Un equipo contra las cuerdas, derrotado por un gol a cero al 55' de partido, fuera de casa y que ve cómo el rival se acerca inexorablemente al segundo: un disparo al palo, dos pelotas sacadas bajo palos... Y tres goles, y tres puntos más. Esto es el Chelsea, un equipo que cree, lucha, resiste y acaba llevando casi siempre los partidos a su terreno; y no solo cree, lo hace: remonta, acorrala, hace rabiar a un rival que se siente impotente ante la valentía de un plantel que, más que nunca, funciona como lo que debe ser un equipo de fútbol. Todos juntos atacando, defendiendo, luchando, ganando. En el banquillo y en el campo. Son dos los artífices de la resurrección, no es posible llamarla de otra manera, de este Chelsea que cada día va a más.

Antonio Conte, desde el banquillo, mueve a sus jugadores a su antojo, los posiciona, los anima, los abronca, pero, sobre todo, los motiva a luchar por el de al lado, a entrar en todos los balones divididos como si fuera el último, a no bajar los brazos en ningún momento del partido, a jugar Fútbol con mayúsculas. Y Diego Costa, desde el ataque, la prolongación del técnico en el terreno de juego, rompe defensas, ayuda a su equipo atrás, crea ocasiones y, lo más importante, gana partidos. Costa es el espíritu de un Chelsea que está llamado a hacer cosas grandes esta temporada, de un Chelsea que ha entendido en menos de diez partidos lo que quiere su técnico, de un Chelsea que quiere volver a ser grande, lo es.

El partido en el Etihad de Manchester se presentaba como una batalla por el liderato, lo fue. El City fue mejor en gran parte de la primera mitad y en los primeros quince minutos de la segunda; el Chelsea, en periodos cortos del primer acto, y desde el 1-1 del héroe blue, de Diego Costa. Sin embargo, aunque hubo tiempo para ambos equipos, el corazón y la determinación del Chelsea por llevarse el partido hicieron la verdadera diferencia sobre la alfombra del Etihad.

La confirmación de las alineaciones de ambos equipos dejó claro que el partido de este sábado en el Etihad era clave cuanto menos de cara a terminar la primera vuelta de competición como líder. El equipo más en forma y primer clasificado de la Premier, el nuevo Chelsea de Antonio Conte, salió con su once de gala, con el único cambio de Matic por Fàbregas debido a la lesión del serbio en el último momento. 

Guardiola y su City, por su parte, volvieron a los tres centrales, apostando por un centro del campo muy poblado con la intención de tener la posesión del balón y controlar el partido en todo momento.

Por otro lado, hasta siete españoles formaron parte de los onces iniciales -en el Granada-Sevilla disputado en la mañana de este sábado fueron cuatro-. En el Chelsea, cinco (Azpilicueta, Marcos Alonso, Cesc, Pedro y Diego Costa); en el City, dos (Silva y Jesús Navas).

Alternativas con premio final para el City

Después de un emotivo minuto de silencio por las víctimas del accidente aéreo sucedido en Colombia esta semana, arrancó el partido de la jornada en Inglaterra como le gusta a Conte, un City que trataba de controlar la posesión y un Chelsea que creaba peligro ante la meta de Claudio Bravo con rápidas contras lideradas por Hazard, muy activo en los primeros minutos del encuentro. 

Foto: Manchester CIty
Foto: Manchester City

Sin embargo, el ritmo del choque cambió pronto, bajó un poco la intensidad y la presión del Chelsea sobre la salida de balón del City, al que le estaba costando salir con facilidad debido a la buena colocación del equipo de Conte sobre el campo. Así cambiaron las tornas del partido, aun con el City controlando la pelota, los Blues presentaban mucho más peligro en sus rápidas salidas a la contra. Hazard la tuvo en el 25' de juego tras regatear a Bravo y ponerla atrás para que remachara Costa; sin embargo, Stones, que no estaba cuajando un gran partido en la salida de balón que le pide Guardiola a sus hombres, logró despejar evitando el 0-1. Sin embargo, solo un minuto antes Fernandinho había convertido un gol tras una falta botada por De Bruyne que fue anulado por fuera de juego.

Volvieron a cambiar las tornas hacia la media hora de partido. El equipo local comenzó, además de controlar la posesión, a crear verdadero peligro sobre la portería de Thibaut Courtois. Así, David Silva, el mejor de los citizens y probablemente del partido en la primera mitad, puso un espectacular pase en profundidad al buen desmarque de Sané, que no había estado demasiado acertado hasta el momento, para que el alemán se la dejara franca a Agüero y este no pudo convertir el 1-0 gracias a la providencial intervención de David Luiz, que sacó la pelota bajo palos con un Courtois ya batido.

