La sonrisa en el rostro de Bob Bradley parecía tallada. Nadie se la podía sacar. El entrenador se convirtió a principios de esta semana en el primer estratega estadounidense en llegar a la Premier League, tras ser confirmado como el reemplazante de Francesco Guidolin en la banca del Swansea, y no pudo ocultar su emoción en sus primeras declaraciones como entrenador del combinado galés.

“No me la pensé dos veces. En un mundo perfecto, me hubiese gustado terminar la temporada con el Le Havre, como el año pasado, pero el fútbol no conoce de tiempos”, declaró el Bradley, que en su pasado cuenta con un exitoso paso por la selección estadounidense de fútbol, donde consiguió hacer un destacable papel en el Mundial de Sudáfrica 2010, llegando a octavos de final y quedando fuera contra Ghana.

Bradley se mostró profundamente agradecido de su ex club, el Le Havre, un nombre que a pesar de ser de segunda división francesa, no es ajeno al fútbol británico, ya que de ahí han salido algunos de los nombres que destacan en la actualidad del torneo, como Riyad Marhez o Paul Pogba (antes de llegar al Manchester United). “Les dije a los muchachos antes del partido que nunca olvidaría el sentimiento de verlos jugar en el último partido de la temporada pasada, aunque haya tenido un final decepcionante”, señaló el emocionado entrenador.

La decepción a la que Bradley hace alusión ocurrió la temporada pasada, cuando el Le Havre no pudo conseguir el ascenso a la Ligue 1 por tan solo un gol de diferencia. La triste experiencia de perder la promoción a la siguiente categoría no fue suficiente para mermar el cariño del norteamericano por el club francés, al cual le agradeció la oportunidad, destacando que su tiempo ahí fue realmente bueno.

Bob Bradley llegará para hacerse cargo de un Swansea que se encuentra complicado. Los galeses, si bien llevan una seguidilla de partidos ante rivales complicados, acumulan una racha de malos resultados que los tienen en los últimos puestos de la tabla. Aunque el equipo estaba jugando bien, la directiva perdió la paciencia con Guidolin y apostó por el entrenador de New Jersey en su lugar.

Bradley intentará revertir la dinámica negativa de un equipo que hace dos temporadas veía de cerca Europa, pero desde la salida de Garry Monk no ha sido capaz de acertar el rumbo y salir del mal momento que atraviesa. Un entrenador que sin haberse sentado en el banco, ya es historia viva de la liga, al ser el primero de su nacionalidad en desempeñarse como director técnico en Premier. Ahora, Bradley buscará destacar desde la banca, y en Gales, le tienen confianza.