Los jugadores grandes aparecen en los partidos grandes, y esta tarde apareció Zlatan Ibrahimovic. La final de la Copa de la Liga entre el Manchester United y el Southampton se presentaba mucho más inclinada para el lado de los "diablos rojos", o al menos en los papeles, y no fue sino hasta el final del encuentro cuando se decidió todo gracias a una pincelada letal del sueco que acabó con un gran partido de los contrarios.

El ex-delantero del PSG fue el encargado de abrir el marcador al minuto 19, por medio de un tiro libre desde la zona frontal del área que acabó ejecutando con potencia y colocación para batir a Fraser Forster, quien se estiró lo más que pudo pero sin efecto para detener el balón.   

De allí en adelante, el sueco actuó en conjunto con sus compañeros para mantener un funcionamiento colectivo que hiciera contrapeso al buen juego del Southampton: en ocasiones presionó la salida de los rivales cuando partían jugando desde atrás, colaboró en la rápida gestación de las jugadas ofensivas que producía el equipo, y cumplió con su labor de estar y acercarse al área para definir las jugadas que producían sus compañeros, aunque en esto último no tuvo tanta fortuna sino hasta el final.  

Y precisamente eso hizo al minuto 87 cuando un contraataque mal guiado por él mismo acabó en un pase aéreo de Ander Herrera, directo al corazón del área donde Zlatan metió un cabezazo letal que batió a Forster para cerrar el marcador con un 3-2 definitivo y derrumbar sin más el espíritu de los extenuados jugadores del soton. 

Así, el ex-jugador de la selección sueca dejó su huella en otro partido que pasará a los libros de historia del Manchester United, evidenciando que cuando el equipo lo necesita, aparece con todo el potencial que tiene a pesar de su edad para curar los ánimos y rescatar si es necesario. Hay que decir también que la derrota termina siendo mucho castigo para "the saints", quienes por momentos tuvieron inclinada la cancha a su favor.

Ibra suma de esta forma otro trofeo nacional a su amplio palmarés, fijando además un precedente con la obtención de copas en cinco países diferentes con un total de seis equipos: Ajax (Holanda), Inter de Milán y AC Milan (Italia), FC Barcelona (España), Paris Saint-Germain (Francia) y, ahora, Manchester United (Inglaterra).

Su participación activa en el primer gol -que desencadenó todo el juego posterior- y, más importante aún, su capacidad definitoria en el tercero y último -para darle el título a su equipo-, lo marcan como el jugador clave del partido, sin restarle méritos a las actuaciones de compañeros como Ander Herrera o rivales como Manolo y Redmond que también tuvieron desempeños meritorios.

Hoy le tocaba aparecer en su debut en una final en Inglaterra, y qué mejor escenario para hacerlo que en el Wembley Stadium. Sin Zlatan en el partido de hoy, la historia seguramente hubiera sido diferente, más allá del resultado.