Foto: Chelsea
Foto: Chelsea

Siguió controlando el partido el equipo de Guardiola, combinando muy bien en medio campo y haciendo mucho daño al Chelsea con centros laterales. Finalmente, cuando parecía que se llegaría al final del primer tiempo con igualdad en el marcador, un centro desde la banda derecha de Jesús Navas fue desviado por Cahill con tan mala fortuna que acabó dentro de su propia portería. El jarro de agua fría llegó en el último minuto para los de Conte, que tendrían que buscar la remontada en la segunda mitad.

Corazón y remontada

Trepidante y con el City buscando sentenciar cuanto antes comenzó la segunda parte del encuentro. Nada más empezar, De Bruyne se quedó solo ante Courtois, pero su compatriota sacó bien los pies y salvó de nuevo a su equipo. Después, y tras la entrada de Willian en lugar de Pedro, que se marchó lesionado, y un buen pase de Moses a Costa, que acabó desviando Stones a córner, el City volvió a tener en sus botas el 2-0 debido a un error de Marcos Alonso al dejar la pelota para Courtois cuando el 'Kun' andaba cerca, y tuvo que ser Cahill quien evitara el gol.

Seguían achuchando los Citizens, que volvieron a perdonar el segundo: Silva inició la contra, Navas puso el balón atrás y De Bruyne, solo ante la meta de Courtois, mandó el esférico al travesaño, marrando una ocasión clarísima.

Y ante un equipo como el Chelsea no se puede perdonar. Un balón soberbio de Cesc Fàbregas, que hasta entonces no había tenido muchas aportaciones al juego de su equipo, llegó a Diego Costa para que el hispanobrasileño se fabricara él solo la ocasión y mandara la pelota al fondo de las mallas. Primer tiro a portería del equipo de Conte en todo el partido, donde el pistolero Costa no perdonó. Gol, recuperación del liderato y pichichi en solitario. 1-1 en el Etihad con media hora por delante.

Diego Costa celebra el 1-1 | Foto: Chelsea
Diego Costa celebra el 1-1 | Foto: Chelsea

No se vino abajo en un principio el City, que, aprovechando otro desajuste en la presión del Chelsea, logró que Agüero quedara solo ante Courtois, pero el belga, el mejor de su equipo fuera de toda duda, desvió la pelota con una gran parada de reflejos. Y aunque los Citizens no se vinieran abajo, el Chelsea sí que se vino arriba. Hasta alguna jugada de posesión larga tuvieron los de Conte, que cada vez se encontraban más cómodos sobre el terreno de juego.

Y se consumó la remontada. Este es el equipo de Conte, hasta el final, sin rendirse nunca y aprovechando cada mínima oportunidad. Tras un ataque del City, la pelota le cayó a Hazard, que vio a Costa desmarcado en el centro del campo y se la dio. El genial ariete español dejó pasar la pelota para zafarse de su marca y vio la carrera de Willian por la derecha. No dudó un solo instante, puso la pelota al hueco y el brasileño, con una gran definición, batió a Claudio Bravo y dejó patas arriba el Etihad, que no se podía creer cómo su equipo estaba perdiendo el partido. 

Agotó sus cambios Guardiola, con cara de total incredulidad en el banquillo, y dio entrada a Touré Yaya e Iheanacho en lugar de un mal Gündogan y de Stones, volviendo a la defensa de cuatro, que acabaría siendo casi de dos con la subida de los laterales en muchos momentos del partido.

A la desesperada buscaba el equipo local el gol que al menos mantuviera la distancia con su rival de la ciudad de Londres, pero hacerle un gol a este Chelsea con puntos en juego y en los últimos minutos es algo casi imposible para cualquier equipo. Para seguir ganando tiempo al partido, Conte dio entrada a Chalobah por un muy aplaudido por los aficionados blues, Diego Costa; y a Batshuayi por un Eden Hazard que logró sentenciar el partido en una fulgurante contra que finalizó de forma perfecta ante la salida de Bravo, desatando la euforia en el rostro de Antonio Conte y de todo el Chelsea en general.

Acabó el partido con una entrada muy fea del 'Kun' Agüero sobre David Luiz, una patada cerca de la rodilla sin balón de por medio, provocada claramente por la impotencia del resultado, que le llevó a los vestuarios con roja directa y provocó una fea tangana para empañar el gran partido vivido en el Etihad. Fernandinho sería también expulsado por empujar y coger por el cuello a Fàbregas.

Así, el Chelsea es más líder que nunca y suma 34 puntos en 14 jornadas, con una ventaja ya de cuatro puntos sobre el City, que puede acabar la jornada como cuarto clasificado tras esta dura derrota en casa.