Vaya papel tiene Steve Agnew. Le ha tocado interpretar el papel de director en una obra a mitad de camino y sin experiencia previa como primer entrenador. Además, para colmo, ha tenido que ordenar un caos que parece abocado al descenso.

Ante el Bournemouth, el Boro tenía una oportunidad clave de reengancharse a la pelea por mantenerse en la Premier League el próximo año. Otra oportunidad desaprovechada. El Middlesbrough, cuesta abajo y sin frenos, parece dirigirse a un pozo en el que ya se puede vislumbrar un cartel: "Championship". La segunda inglesa, que salvo cambio radical en los del Riverside Stadium, será el destino que tome el equipo de Agnew.

"Tenemos que ser realistas en situaciones como esta, es un reto muy difícil para nosotros, pero lo único que podemos hacer es continuar y prepararnos para el partido siguiente frente al Sunderland. Tenemos que ser optimistas, porque estamos en una posición ahora mismo donde cada partido es un partido que tenemos que ganar. Necesitamos una victoria, necesitamos tres puntos y volver a ser tan positivos como podamos después de una derrota como la de hoy y mirar ya hacia el partido frente al Sunderland. Hemos pasado una tarde muy difícil concediendo dos goles tempraneros y obviamente quedándonos con diez hombres sobre el campo. Jugar con diez hombres en la Premier League contra un gran equipo en su casa, y que además marca muchos goles, nos ha dado una tarde muy dura a todos".

Respecto a la polémica suscitada por la tarjeta amarilla a Gastón Ramírez en el primer tiempo, la cual ha significado la expulsión del uruguayo dado que era la segunda que veía, Agnew no ha querido culpar únicamente al árbitro y ha otorgado algo de responsabilidad a su jugador: "No he podido ver si la primera tarjeta era o no desde donde yo estaba, pero obviamente si tienes una tarjeta amarilla, tienes que tener mucho cuidado, como debe tener cualquier jugador, durante lo que queda de encuentro".