A pesar de ser un equipo que, dadas las irregulares condiciones de los equipos no pertenecientes al tridente de grandes en Holanda, siempre se ha mantenido cómodo en la parte media-alta de la clasificación, la excelencia nunca ha sido un calificativo válido para categorizar lo que temporada tras temporada ha conseguido el equipo del centro de los Países Bajos. Trabajar bajo esa etiqueta le ha permitido siempre desarrollar su fútbol sin mayores presiones, logrando eventuales clasificaciones a competencias europeas como premio a ello.

Sin embargo, para quienes viven en la permanente búsqueda de la excelencia, vivir sin presión es algo que en definitiva no aporta nada positivo. Si no existe urgencia o siquiera ganas de sobresalir, es muy difícil poder descubrir hasta donde las capacidades de cada uno pueden dar, lo que muchas veces al lograrse termina superando expectativas ajenas y principalmente las propias. Entendiendo esta realidad de la vida misma, el proyecto del Utrecht de cara a la temporada 2016/2017 se vio dirigida a ello: explotar los límites del equipo y ser ambiciosos como pocas veces.

Enriquecer la base

Un equipo como este regularmente posee una serie de jugadores que terminan enriqueciendo a escuadras de mayor envergadura dentro de la liga, algo a lo que parecen estar condenados campaña tras campaña. El Utrecht no pudo escapar de esta realidad de cara a los 60 de Eredivisie, en donde perdieron a dos piezas claves en la columna vertebral del equipo, como lo fueron Bart Ramselaar, talentoso centrocampista que emigró a Eindhoven con el Bicampeón de la competencia y Timo Letschert, quien fue a probar suerte más al sur de Europa. La lista de nombres se extendió mucho más, destacándose de igual forma la partida de Ruud Boymans a los Emiratos Árabes Unidos y Christiaan Kum con destino a Kerkrade.

Buscar reemplazos para estas bajas trabajo sencillo no iba a ser. Más allá de las adquisiciones meramente posicionales, este conjunto entendió que reforzar la plantilla con mayor profundidad debía ser una prioridad máxima. Entendiendo el nivel de competencia que existe entre clubes medianos y pequeños ante los grandes de la Eredivisie, las cesiones se volvieron alternativas importantes. La llegada del delantero Richairo Zivkovic cedido del Ajax significaría un punto de inflexión por lo que el juvenil aportaría. Adquisiciones como las del guardameta David Jensen desde el fútbol danés (diez porterías en cero) y Zakaria Labyad, un viejo conocido del fútbol en los Países Bajos, serían de igual manera un plus para un equipo que en química colectiva se manejó muy bien. 

El drama de la Beker

Competir en la Beker siempre genera grandes expectativas. Eliminatorias a partido único siempre resultan una vitrina importante para poder considerarse como un candidato real, no importa la clase de rival que se presente enfrente. Esa gran ventana de posibilidades que brinda el disputar la copa hace que cualquiera salga con ambiciones de matar o morir. La aventura para el Utrecht inició en la primera ronda de la fase final, en donde se impusieron 1-3 al Twente en un dramático partido que tuvo su desenlace sobre la hora. En la segunda ronda volverían a sufrir, esta vez ante el Groningen al cual derrotaron en tiempo de reposición con un solitario gol de Nacer Barazite.

El sufrimiento se había convertido en el principal componente de las llaves eliminatorias de este equipo. Para la ronda de los octavos de final el rival de turno sería el PEC Zwolle, quien ganaba el partido muy temprano y vio como los pupilos de Erik ten Hag concretaban una remontada agónica por medio de Kevin Conboy (81´) y Zivkovic por vía de la pena máxima al 93’. Al equipo que le fascinaba sufrir se le terminó la suerte para los cuartos, ya que muy a pesar de haber empatado 2-2 con un gol de Giovanni Troupée a los 89 minutos, en la tanda de penales el sorprendente Cambuur los dejó fuera jugando en su propio feudo.

Una temporada redonda

La conmemoración de los 60 años de existencia del formato de competencia conocido propiamente como Eredivisie sin lugar a dudas será inolvidable para toda la afición del Utrecht. Después de haber finalizado quinto la temporada previa y habiendo perdido el repechaje que daba acceso a la Europa League a manos del Heracles, el estratega Erik ten Hag tenía muy clara su idea de desarrollo de fútbol esta temporada. Se esperaba una campaña llena de tropiezos tras las sensitivas salidas que sufrió su columna vertebral, pero con un juego extremadamente pragmático en todo sentido pudieron solventar las cosas de forma impecable.

