Durante el transcurso cuatro días todo, absolutamente todo, se define. Esos dos partidos que nadie en la primera categoría holandesa quiere disputar a final de temporada han llegado para el conjunto de Kerkrade, el cual ha probado el desagradable sabor del fracaso cuando se veía poco probable. Reivindicarse nunca es sencillo, mucho menos cuando enfrente se tiene a un conjunto que inspiración y sed de gloria los hacen moverse para hacer cosas imposibles. Si de escenarios pintorescos se trata, el fútbol poca competencia tiene: uno de los derbis de Limburgo se convertirá en una guerra campal por si ya no es suficiente.

El engramado del De Geusselt está listo para albergar la primera de dos finales que tendrán estos equipos entre este jueves y domingo. Los errores y el miedo se pagan con disputar la tan pesada segunda división, mientras que por otro lado, todo lo bien que pueda hacerse o la suerte que se pueda tener en 180 minutos será recompensado el derecho a codearse con los grandes en la máxima categoría holandesa. Sabiendo que fallar no es una opción, ambos equipos están listos para dar lo mejor de sí y algo más en la búsqueda de tan preciado premio.

El caballo negro limburgués

Si hace un mes y medio se hubiese hecho la pregunta a cualquier entendido en la materia de cuáles equipos en la Eerste Divisie estarían disputando la promoción, difícilmente se encontrarían entre los candidatos al MVV Maastricht. Habiendo finalizado séptimo de la clasificación con 59 puntos, muy lejos de un nivel a considerarse como óptimo, el equipo de Limburgo terminó siendo promovido hasta el quinto lugar de tabla por la obvia imposibilidad que tienen las categorías inferiores de Ajax y PSV en jugar la Nacompetitie, como se le conoce a la promoción en Holanda.

Su posición le permitió arrancar en la segunda ronda enfrentándose al Cambuur, el cual había realizado una temporada muy sólida tanto en liga como en la Beker y se perfilaba como fuerte candidato para luchar por un cupo en la división de honor. La lógica se imponía en la ida cuando en casa cedieron un empate a un gol con el favorito, sin embargo, para la vuelta en Leeuwarden los sureños lograron una agónica victoria de 1-2, en lo que fue el primer triunfo del equipo tras dos meses de empates y derrotas.

El equipo dirigido por Ron Elsen claramente se ha valido más de la entrega y sacrificio que del buen fútbol para sacar adelante la temporada. Con un estilo de juego muy abierto, tanto que se permite desatenciones muchas veces fatales, el equipo de Maastricht apela a su despliegue físico y a lo que puedan hacer los delanteros Thomas Verheijdt que suma 11 goles en 38 partidos y Patrick N’Koyi con ocho asistencias en 22 encuentros. Los Sterrendragers no saben lo que es jugar en la Eredivisie desde la temporada 1999/2000, por lo que saldrán con su estela de caballo negro para lograr a costa del vecino de ciudad su tiquete a la gloria.

Despertar antes que sea tarde

Cuando en la jornada 31 se impusieron 3-1 al Sparta, toda la afición de Kerkrade daba por sentada la salvación. Lo que no tenían en cuenta era la reacción del conjunto de Róterdam posterior a ese juego, la cual sumada al duro descalabro en casa del Vitesse para el cierre de la temporada, sirvió para que uno de los históricos del fútbol holandés desplazara en la clasificación a un equipo que todavía sigue viviendo en negación. Cambiar el chip y entender la dura realidad se hizo algo urgente y necesario, puesto que el camino por la salvación tendría continuidad prontamente. Hoy por hoy les urge seguir despiertos.

En la última fecha de la Eredivisie el Roda JC cayó del puesto 15 al 17 con una desafortunada combinación de resultados. Aunque en el cierre de la temporada ganaron prácticamente todos los enfrentamientos directos, los equipos ‘’grandes’’ y la inyección de adrenalina que tuvieron algunas escuadras les imposibilitó escaparse de la Nacompetitie. Comenzando en la segunda fase, el Helmond Sport sería la víctima; una victoria en calidad de visitante por 0-1 y un empate a uno en casa les bastó a De Koempels para superar a un rival que tenía el desgaste de una ronda anterior.

Muchos errores defensivos cometió este conjunto a lo largo de la temporada, los cuales no supo compensar del todo bien con la cuota goleadora que fue bastante escasa: diez goles entre los ocho delanteros que cuenta la plantilla de este equipo. Siendo evidente que la ofensiva no es la mayor virtud de este equipo, el estratega interino Rick Plum pone su confianza plena en el portero Benjamin van Leer, quien ha demostrado otra temporada más que quizás deba estar en un conjunto de mayor nivel dadas sus buenas condiciones. Uno de los habituales equipos de la Eredivisie quiere evitar a toda costa sufrir un descenso como el de hace tres temporadas atrás, por lo cual deberán despertar antes que sea demasiado tarde.