En Utrecht están todos emocionados, ha nacido una nueva estrella que deslumbra cada fin de semana en el Galgenwaard Stadion, que es capaz de robar mil suspiros a casi 25.000 espectadores cada vez que toca la pelota y la manda al fondo de la red. Hablamos, cómo no, de Sébastien Haller. Su caso empieza como muchos otros, viene cedido una temporada y acaba quedándose, para delicia de los aficionados del Utrecht.

Haller empezó su carrera futbolística en su Francia natal, siendo parte de algunos clubes locales antes de llegar en 2007 al Auxerre, donde firmó con ellos su primer contrato profesional en 2011. Aún así, le llevó más de un año hacer su debut oficial con el primer equipo, siendo su primer rival el Nimes de la Ligue 2, en el primer partido que se disputaba de la temporada 2012/2013.

Después de tener un silencioso comienzo en Francia, fue cedido en 2014 al Utrecht. Esta fue su primera oportunidad de jugar en la liga principal de cualquier otro país. Logró dejar su marca en tan solo seis meses, habiendo marcado 11 goles en 17 partidos jugados. Sus grandes actuaciones le llevaron a ganar en 2015 el Di Tomasso Trophy, trofeo que entrega el Utrecht al mejor jugador de la temporada. Al final de la temporada, Haller firmó un contrato permanente con el club.

También ha representado a Francia en los U16, U17, U18, U19, U20 y U21, incluyendo su participación en el Mundial U17 de la UEFA en 2011, donde fue crucial para el pase de su equipo a cuartos de final, marcando el segundo gol contra Argentina. De nuevo en los U21, ha encontrado el gol en siete de los 12 partidos que ha jugado. Habiendo representado a Les Blues en las categorías inferiores, es solo cuestión de tiempo que le convoquen en la absoluta. Sin duda, podría ser un excelente remplazo del puesto que ha dejado Henry tras retirarse.

Estilo, puntos fuertes y debilidades

Es un delantero centro natural. Con su 1'87 de altura, siempre está presente en el juego aéreo, siendo una amenaza constante en el área rival, sobre todo en situaciones de uno contra uno. Es raro verle fallar de cara a portería, pues su instinto asesino de delantero le lleva a ser un excelente definidor. A pesar de su posición, no es raro verle bajar a ayudar defensivamente, siendo de mucha ayuda a la hora de interceptar jugadas.

Su mayor debilidad reside en el dominio de sus pases, donde tan solo tiene un 62% de acierto. No suele dar muchos pases, sobre todo a ras de suelo, por lo que cuando opta por los pases largos y cambios de juego acaba con lo que podría haber sido una buena jugada. Además, no es un buen regateador, y le quitan el balón con bastante frecuencia.

Sin duda, sus puntos fuertes destacan mucho más que los débiles, y es por eso que tiene muchos pretendientes en Europa. De momento, el joven de 22 años está cómodo en el Utrecht, donde es una de las estrellas más brillantes. No obstante, habrá que seguir de cerca la evolución de este joven delantero que tanto promete.