Reparto de puntos en un partido en el que ambos equipos tuvieron más miedo al rival que intenciones de llevarse la victoria. En la primera mitad la igualdad entre ambos equipos fue la tónica dominante, ya que los dos querían tener la posesión del balón y tener el protagonismo en el partido. No fue hasta los minutos cuando los locales demostraron algo más de intensidad y ganas de victoria, consiguiendo el gol con el que se adelantaban. En la segunda mitad, los canadienses consiguieron deshacerse de la presión inicial de los neoyorkinos y arrancar un punto de un campo tan difícil como el Yankee Stadium.

Respeto hasta el final

Inicio esperado por parte de los New York City FC que salieron con una clara vocación de llevar la iniciativa en el juego. Esta situación le permitió de manera tempranera gozar de una ocasión manifiesta de gol cuando Harrison remató un centro de Villa desde el punto de penal, pero su disparo se marchó ligeramente alto. Tras este aviso los canadienses trataron de no quedarse atrás, pero el juego elaborado no era su fuere, y cuando los locales recuperaban posiciones iniciales, a su rival se le hacía muy difícil poder atacar la meta de Johnson.

Pasaban los minutos y el planteamiento de Biello estaba sorprendiendo a su rival en la banca, ya que trataron en todo momento de disputarles la posesión del balón, sabedores de que si se la entregaban a su rival, sufrirían más de la cuenta. Esta situación estaba llevando a que la gran mayoría del partido se disputase en el centro del campo y apenas se vieran acercamientos aislados sobre cualquiera de las porterías.

Sobre el ecuador de la primera mitad, los locales aumentaron la presión sobre la salida de balón de su rival, lo que les permitió generar algunos acercamientos sobre el área, aunque estas acciones apenas finalizaban con un disparo a puerta. La única jugada de peligro fue una triangulación entre Wallace y Villa que el delantero español no consiguió solventar con éxito y su vaselina se marchó desviada.

Wallace celebra su gol (Imagen: @MLS)

Conforme se acercaba el descanso, los ‘citizens' fueron teniendo más llegadas de peligro, pero les faltaba una cosa para poder finalizarles en gol. Ese último pase que dejara al delantero en clara posibilidad de anotar. Tanto fue así que a falta de un minuto para que el colegiado señalase el camino de los vestuarios, Wallace se aprovechó de un rechace en el área tras un disparo de Ring para poner por delante a los locales.

Aunque estuvo cerca de durarles poco la ventaja ya que en la siguiente acción, los canadienses estrellaron un balón contra la madera, que envió el partido al entretiempo. 

Montreal obtiene su recompensa

Inicio muy similar al de la anterior mitad por parte de los neoyorkinos, que antes de que se hubiesen cumplido los cinco primeros minutos, ya había gozado de dos buenas oportunidades por parte de Harrison para haber aumentado el marcador.

El dominio del equipo local estaba comenzando a ser aplastante, no dejando ni tan siquiera que su rival tuviese la oportunidad de salir de campo propio con el balón controlado. La presión estaba siendo en zona, en concreto en la de creación. Pero tras la recuperación no lograban llegar a portería, ya que la defensa del Montreal estaba muy atenta para despejar todos los balones que a ellos llegaban.

El primer acercamiento de los visitantes sobre el área de los ‘citizens’ se produjo pasada la hora de partido, pero en lugar de terminar en un remate a portería, los visitantes consiguieron armar una contra. En ella, David Villa estuvo a punto de haber puesto el segundo en el marcador, pero su disparo se marchó fuera.

Bernardello y Harrison disputan un balón (Imagen: usatoday.com)

Esta primera salida de presión del Montreal Impact les abrió una posibilidad de poder amenazar la portería de los locales. Y fue un par de minutos después de este primer acercamiento cuando consiguieron igualar el marcador. Oduro aprovechó un gran servicio de Bernier que lo dejó solo frente al portero y al que superó con un potente disparo.

Este gol borró del partido por unos minutos al New York City FC, que se vio superado por un rival que aunque no llegaba con más peligro a su portería, sí que lo mantenía alejado de la propia y sin posibilidades de elaborar jugadas.

A partir de ese momento las fuerzas volvieron a equilibrarse y el centro del campo de ambos conjuntos cobró protagonismo, desarrollándose en el la gran parte del juego durante el siguiente periodo.

Los minutos finales se acercaron, y los dos entrenadores realizaron cambios de última hora, con una vocación diferente cada uno. Mientras que los locales dieron entrada a más efectivos en el ataque, su rival reforzó el centro del campo con intención de mantener el empate.

Finalmente el pitido del árbitro llegó y el reparto de puntos entre los dos equipos se hizo efectivo, en donde cada uno tuvo sus posibilidades para haberse llevado la victoria, pero el respeto al rival les impidió imprimir más intensidad.