En pocas palabras, 33 partidos jugados entre estos dos rivales, tan sólo cinco ganados por el West Ham y 18 por el Everton. Lo de ayer fue tentador, pues el visitante saboreaba la victoria desde el principio. Pero el resultado no fue de buen gusto sino literalmente equilibrado y a su vez devastador tanto para el local como para el visitante. El marcador quería avanzar en número, pero no lo consiguió. Y tras 92 minutos de lucha en el césped, el que marcaba el partido en el Estadio Olímpico de Londres terminó con un cero a cero.  Así ambos clubes consiguieron un punto en Liga, nada fascinante por cierto.

Cuando parecía que los blues lo tenían todo bajo control, sonó el pitido final del partido, sentenciando un resultado frustante. A pesar de ello, el defensa del visitante Williams, habló: "No creo que ninguno de los dos lados esté más contento con un punto… no fue un gran partido. No jugamos al nivel que hemos tenido durante la mayor parte de la temporada", asumió el empate, "Pero podríamos haberlo hecho mucho mejor y haber sido mucho más creativos. Necesitábamos ser mucho más intensos cuando estábamos en posesión del balón con el fin de hacer oportunidades, tuvimos un montón de posesión del balón y había espacio para nosotros, pero no lo hicimos", sentenció en prensa con una sonrisa agria.
 
Ante todo, los de Ronald Koeman no se rinden, es más, lo de ayer les servirá de escarmiento para el próximo partido: "Tenemos que jugar mucho mejor contra el Chelsea. Esperamos que especialmente estar en casa funcione. Hemos estado en buena forma en Goodison y estamos muy seguros jugando allí". Está claro que quieren darlo todo en casa el próximo domingo. Para animar a los suyos, el defensa terminó con palabras esperanzadoras: "Nos gustaría pensar que vamos a jugar mucho mejor que hoy".