West Ham y Stoke afrontaban un nuevo partido de Premier con la idea de seguir sumando de tres en tres y fueron los visitantes los que marcaron el ritmo desde el principio. El West Ham salió despistado y sus jugadores tardaron una eternidad en entrar en el encuentro. De eso se aprovecharon los “potters” para hacerse dueños del choque desde el primer minuto.

Dominio del Stoke

A pesar del sometimiento, las ideas en ataque no fueron las mejores y Jones primero y Walters después, perdonaron la vida a los dueños del Boleyn Ground. Bien es cierto que Jääskeläinen hace una de las paradas de la temporada en la ocasión del atacante irlandés. Poco más nos mostró la primera parte. Los “Hammers” lo intentaban pero la pelota les duraba poco. No era su día y el Stoke demostró que no estaba en Londres para verlas venir. Seguía a lo suyo.

Los datos finales del partido demuestran que el equipo de Hughes fue mejor. Cinco tiros a puerta de los suyos y ninguno del West Ham pero sobre el césped, tampoco dieron la sensación de ser mucho mejores que sus rivales. Quizá al West Ham se le pedía más por su condición de local pero es que no supo, o no pudo, hacerse con el partido. El Stoke hizo su labor y consiguió que sus contrincantes no se sintieran cómodos en ningún momento excepto durante diez minutos escasos. Lo que tardó en esfumarse el “efecto Ravel”.

El joven centrocampista del West Ham está siendo una de las sensaciones del equipo y su presencia fue algo que animó a la grada y a sus compañeros pero fue por poco rato, y el Stoke supo mantener a raya el posible peligro. Todo apuntaba a un claro empate a cero. Mark Hughes lo hubiese firmado en el minuto 70 pero hubiese hecho mal.

Pennant dictó sentencia llegando al final

En el 76’ introdujo un doble cambio. Whelan y Pennant sustituyeron a Adam y Etherington respectivamente. Este movimiento iba a resultar providencial ya que seis minutos después, el extremo de pelo ensortijado hizo gritar a todos los aficionados del Stoke desplazados al este de Londres. Una falta al borde del área fue suficiente para él. La puso donde Jääkeläinen no podía llegar. Golazo y a aguantar diez minutos más, con añadido incluido, y, como había hecho durante más de ochenta, lo consiguió sin excesivos problemas.

El West Ham fue completamente inofensivo durante todo el choque. Sin Andy Carroll pierden la referencia y Maïga sigue sin demostrar absolutamente nada como para ser titular en esa posición, pero es que no hay otro. Tocará hacer encaje de bolillos antes del domingo para mejorar esa zona. El resultado de hoy deja tocados a unos y tremendamente contentos a otros pero, por méritos, no fue injusto.