Chelsea recibió en Stamford Bridge a Hull City y se despachó con un 2-0 a favor. Los de Conte no fueron muy superiores a los Tigers, ambos hicieron un partido regular y sin demasiado ritmo futbolístico. Sin embargo, la vuelta de Diego Costa marcó la diferencia y el brasilero, quien fue el encargado de abrir el marcador, mandó a acallar todos los rumores sobre su presente y futuro como blue. De esta forma, los de Conte estiraron su diferencia a ocho puntos y cada vez se consolidan más en la punta de la Premier League.

La primera parte del encuentro no esperó en traer ocasiones. Cuando habían transcurrido a penas segundos de juego, Diego Costa –volvía al once titular luego de los rumores de pelea con Conte y un posible traspaso a China- bajó el balón de frente al arco y desde fuera del área sacó un potente derechazo que se fue a centímetros del arco defendido por Jakupovic.

Luego de aquel aviso de los Blues, el juego comenzó a revelar las intenciones de cada equipo. Los de Conte asumieron el rol de equipo local, impusieron el tempo y las condiciones del partido, pisaron el área rival con mucha gente en cada aproximación y recurrieron a una intensa presión cuando no fueron dueños del balón –características muy marcadas en este Chelsea de Conte-. Mientras que por el lado de Hull, se vio a un equipo replegado, que ocupó el ancho de la cancha e intentó dejar los menos espacios posibles entre línea; a lo que Chelsea intentó contrarrestar con una búsqueda constante de abrir el campo con dos extremos bien marcados como Alonso y Moses.

Diego Costa tardó sólo segundos en generar la primera chance de gol. Foto: Premier League.
Diego Costa tardó sólo segundos en generar la primera chance de gol. Foto: Premier League.

Sin embargo, el ritmo del comienzo se vio afectado con un duro choque de cabezas entre Gary Cahill y Ryan Mason que detuvo el juego durante seis minutos. El mediocampista de los Tigers fue el que se llevó la peor parte y tuvo que ser reemplazado por Meyler a los 20 de la primera etapa. El choque marcó un antes y un después. El partido entró en una especie de limbo en donde ninguno de los dos generó grandes ocasiones de gol. Hull City llegó de la mano de Maguire con dos remates de larga distancia que hicieron  trabajar a Courtois y Chelsea sólo se acercó con un remate de Alonso que se desvió en un defensor y complicó más de la cuenta a Jakupovic.

La diferencia llegó recién sobre el final de la primera mitad, ya en el tiempo adicionado –Neil Swarbrick agregó 9 minutos por lo perdido con la lesión de Mason-. Fue en el minuto 52 (45+7’) cuando Moses encaró por el costado derecho, llegó al fondo y sacó un centro rasante que encontró en el medio del área a Diego Costa. El lagarto no perdonó y mando a acallar los rumores, su festejo lo dejó muy claro. De esa forma Chelsea se fue al descanso con la ventaja de 1-0 en el marcador.

Costa festejó con un gesto de 'bla bla' y llamó al silencio. Foto: Chelsea.
Costa festejó con un gesto de 'bla bla' y llamó al silencio. Foto: Chelsea.

La segunda mitad tuvo un comienzo sin mucho ritmo futbolístico y sin un dominador claro. El gol había dado tranquilidad a los Blues y los Tigers, a pesar de contar con la intensión de empatar, no arriesgaron demasiado, sabiendo del poderío ofensivo de Chelsea. Fue en ese arranque cuando llegó la polémica del encuentro. Alonso derribó a Abél Hernández en el área local pero el árbitro Swarbrick y su asistente no sancionaron la falta, y aplicaron el famoso ‘siga-siga’.

Los minutos trascurrieron y el partido siguió sumergiendo un en la flojera futbolística. Hull volvió a sufrir una lesión entre sus jugadores. Esta vez fue Curtis Davies quien dejó el campo y fue reemplazado por uno de los recientes fichajes de los Tigers: Niasse -los otros dos, Elabdellaoui y Evandro, fueron titulares-. Sin embargo, los dirigidos por Marco Silva se hicieron del balón y obligaron a que Chelsea se retrasara uno metros, pero sin lograr generar real peligro en el arco del belga Courtois.

El italiano Conte tomó nota de la situación y movió el banquillo: adentro Cesc Fàbregas y Willian, afuera Hazard y Pedro. Los cambios le dieron el ritmo que le hacía falta a Chelsea y minutos más tarde, sobre el 80, aquello se vio plasmado en el marcador. Cesc, el rey de la asistencia, ejecutó un tiro libre a la perfección y conectó con la llegada en solitario de Cahill, el defensor no perdonó y de cabeza puso el 2-0 para los Blues. Después del segundo tanto el partido quedó sentenciado, sólo hubo tiempo para que Diego Costa se fuera aplaudido y vitoreado por los fans de Chelsea cuando dejó el campo de juego reemplazado por Batshuayi.

Gary Cahill celebra su gol. Foto: Premier League.
Gary Cahill celebra su gol. Foto: Premier League.

El Chelsea de Conte no fue una tromba, no tuvo un gran nivel futbolístico y tampoco fue muy superior a su rival. Chelsea hizo su trabajo y se sacó de encima un partido en donde tenía la obligación de ganar. Hoy, los Blues, simplemente ganaron, pero eso no es poca cosa porque la punta del torneo sigue siendo suya. La Premier League de a poco se va poniendo de color azul.