Pulis es un Dios dorado para muchos en la fría Stoke-on-Trent, pero cada vez para menos. Lleva varias temporadas salva al equipo con una identidad propia, y las visitantes al Britannia era una pesadilla para muchos. Este final de temporada, sin embargo, el equipo que dirige tendrá que luchar hasta el final por salvar la categoría.

El ambiente está enrarecido por Stoke, y Pulis lo sabe, que como no ha sido costumbre en los últimos años, recibió pocos aplausos a su salida al estadio. Algo impensable para una persona que, hasta antes de Navidad, eran pocos los que osaban cuestionarlo, y lo que es más importante, dudar de su capacidad para dirigir al Stoke por mucho tiempo.

Hoy no se ha librado del resquemor de la afición 'potter', antes, después y durante el encuentro. Y es que todo empezó a ir mal antes de que el público pudiese empezar a disfrutar del partido. En el minuto 8, Agbonlahor ponía el primero en la red, a la segunda, haciéndolo imparable para Begovic.

No parecía ser la tarde de los de Pulis, que no conseguían engranar jugadas, y que el pelotazo no parecía tener el efecto de otrora, con un Peter Crouch que veía todo desde el banquillo.

Weimann tuvo otra ocasión con un peligroso disparo al poste, y que no entró por poco, lo que hubiese sentenciado el partido.

También la volvería a tener el autor del gol, Agbonlahor, primero con un disparo que salvó Begovic, y acto seguido, con un penalty que el árbitro no pitó, y que le sirvió la amarilla al atacante de los 'villanos' por presunto piscinazo.

Y así, cuando parecía que todo iba a quedar en un importantísimo 0-1 para el equipo de Birmingham, todo cambió. En el 80, Charlie Adam dejó el balón para el ariete irlandés Walters, que dejó el balón a Kightly, y desde lejos, batió al experimentado Brad Guzan.

Y el público empezó a pedir más a los suyos, pero en vez de llegar el apretón definitivo, lo que vino fue el 1-2 del Aston Villa. Fue obra de Matthew Lowton, que ponía justicia y volvía a poner a los suyos por delante. 

Pulis mandó a sus chicos para arriba. Esta decisión solo produjo otro gol, el del delantero belga Benteke, que puso el 1-3 definitivo con el que aleja a su equipo tres puntos por encima del Wigan, que marca el descenso. Con tal solo un punto más se queda el equipo de Pulis, muy tocado anímicamente.