No es casualidad que el Southampton se haya resentido tras la ausencia por lesión de Virgil van Dijk, el central holandés de veinticinco años que, a pesar de su corta edad, se ha convertido en todo un baluarte del conjunto del sur de Inglaterra portando, incluso, el brazalete de capitán tras la marcha de José Fonte al West Ham en el pasado mercado invernal. Cuatro derrotas, entre FA Cup, Copa de la Liga y Premier League, y tan solo dos victorias es el balance de los Saints desde que el defensor dejara el terreno de juego en el partido frente al Leciester City del pasado 22 de enero por un problema en su tobillo. Su hegemonía y determinación en el eje de la zaga no solo le han elevado como figura primordial en su equipo, sino que ha despertado el interés de otros clubes que padecen serios problemas defensivos.

"Nos gustaría que el verano fuera mucho más tranquilo en Southampton"

Manchester City y Liverpool, entre otros, han sido los principales interesados en un futbolista perteneciente a uno de los equipos que más estrellas ha dado al mundo del fútbol en los últimos años. A los nombres de Sadio Mané, Morgan Schneiderlin, Nathaniel Clyne, Victor Wanyama o Adam Lallana, entre otros, esperan desde Southampton que no se una el de Virgil van Dijk. Por el momento, su presidente, Ralph Krueger, ha dejado bien claro que la idea es completamente opuesta a la de los anteriores integrantes de los Saints: “No queremos hacer lo que hicimos los últimos tres veranos. Nos gustaría alejarnos de eso y tener la confianza de que el verano será mucho más tranquilo en Southampton manteniendo el núcleo de este equipo que está avanzando”.

Precisamente, sobre el grupo, prosigue un discurso radicalmente opuesto a la trayectoria del conjunto del St. Mary’s Stadium en los últimos años: “Estamos fuera del mercado de transferencias invernal y tratamos de mantener junto un grupo sobre el que queremos construir”. Sobre una de las piezas claves en ese grupo al que se refiere Krueger, van Dijk, dice no verle “en otro sitio que no sea con rayas rojas y blancas”. En el mundo del fútbol ya se sabe lo difícil que es mantener la palabra, por lo que solo queda esperar hasta el próximo mercado para ver si el holandés consigue rechazar las propuestas que le lleguen desde clubes que, por su potencial económico, pueden permitirse realizar casi cualquier contratación.