Se presentaba un partido diferente para el equipo de Pep Guardiola, que con los sancionados había perdido a algunos de los jugadores habituales para el partido de esta tarde. Sin embargo, pocos esperaban que, después de la dura derrota del Leicester en Champions League, el partido comenzara como lo ha hecho.

Mahrez y Vardy, una combinación killer

Se hizo con el balón en el sorteo inicial y parecía que no iba a haber forma de quitárselo. El Manchester City movía el esférico dentro de su campo y el Leicester esperaba paciente un fallo citizen. Y el fallo llegó pronto. Apenas era el minuto tres de partido cuando Vardy adelantaba a los locales con un disparo cruzado tras quedarse solo ante Claudio Bravo.

Pero no iba a quedar ahí la cosa. Minuto y medio más tarde la distancia en el marcador ya era de 2-0. King, tras un saque de banda de Fuchs que no tenía excesivo peligro, acabó batiendo de nuevo al guardameta sky blue con un auténtico golazo.

El 3-0 llegaba tras la primera asistencia que Mahrez daba a Vardy desde febreroEl Manchester City apenas olía la pelota. Esa que, sin ninguna intensidad -también hay que decirlo-, dominó durante los dos primeros minutos. Cada llegada, cada jugada a balón parado y hasta cada saque de banda ponía en peligro la portería citizen. Los de Guardiola tenían que despertar sí o sí. Aún quedaba mucho partido por delante.

Poco a poco consiguieron hacerlo y, tras quince minutos de encuentro, De Bruyne, posicionado en fuera de juego, hizo el primer lanzamiento a portería de los visitantes. Volvían a tocar, a robar algún que otro balón… pero el equipo que estaba sobre el césped del King Power Stadium distaba mucho de la mejor versión del Manchester City.

Pero volvió a fallar la defensa citizen. Una increíble jugada entre Mahrez y Vardy -la primera asistencia que el francés daba a Vardy desde febrero- dejaba a este último totalmente solo frente a Claudio Bravo. Jamie Vardy definió, sorteó al guardameta y a puerta vacía puso el 3-0.

La goleada era ya, para la mentalidad sky blue, un jarro de agua mucho más fría que la que estaba cayendo sobre el terreno de juego del Leicester. Y mucho peor pudo ser un minuto después, pero en esta ocasión Bravo sí que supo parar el esférico y evitar el tanto.

Al City ya no le quedaba otra que intentar iniciar la remontada desde donde fuera y, a la desesperada, llegaba el segundo tiro a puerta, igual de fallido que el anterior. Esta vez dominar el balón -los citizens tenían el 75% de posesión llegada la media hora de juego- no estaba siendo sinónimo de dominar el partido.

Quedaba un cuarto de hora para el descanso y era momento de hacer algo. Apretaban algo más los pupilos de Guardiola en el área de Zieler, pero la suerte goleadora no estaba de su parte. Así se mantuvo el encuentro hasta que Oliver señaló el final de la primera mitad. Ocasiones y más ocasiones, la posesión seguía aumentando, pero el marcador seguía con un 3-0 en contra -y podría haber sido mayor-.

Otro guion, mismo resultado

Era la hora de tomar decisiones, quedaban 45 minutos para intentar darle la vuelta al marcador. Pero Guardiola no apostó por dar entrada a nuevos jugadores, sino por hacer un cambio táctico y posicional de los que ya estaban sobre el césped del King Power Stadium.

Un Manchester City jugón intentaba encontrar huecos entre una férrea defensa del Leicester. Y tiraba, y tiraba a portería, pero el esférico siempre acababa encontrando a alguno de los hombres que guardaban la portería local.

El Leicester apenas tuvo ocasiones durante la segunda mitadNo era esta una mala estrategia, pues quizá se cumpliera ese refrán de “tanto va el cántaro a la fuente…” y al final acabarían inaugurando su lado del marcador. Lo que sí estaba claro es que un nuevo fallo como los que habían supuesto encajar tres tantos en la primera mitad no estaba permitido.

Los citizens dominaban pero el gol no llegaba y Guardiola apostó por los cambios, un cambio loco en el que Yaya Touré acabó sustituyendo a Iheanacho y jugando como delantero centro. Pero todo continuó igual: dominio del Manchester City, los de Ranieri intentando aprovechar las contras y muchas ocasiones del conjunto sky blue sin éxito.

Llegaron los goles, pero era tarde

Cuando todo parecía que iba a acabar así, a poco más de 10 minutos del final, el Leicester aprovechaba una de las pocas ocasiones de esta segunda mitad y Vardy anotaba su tercer tanto del encuentro. Un 4-0 que Stones intentó salvar encima de la línea de gol, pero el balón ya había entrado.

El Manchester City lo intentó durante toda la segunda mitad, pero siempre encontraba un obstáculo que impedía sus goles | Foto: Premier
El Manchester City lo intentó durante toda la segunda mitad, pero siempre encontraba un obstáculo que impedía sus goles | Foto: Premier

Pero el resultado no se iba a quedar ahí, el Manchester City iba a acabar “rompiendo el cántaro” y en el 82, a balón parado, Kolarov lograba un gol. Un gol que no se quedaría solo en el de la honra. Nolito, casi en el descuento, anotaba el 4-2 tras pase de Kolarov. A pesar de todo, era demasiado tarde para la remontada.

Los zorros, haciendo gala de la astucia que caracteriza a estos animales, volvían a ganar un partido de Premier mes y medio después. Llovía en Leicester, pero los de Ranieri pudieron empezar a ver los primeros rayos de luz. El Leicester campeón de la Premier había vuelto. Queda por ver si se quedará por un tiempo.