Con 18 victorias, ocho empates e igual cantidad de derrotas, el equipo del centro de Holanda mostró una versión más lúcida de juego durante la campaña, siendo mucho más regulares que en temporadas anteriores y consiguiendo convertirse en uno de los principales rivales a temer por todos dentro del torneo. Ciertamente ante los equipos grandes se vio doblegado prácticamente siempre, logró sacar resultados importantes como un empate a tres ante el Feyenoord, eventual Campeón y una victoria 2-3 en casa del AZ. Esa capacidad de mantenerse sólidos arriba hizo posible que no soltaran la cuarta plaza de la clasificación desde la jornada 23. Fruto del gran esfuerzo realizado, consiguieron 62 puntos, 11 más que su más cercano perseguidor el Vitesse.

Lejos de haber acabado con el trabajo, el repechaje para Europa quedaba por definirse. Dada la suspensión del Twente de competencias europeas debido a problemas administrativos desde el 2015, el Heerenveen sería el primer rival rumbo al objetivo. A pesar de la oportunidad que se les dio, el conjunto frisón no terminó siendo un adversario digno para lo que se disputaba, perdiendo ambos encuentros acumulando un global en 5-2 a favor de los blanquirojos. Como era de esperarse, el cupo se lo terminarían disputando con el AZ que se impuso al Groningen, en donde el drama sería el principal protagonista. La ida llevada a cabo en Alkmaar terminó con una goleada de 3-0 a favor de los locales en un duro golpe para las aspiraciones del Utrecht, pero en el compromiso de vuelta lograrían empatar el global a punta de muchísimo esfuerzo; los penales terminaron por otorgar un boleto que por la forma en que concluyó la liga se perfilaba como indiscutiblemente justo.

Los personajes

No es fácil conseguir una plantilla que responda a la perfección todas las ideas que el entrenador propone, y eso es algo que Ten Hag entendió muy bien sobre la marcha. Además de la disposición para trabajar sobre los planteamientos del entrenador, es fundamental, como siempre, contar con una dosis de talento y estrellas individuales. Ese talento sobró en este equipo, sobre todo en el medio sector y en la parte ofensiva, siendo en gran medida dos nombres propios los responsables de que las cosas funcionaran de manera eficiente dentro de la cancha.

Sin lugar a dudas uno de ellos fue el delantero Sébastien Haller. El francés disputó 36 de los 38 juegos que disputó el Utrecht en toda la temporada, consiguiendo la presumible suma de 13 goles (15 si se incluye el repechaje), lo que terminó ubicándolo como el décimo mejor anotador de la liga y evidentemente en el romperedes oficial del equipo. Haller brindó a los aficionados holandeses sus dotes como definidor nato, así como en labores defensivas, sobre todo por su gran juego aéreo. Uno de los jugadores más infravalorados de la Eredivisie, ahora jugador del Eintracht Frankfurt alemán, desarrolló una movilidad envidiable para un ‘9’ de área. Su futuro promete mucho.

Toda idea de juego, así como todo club, debe encontrar en alguien fruto de sus entrañas el estandarte de lo que representa el equipo. Esto lo encontró la institución en Yassine Ayoub. A sus 23 años el marroquí que fuera internacional holandés en categorías inferiores coronó una notable temporada, siendo titular en 36 compromisos, en donde tuvo seis asistencias de gol, siendo así el mejor compañero para Haller, Zivkovic y compañía en cada proyección ofensiva del equipo. Arrancando siempre desde la parte baja de la cancha como contención, Ayoub brindó seguridad en recuperaciones de balón hasta consagrarse como el verdadero armador del juego de este equipo.

El reto

Uno de los equipos más llamativos de la temporada holandesa tuvo su justo premio con llegar hasta Europa League. El camino ahora en adelante se presenta como una gran incógnita, puesto que, como años anteriores, ha perdido y seguramente perderá nombres importantes, esto sin contar los jugadores cedidos. De cara a una temporada en la que jugar los jueves representa un gasto tanto físico como mental mayor al normal, reforzarse ampliamente es una prioridad mayúscula, porque sino los problemas en la parte media-baja de la tabla podrían asomarse en el engramado del estadio Galgenwaard.

Sin embargo, antes que todo ello pase, no cabe duda que la temporada del Utrecht y de su técnico Erik ten Hag han sido más que sobresalientes. Mantener el ritmo y hasta mejorarlo si no se es Ajax, Feyenoord o PSV en muy difícil en los Países Bajos, por lo que la mezcla de talento joven y mucho oficio táctico deben valorarse de gran manera. Lo que más importa al final del día es que todo el esfuerzo realizado a lo largo de 34 jornadas emocionó a la afición, fue motivo de exhaustivo análisis por parte de los contrarios para hacerle frente que muchas veces se sintieron intimidados y principalmente, tuvo su merecida recompensa.