Evra-Suárez. El enfrentamiento entre estos dos jugadores eclipsó el partido de Inglaterra. El clásico que en 153 ocasiones ha enfrentado a Manchester United y a Liverpool que esta tarde se decantó a favor de los diablos rojos por dos a uno. Un duelo personal que en lo futbolístico no tuvo gran transcendencia pero sí en lo extradeportivo negándole Suárez a Evra la mano en el saludo inicial y celebrando el francés la victoria efusivamente delante del atacante uruguayo con la consiguiente tangana entre ambos equipos al final del choque. Dos feos detalles que enterraron el fair play típicamente británico que presidió el encuentro y que dejaron en evidencia la herida abierta entre los dos clubes más laureados de Inglaterra.

Un partido en el que los Red Devils volaron sobre el Liverpool. Dalglish dejó en el banquillo a Adam y sin el medio escocés sobre el césped también se quedaron en la caseta las asociaciones, los pases certeros y la velocidad en la transición del juego. Un mal planteamiento que pagó caro el Liverpool que siempre estuvo a merced del United. Giggs y Scholes dominaron ellos solos el medio campo y movieron con soltura el esférico con Welbeck, Rooney y Valencia como acompañantes. Una conexión con más de mil partido sobre sus botas y de casi dos décadas de duración que sigue dando réditos al equipo de Ferguson.

Con una atmosfera eléctrica y una tensión añadida por el enfrentamiento entre Evra y Suárez el Manchester United y el Liverpool saltaron al verde del Teatro de los Sueños para competir de poder a poder, en igualdad, durante los primeros minutos. Unos instantes iniciales en los que el Liverpool estuvo más cerca del gol que los diablos rojos. Bien plantado en su terreno los Reds trenzaron un par de salidas peligrosas desde su campo y en una de ellas Glen Johnson estuvo a punto de batir a De Gea. El lateral inglés recortó a Evra y su disparo con la zurda se marchó rozando el poste de la portería del cancerbero español.

Los Reds avisaban al United pero los diablos rojos respondieron con la calidad de Welbeck. El delantero inglés realizó un encuentro formidable en el que mostró todo su repertorio. Regates, taconazos, pases, galopadas y disparos. Solamente el gol le fue esquivo a un futbolista que ayudó a los Red Devils a despertarse del monótono ritmo de juego que impuso el Liverpool en los primeros instantes.

Welbeck fue el que sacó al United de la red del Liverpool y Giggs y Scholes los que cambiaron el ritmo al partido. El jugador galés, recientemente renovado y con más partidos en la Premier League (899) que el Manchester City, y el medio inglés empezaron a mover con agilidad el balón y a dibujar pases precisos. El esférico comenzó a viajar con velocidad entre las botas de los diablos rojos que elevaron la presión contra el conjunto visitante. Valencia comenzó a torturar a José Enrique con sus regates y centros y Rooney y Welbeck empezaron a danzar entre Skrtel y Agger.

Entre tantos pases y desmarques Scholes, Welbeck y Rooney se inventaron un jugada en el borde del área del Liverpool que terminó en Giggs. El medio galés centró desde la banda izquierda y Scholes remató de cabeza con violencia respondiendo con grandes reflejos Reina a su cabezazo. El United acumulaba ocasiones mientras el Liverpool únicamente asustó a De Gea con un remate en un córner de Skrtel y una galopada de Suárez al que Ferdinand derribó cuando se iba solo hacia la portería del ex del Atlético. Posible falta y expulsión del central inglés que Dowd no consideró como tal.

Doblete de Rooney

Con la esperanza de que con la entrada de Adam el Liverpool recuperara el control del juego y con el deseo de que los diablos rojos materializaran alguna de sus múltiples ocasiones los aficionados de ambos conjuntos encararon el segundo acto. Sin embargo, solamente los Red Devils vieron cumplidas sus plegarias con los dos rápidos goles de Rooney que sentenciaron el clásico inglés para el diecinueve veces campeón de la Premier League. El primero llegó nada más iniciarse la segunda mitad tras un córner botado por Giggs que peinó Henderson y que el delantero de Liverpool remató de volea. Enloquecía Old Trafford y enloquecía Rooney, enemigo número dos, tras Evra, de Anfield por su pasado Toffee y su presente en el United. El vuelo en la celebración del atacante inglés no fue completo ya que a los pocos minutos una pérdida de Spearing ante Valencia dio origen al pase del ecuatoriano a Rooney que éste convirtió en el segundo gol tras batir por bajo a Reina. Dos tantos eléctricos que desnivelaban definitivamente el choque.

Con dos goles de ventaja los diablos rojos comenzaron a mover el balón de un lado a otro del campo mientras Dalglish desde la banda buscaba soluciones. Entraron Carroll, Bellamy y Adam pero los Reds no consiguieron ser protagonistas del encuentro hasta que Suárez se encontró, en una falta lejana, un rechace de Ferdinand y batió a De Gea. Recortaba distancias el Liverpool que intentó en los últimos diez minutos recuperar lo perdido en los ochenta anteriores. A punto estuvo de conseguirlo Glen Johnson pero su disparo lejano lo despejó a córner acrobáticamente De Gea que, por segunda semana consecutiva, salvaba a su equipo.

El United celebró con euforia el triunfo y el Liverpool se marchó con resignación al vestuario. Evra celebró la victoria enloquecido, tocándose el escudo y levantando a Old Trafford delante de Luis Suárez. Mal gesto del lateral francés al que Ferguson recriminó en rueda de prensa aunque también lanzó un dardo a Suárez y a los Reds asegurando que el delantero uruguayo “no debería jugar más en el Liverpool”. La batalla fue para el United, que voló más alto que el Liverpool en Old Trafford,  pero la guerra entre ambos conjuntos seguirá mientras la polémica entre Evra y Suárez no se apague.