En este año 2017, la selección holandesa se ha quedado fuera del Mundial de Rusia 2018 tras acabar tercera en el grupo A de la fase europea por detrás de Francia y Suecia, algo que no sucedía desde hace más de tres lustros cuando no acudieron a la cita de Corea y Japón en 2002.

Este es el resultado de un proceso de empobrecimiento del deporte rey en uno de los países con más solera para su práctica. La crisis de talento en el fútbol holandés no es nueva. Ya el Mundial de Brasil 2014 se afrontó con muchas dudas, sobre todo tras el pésimo papel en la Eurocopa 2012, pero en aquella cita la pizarra de Louis van Gaal y el último servicio de sus mejores jugadores, caso de Sneijder y Robben, compensaron lo que parecía una tendencia ya confirmada: Holanda ha dejado de producir futbolistas de primer nivel.

El legado de “La Naranja Mecánica” en estos últimos años estaba compuesto por pocos futbolistas de élite. Solo unos pocos disputan la Champions League, y a priori, solo uno de ellos milita en un club que debe estar entre los ocho mejores conjuntos de Europa, Arjen Robben en el Bayern de Múnich.

Robben, en un entrenamiento de la Selección holandesa. / Foto: knvb.nl
Robben, en un entrenamiento de la Selección holandesa. / Foto: knvb.nl

A partir de esta última reflexión, quizás se pueda entender un poco mejor cómo está la “Oranje” actual, que, quitando la Eurocopa mencionada anteriormente (Francia 2016), no se perdía un gran torneo desde el Mundial ’02.

Fase de clasificación Mundial Rusia 2018

El 2017 comenzó de la peor manera posible. La Holanda de Danny Blind cayó derrotada en los dos primeros partidos de la fase de clasificación, derrotas que le costaron el puesto al seleccionador.

El 9 de mayo fue presentado el nuevo seleccionador: “El General” Dick Advocaat. El nuevo DT nacional holandés, que aceptaba el cargo por tercera vez en su carrera deportiva, se estrenó con victoria en un amistoso ante Marruecos. Continuó la racha con otro amistoso frente a Costa de Marfil y en su debut en competición oficial, goleando a Luxemburgo. Parecía que Advocaat podría sacar adelante la situación. Sin embargo, tocó visitar a la Francia de Griezmann, Mbappé y compañía, y tocó sufrir un baño de realidad. La goleada francesa mermó bastante las opciones de clasificarse, debido a que Suecia y la propia Francia se afianzarían en las dos primeras posiciones.

Los partidos continuaron con victorias holandesas. 3-1 ante Bulgaria, 1-3 frente a Bielorrusia y un insuficiente 2-0 a Suecia. Victorias que le permitirían alcanzar a los suecos en la clasificación, pero que con el gol average en contra (necesitaban ganar por 7 goles de diferencia en el último encuentro), provocaría que quedara tercera y, por tanto, fuera de los puestos de repesca. El 10 de noviembre se consumó el desastre. La “Oranje” vería el Mundial de Rusia 2018 en casa. La mala planificación deportiva y los malos resultados al comienzo de la fase clasificatoria ocasionaron el caos deportivo.

Holanda acabó con 6 victorias, 1 empate y 3 derrotas en 10 encuentros, anotando 21 goles y recibiendo en contra 12. Su máximo goleador fue Arjen Robben, con 6 tantos.

Tras no conseguir el objetivo, el seleccionador Advocaat decidió dejar el cargo después de los dos últimos amistosos internacionales de 2017, frente a Escocia y Rumanía, saldados con victoria.

Reflexión final con vistas al futuro

Pero, ¿por qué? ¿Qué ha sucedido para que una de las canteras más fértiles el fútbol mundial se haya secado de esta manera? ¿Es algo circunstancial o coyuntural? ¿Qué está pasando en los Países Bajos?

Talento no ha dejado de producirse, pero sí de pulirse o perfeccionarse. En las categorías inferiores suelen hacerlo bien, por lo que talento puro sigue estando ahí. La cuestión es por qué estos jugadores no acaben de dar el salto definitivo a la élite. Los ejemplos más claros han sido el PSV Eindhoven de Phillip Cocu o el Feyenoord de Giovanni van Bronckhorst. En las últimas temporadas, ninguno de los dos clubes mencionados ha sabido prolongar su dominio en el país tulipán, ya que su propuesta de juego en la Eredivisie es totalmente distinta a la de la Liga de Campeones. Ya lo decía el mítico Johann Cruyff cada vez que hablaba sobre el tema, el problema está en los entrenadores, que ni se atreven a llevar su estilo a Europa ni a evolucionar este estilo adaptándolo al momento, al fútbol contemporáneo.

Van Ginkel, una de las promesas estancadas. / Foto: knvb.nl
Van Ginkel, una de las promesas estancadas. / Foto: knvb.nl

Es un hecho que el fútbol holandés sigue produciendo talento bruto, pero ni es potenciado una vez llega a la élite ni tampoco cuenta con el extra que debe suponer pertenecer a esta escuela futbolística. Sea por lo que sea, la cuestión resulta más impactante con el ejemplo de Bélgica. Coincidir en el tiempo con el productivo e impresionante vergel en el que se ha convertido el país vecino, un país sin tanta tradición, sin un estilo tan definido y sin equipos “tan potentes” detrás, provoca tristeza para los más románticos de este deporte. El fútbol belga no ha parado de proveer a Europa de talento puro, diferencial y competitivo durante el último lustro.

Podemos ver las múltiples diferencias en el desarrollo de las carreras de un jugador holandés y de uno belga. Un ejemplo concreto: Davy Klaassen. El talento del Ajax viene llamando la atención desde la temporada 2013/2014, pero ya han pasado cuatro largas temporadas, tiene 23 años y sigue compitiendo en la Eredivisie. El caso contrario es, por ejemplo, el de Yannick Carrasco. El belga ha ido despuntando y avanzando hasta llegar a uno de los mejores equipos de Europa. Está muy extendida la idea de que el jugador tiene que formarse en el país y luego salir. Primero ganas en tu país, y luego sales. En las grandes generaciones siempre ha habido estrellas que primero han ganado la Copa de Europa (Neeskens, Cruyff, Koeman, casi todos del XI del Ajax 95) y luego se han ido a una liga mayor. Todos salieron con 21-23 años, como les ocurrió a los de la última generación de Sneijder, Van Persie y compañía.

La generación de Cruyff fue una de las más productivas de la historia del fútbol. / Foto: knvb.nl
La generación de Cruyff fue una de las más productivas de la historia del fútbol. / Foto: knvb.nl

El último ejemplo es Memphis Depay, futbolista que puso rumbo a un grande de Europa con apenas 21 años. No es que su nombre muestre de forma evidente el camino a seguir, porque en el Manchester United su aportación fue residual y tuvo que abandonar rumbo a Lyon, pero sí es posible que su ejemplo sea el que confirma que algo falla, y que en Holanda no es que no haya calidad, sino que faltan herramientas para volver a hacerla brillar.

VAVEL Logo