Capaz de lo mejor y de lo peor, Delle Alli es de esos jugadores que no pasan desapercibidos. Su calidad en el terreno de juego, demostrada en el Tottenham y ejemplificada con sus catorce tantos ligueros y tres asistencias en veintisiete partidos, el inglés se ha caracterizado por dejar alguna que otra acción fea sobre el terreno de juego. La última ante el Gent en la UEFA Europa League en una eliminatoria tras la cual, su equipo terminó siendo eliminado. Era el minuto 39 de la primera parte cuando, en un balón dividido, el jugador de los Spurs levanta la pierna impactando con los tacos de su bota en la tibia del jugador del conjunto belga. Con la roja en la mano, el colegiado no tuvo ninguna duda en mandarle al vestuario antes de tiempo. Ahora, tras haber estado concentrado con Inglaterra en este parón por selecciones que siempre deja entrevistas curiosas a los jugadores, Delle Alli quiere puntualizar sobre su forma de actuar en el rectángulo verde.

"Para ser honestos, no es algo que tenga que cambiar"

Algo contradictorio en su discurso, comienza dejando claro que “ha habido mucho revuelo” sobre su acción en el segundo torneo europeo y que no está preocupado por esa forma de jugar: “Ha habido mucho revuelo sobre mí por la agresión, pero creo que, para ser honestos, no es algo que tenga que cambiar”. Esto, que puede resultar algo polémico, lo justifica diciendo que es una forma de jugar adoptada “desde que era joven”. “Ese es el jugador que soy, siempre he sido así, desde que era joven. Se trata de estar bajo control y creo que lo he estado haciendo, pero hay que estar preparado para luchar, para desafiar y ser desafiado”, argumentó Alli.

Quizás, consciente de lo que acababa de decir, el jugador retrocedió sobre sus pasos y prefirió cambiar algo su discurso siguiendo la senda del aprendizaje: “Tengo que seguir mejorando y aprendiendo. No jugar con menos agresividad, sino saber cómo reaccionar en diferentes situaciones. Es algo que estoy buscando mejorar”. Ahora, se centra en intentar que “la gente vea el cambio” que se está produciendo en su forma de encarar este tipo de choques.

Como ejemplo reciente está la brutal lesión sufrida por Seamus Coleman tras la terrible entrada del galés Neil Taylor. Con una rotura de tibia y peroné en su pierna derecha, el jugador irlandés se perderá el resto de temporada. Catalogando de “horrible” la acción, Alli desveló que se “sentía muy mal tras el partido” en el que también propinó una dura entrada a un futbolista rival: “Al igual que mi patada, me sentí aliviado de que nada malo le pasó al jugador. No entré a lastimarle, fui a la pelota, pero a veces puede parecer mucho peor de lo que pasó”. En definitiva, queda por ver si ese aprendizaje del que habla el jugador de los Spurs se pone en práctica en una carrera que, no obstante, apunta al éxito absoluto.