La fría tarde-noche en Ámsterdam, y el a priori insulso partido que se presagiaba, con un Ajax ya clasificado para dieciseisavos de final y un Panathinaikos prácticamente sentenciado, no invitaba demasiado a acudir al estadio. Sin embargo, los ajacied no suelen fallar ni siquiera en una ocasión así a su conjunto, y el estadio presentaba unos acogedores tres cuartos de entrada.

Sorpresa en los locales

Aquellos que no faltaron a la cita con su conjunto pudieron ver como Peter Bosz presentaba un once compuesto prácticamente por canteranos meritorios y jugadores de la segunda unidad que apenas estaban gozando de minutos durante la temporada. El ejemplo más representativo de esto se podía encontrar en el eje de la zaga, compuesta por el jugador del filial Van Ligt, de 17 años, y el veterano Heiko Westermann, de 33, que no estaba contando para Bosz y venía jugando incluso en el filial las últimas jornadas. También se vio en acción a otros prometedores jugadores de "De Toekomst" como Nouri o el lateral Dijks.

Por su parte, el Panathinaikos intentaba quemar sus últimos cartuchos para arañar una plaza en la fase K.O. con un once que incluía a la mayoría de sus habituales, Ibarbo como punta de lanza y los veloces Wakaso y Villafáñez en los costados.

Ibarbo, Wakaso y Villafáñez lideraban el poder ofensivo heleno

Velocidad que en la primera parte del partido se hizo prácticamente su única alternativa, pues el dominio del balón era neerlandés y ellos apostaban por replegarse y lanzar contras vertiginosas cuando recuperaban. Y no fue mala apuesta, pues los pupilos de Bosz se vieron un tanto faltos de creatividad con el balón en los pies y los helenos no veían peligrar su portería salvo en alguna acción aislada a balón parado. Y fruto de esa comodidad llegó su gran ocasión del partido, un balón que pierde el Ajax en el centro del campo y que le cae a Vicente Ibarbo, que inicia una travesía como una exhalación hacia la portería de Onana, supera en velocidad a Westermann, que dio muestras de estar falto de forma, y se planta en el área para soltar un trallazo que solo el poste derecho impidió que entrase.

A partir de esta ocasión, transcurrida la primera media hora de partido, los holandeses empezaron a entramar y enrevesar más sus jugadas para intentar avanzar entre las parejas y bien estructuradas líneas defensivas de los visitantes, y comenzaron a realizar una serie de buenas combinaciones con peligro, con Amin Younes a los mandos de las mismas. Fruto de estas llegadas con peligro a la zona de tres cuartos de campo rival se produjo una falta en el minuto 40, a unos 30 metros del arco, que se dispuso a lanzar uno de los pocos titulares habituales que formaban, Lasse Schöne. Su golpeo, sin ser brillante, consiguió pillar al portero del conjunto griego a contrapié, que esperaba el balón al lado contrario, y el balón se introdujo mansamente en las redes de la portería visitante. Sin tiempo prácticamente para nada más se llegaba al descanso.

La respuesta griega es nula

En la segunda parte se esperaba una reacción por parte del Panathinaikos, que había dispuesto un equipo más competitivo sobre el césped a priori, y que se jugaba las pocas opciones de clasificación que le quedaban. Pero sin embargo, lo único que ocurrió fue que el dominio de los tulipanes se incrementó aún más, con posesiones largas y cómodas y con los jóvenes mostrando buenas maneras, como el caso de Van de Beek. A los cinco minutos de comenzar el segundo tiempo, el Panathinaikos recupera un balón en defensa, tratan de sacar la pelota jugada, pero fallan estrepitosamente dejando al lateral Tete recuperar el balón en la frontal del área y lanzar un potente disparo raso que se cuela pegado al poste derecho de la portería de Steele. 

El Ajax se colocaba 2-0, hacía unos deberes que ni siquiera tenía por qué hacerlos, y posteriormente durmió el partido, con fases de letargo por parte de ambos equipos, en un tono ciertamente conformista de los griegos, y con pocas ocasiones más, siendo estas además de nuevo del cuadro holandés, como un lejano disparo del sustituto Clement. En definitiva, el Ajax con lo justo, sin necesitar tampoco más, se hacía con su cuarta victoria en cinco partidos y dejaba sellado el liderato del grupo gracias al empate que firmaron Standard de Lieja y Celta, y un pobre Panathinaikos se despedía así de su aventura europea de este curso.

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