaba empezando a buscar más a Veldwijk en largo a la espalda de los dos centrales. 

Dominio local sin intensidad

Después de los primeros minutos, el ritmo de intensidad seguía siendo soporífero, y el conjunto rojiblanco que estaba jugando con un 4-2-3-1 con Klaassen y Bazoer en el mediocentro y con Gudelj más adelantado, siguió realizando unas posesiones largas con una circulación bastante lenta. Lo único que lograba romper ese ritmo, eran las salidas a la contra de jugadores que se descolgaban desde segunda o tercera línea. El 2-0 llegó por medio de Arkadiusz Milik que remató de tacón un centro de Bazoer desde la línea de fondo, tras una buena combinación colectiva. Después del tanto, el cuadro blanquiazul trató de recuperar el control del balón, a base de realizar posesiones largas para intentar instalarse en campo contrario. Mientras tanto, el líder de la Eredivisie estaba creando bastante más peligro que su contrincante, teniendo la mitad de posesión y arrancando en velocidad. 

El 3-0 llegó por medio de Arkadiusz Milik que batió al portero rival con un disparo cruzado escorado desde la izquierda. Este tanto no hizo más que certificar dos cosas, el bucolismo en el que vive el Ajax durante sus partidos, y la gran temporada que está realizando el delantero polaco propiedad del Bayer Leverkusen que lleva 18 goles, y que se está destapando como un delantero potente con un gran dominio del juego aéreo, y un gran disparo. En los últimos segundos del primer tiempo, el equipo de Frank de Boer empezó a llevar la iniciativa en el enfrentamiento, y con semejante ventaja en el marcador se estaba dando un festín realizando jugadas brillantes combinando, culminadas con buenos disparos, en el que los jugadores se descolgaban y buscaban el gol, dando el mayor tramo de espectáculo en todo el duelo. 

Dominio del Ajax en un encuentro sentenciado

El segundo acto comenzó con manejo de los locales, en un tono mucho más relajado que en los últimos minutos, moviendo la pelota con bastante lentitud, y sin buscar el arco contrario. Mientras tanto, el PEC Zwolle que ya ha bajado los brazos desde el tercer gol de los locales, se dedicaba a dejar pasar el tiempo, y a perseguir el cuero de los pies de los jugadores rojiblancos, que prácticamente estaban esperando también el pitido final en vista de lo poco que quedaba en juego, y de que no tenía rival. El ritmo de intensidad volvía a ser soporífero, y no habían ocasiones en el encuentro, pues los Amin Younes, Lasse Schöne, los Arkadiusz Milik se habían desconectado del encuentro y únicamente quedaban sus cuerpos que se movían aleatoriamente sin un objetivo concreto.

Después de los primeros minutos, se rompió el pacto de no-agresión que habían firmado ambos equipos, y el duelo alcanzó un ritmo más alto de intensidad, con algunas salidas en velocidad que estaban realizando ambos equipos, a pesar de que ninguna de estas estaba terminando en gol. Tras un tiempo, la intensidad volvió a bajar, a pesar de que el Ajax seguía llegando a la portería rival con bastante fluidez, ante la gran cantidad de espacios que dejaban los visitantes en defensa. Por su parte, el equipo blanquiazul se limitaba a realizar posesiones largas a la espera de que concluyera un encuentro que se le estaba haciendo muy largo a ambos equipos. 

En los últimos segundos del encuentro, los de Frank de Boer se dedicaron a realizar posesiones largas, y a buscar en alguna ocasión al extremo de banda izquierda en largo. El partido llevaba tiempo acabado, pero el Ajax lo terminó finiquitando con posesiones y un ritmo de intensidad bajo mínimos que justificaba la pasividad de ambos equipos en el segundo acto, y con ello, la ausencia de llegadas al área contraria, y la ausencia de ocasiones de gol.