La rivalidad entre Estados Unidos y México en el fútbol tiene una bonita historia. Años y años de disputados enfrentamientos en distintas competiciones que unas veces han caído del lado Yankee y otras veces del lado azteca. Es el Clásico de CONCACAF, jamás se puede tirar la toalla en estos acontecimientos atemporales. Países como Costa Rica, que llegó a cuartos en el Mundial de Brasil de 2014, Panamá u Honduras (Rival de España en la fase de grupos del mundial de Sudáfrica 2010) son rivales duros, pero el mayor contrincante de la confederación son ambos países.

Durante la primera etapa, en la que el título se llamaba Copa CONCACAF,  había una distribución mayor de campeones. Equipos como el de Costa Rica (1963,1969 y 1989), Haití (1973) u Honduras (1981) evidencian esta diversidad de vencedores. Sin embargo, desde la instauración de la Copa de Oro el panorama ha cambiado. Ahora Estados Unidos se ha convertido en triunfadora y México lo es más de lo que lo era antes.  Junto con Canadá, se reparten el título desde 1991. Ninguna selección, salvo la canadiense en el 2000, es capaz de cortar ese dominio ejercido por ambos países. Eso no quiere decir que siempre haya sido el clásico. Tampoco que la rivalidad viene desde hace dos décadas y media. 

Primeros contactos

El primer encuentro que tuvieron ambos combinados nacionales se dio antes de la Segunda Guerra Mundial, ha llovido desde entonces. Aquel juego lo ganó la selección de las barras y estrellas por cuatro a dos. Eso generó el cambio. Llegaron una ingente cantidad de victorias por parte de los latinos. Durante años los mexicanos avasallaron a sus vecinos. Durante 43 años (1937 hasta 1980) no hubo ninguna piedad: 21 triunfos hispanohablantes y 3 empates. Habiendo abusos inolvidables como el que se dio en 1975, cuando EEUU quedó derrotada por ocho a cero.

A causa de las continuas goleadas, unidas a la poca tradición futbolística del país de la NBL y la NBA, los enfrentamientos no se llamaban clásicos. Nada es para siempre, todos, en especial los estadounidenses aficionados al soccer, sabían que habría un momento en el que la canica volcaría.

Una de cal y otra de arena

El 23 de noviembre del 80, en un partido para la clasificación al mundial de 1982 (jugado en España),  lograron imponerse los norteamericanos por un ajustado 2-1. A partir de ese momento la mentalidad no era la misma. En la primera edición de la Copa de Oro, cuyo anfitrión fueron los Estados Unidos, les tocó enfrentarse en semifinales. Los locales se impusieron, esta vez por una diferencia algo mayor, 2-0. El tri se tomó la revancha en la siguiente edición de la competición. Esta vez los locales fueron los mexicanos que, en el Estadio Azteca, convirtieron hasta cuatro goles a su rival en lo que fue una final histórica.

Donde realmente volvieron la del curso de la historia fue en el mundial disputado en el mismo lugar tres años más tarde, en 1994. La cultura del fútbol creció bruscamente en EEUU,  sumada a los últimas disputas, se generó una rivalidad. El clásico pasó de ser México contra Costa Rica a ser México - Estados Unidos.

Al año siguiente ambas selecciones fueron invitadas a la Copa de América donde se volvieron a batir el cobre, esta vez con la vista de toda Latinoamérica puesta sobre ellos. Un partido rocoso y duro en el que ninguno de los dos contendientes obtuvo el premio del gol en 120 minutos. Los penaltis desequilibraron la balanza. Los angloparlantes pasaron a semifinales imponiéndose por  cuatro a uno.

Se iban intercambiando los golpes. El siguiente lo darían los mexicanos en la final de la Copa de Oro de 1998, al ganar en un partido con un solo gol. Los partidos tomaron una dinámica distinta, ninguno de los dos quería perder y, por ende, salir humillados del estadio. Un año y seis meses más tarde se volverían a ver las caras en la Copa Confederaciones albergada por México. Los mexicanos volvieron a alzarse sobre su rival con el mismo resultado. Finalmente acabarían siendo campeones tras vencer a Brasil en la final.

Su primera batalla en un mundial se saldaría con victoria de la escuadra de los veteranos Brian McBride, Claudio Reyna, y Cobi Jones y del joven Landon Donovan. Fue en los octavos del Mundial de Corea 2002. Dos a cero fue el resultado. La nota más destacable y negativa fue la expulsión del ex – barcelonista, Rafael Márquez, cuando, furioso, le asestó un golpe con la testa a Jones. El pique acrecentó desde entonces.

Últimos enfrentamientos  cruciales

En la Copa de Oro de 2007 se verían las caras en la final. El conjunto  de blanco se impuso por dos a uno. Fue la primera y única vez en la que los gringos han vencido a sus antagonistas en una final de la copa de la CONCACAF.

Dos años más tarde se volvieron a encontrar en el último partido que se disputa en el torneo. En esta ocasión la final de la Copa de Oro fue una fiesta latina. Una selección, aun con Carlos Vela, ganó 5-0 a un rival que casi no opuso resistencia. La venganza continuó en la tercera y última final que han disputado. Se volvió a repetir la misma historia, una derrota contundente de los norteamericanos.

Desde entonces ya no ha sido lo mismo. México ha pasado por una etapa algo decadente y sin fortuna (pese a haber ganado la competición continental en 2015) y Estados Unidos  atraviesa su mejor época. En agosto de 2012, los Yankees ganaron por primera vez en territorio ajeno. Era un amistoso, pero significó mucho para la plantilla. Un año más tarde les volvieron a visitar de manera gloriosa. Un viaje del que se llevaron de vuelta la clasificación al mundial de Brasil. 

Golpes, pelea, intensidad... todo eso lo tendremos en el Clásico del viernes.