"Un derbi siempre es un derbi". Palabras que se pueden escuchar en cualquier tertulia de bar y que son aplicables a todos y cada uno de los rincones del planeta fútbol. En este caso, sirve para describir lo que fue el encuentro entre Vancouver Whitecaps y Toronto FC. Poco fútbol, nervios, faltas, tensión, continuas interrupciones, expulsiones y tanganas. Un cóctel explosivo que combina a la perfección con la dinámica general de la Major League Soccer.

Toronto se acabó llevando el gato al agua con dos goles en los últimos minutos del choque y, a decir verdad, de una forma merecida. Bradley, Altidore y compañía manejaron el encuentro desde el principio y, a pesar de que no generaron gran cantidad de ocasiones claras de gol, daba la sensación de que si alguien se iba a llevar el partido serían ellos. Vancouver cedió por completo la posesión del cuero a los visitantes y se limitó a defender su arco. La estrategia funcionó bien hasta que en el minuto 69, Brek Shea tuvo que abandonar el terreno de juego expulsado. La inferioridad numérica acabó por decantar la balanza del lado de los pupilos de Greg Vanney.

Buen ambiente en las gradas del BC Place (Imagen: @torontofc)

¡Aquí no hay quien juegue!

Mucho miedo a fallar por parte de ambos equipos. Los Whitecaps no querían saber nada del balón y defendían replegados en su propio campo, con el objetivo de pillar desprevenida a la defensa de Toronto en algún contragolpe. Por el contrario, los visitantes trataban de mover el esférico y generar ocasiones de gol a partir de la posesión. Misión imposible cuando el juego se detiene prácticamente cada minuto por una falta. En el primer cuarto de hora, llegaron a darse hasta 12 interrupciones del juego, 11 de las cuales fueron faltas repartidas entre ambos equipo. ¡Casi nada!

A pesar de todo, Toronto gozó de dos buenas ocasiones para adelantarse en la primera mitad. Eso sí, ambas a balón parado. En el minuto 17 llegaría la primera. Nick Hagglund logra cabecear una falta magistralmente botada por Michael Bradley, pero la pelota se marcha rozando el poste izquierdo. Tras un nuevo carrusel de faltas tendría lugar la segunda. Drew Moor tampoco encontraba portería al rematar otro buen balón colgado por Bradley. Ni rastro del ataque local en todo el primer tiempo.

Cerocerismo

El juego mejoró ligeramente con el inicio de la segunda mitad y parecía que, por fin, iban a llegar los goles. ¡Algo es algo! Toronto seguía intentando abrir la lata, sobre todo a través de las internadas por banda de un inspirado Ricketts. El gol se resistía y Greg Vanney, desesperado en la banda, decidía mover el banquillo. La entrada de Víctor Vázquez en detrimento de Cooper sería clave para el desenlace del duelo.

El cancerbero local, Spencer Richey protagonizaría además una de las paradas de la jornada al detener, a mano cambiada, un buen disparo de Justin Morrow desde la frontal del área. Desesperación en los rostros de los aficionados desplazados desde Toronto e ilusión en los locales. Poco les iba a durar.

Richey golpea el cuero para sacar de portería (Imagen: @Whitecapsfc)

Unos instantes después Shea vio la segunda cartulina amarilla y fue expulsado. Vancouver debía defender el 0-0 con un futbolista menos los últimos 20 minutos. Tarea harto complicada cuando en frente tienes a jugadores como Jozy Altidore.

Y llegaron los goles

El balón era completamente propiedad de Bradley y cuando esto ocurre, el tanto está al caer. Uno de los tantísimos balones colgados al área de los Caps, sería prolongado por Altidore y, finalmente, rematado al fondo de las mallas por Víctor Vázquez. Jarro de agua fría para toda la parroquia del BC Place.

La sentencia, cuatro minutos más tarde con una nueva genialidad de Altidore. El internacional estadounidense recibe de espaldas en el área, se gira y con un chut potente y cruzado bate a Richey.

Altidore vuelve a anotar (Imagen: si.com)

Ya en el tiempo de descuento, Hurtado pudo maquillar el resultado tras un error clamoroso de la zaga visitante, sin embargo, cuando ya se encontraba en el mano a mano ante Alex Bono, envió el balón directamente fuera. Incomprensible.

Pitido final y victoria merecida para Toronto, que conseguía de esta manera el primer triunfo de la temporada.