Los Angeles Galaxy consiguieron su primera victoria de la temporada en un partido en el que no fueron superiores a su rival hasta la expulsión de Beckerman. El equipo local se mostró desde el primer minuto con las ganas y el juego necesario para llevarse la victoria, consiguiendo adelantarse en el marcador. Pero la expulsión a un minuto del descanso decantó el partido en su contra. En la segunda mitad, los californianos se aprovecharon del cansancio de su rival por jugar con uno menos y, sin realizar un juego muy vistoso, anotaron dos goles que le sirvieron para estrenar su casillero de victorias.

Cara y cruz para los ‘Royals’

Mucha igualdad en los primeros minutos del partido, con dos equipos que se disputaban la posesión del balón en el centro del campo y apenas generaban llegadas de peligro sobre alguna de las áreas. Los únicos acercamientos fueron por parte de los locales con disparos lejanos que no entramaron ningún problema para la defensa angelina.

Cuando el partido superaba los primeros 15 minutos, las acometidas de los locales estaban siendo más peligrosas, hasta que finalmente consiguieron superar a su rival y adelantarse en el marcador. Rusnák centro un balón desde el costado derecho al punto de penalti en donde Movsisyan, anticipándose a su marcador, realizó un gran remate de cabeza que hizo imposible la estirada de Diop.

Movsisyan adelantó a los locales (Imagen: usatoday.com)

En los siguientes minutos al gol, con los visitantes fuera del partido, los ‘Claret & Cobalt’ pudieron aumentar la distancia en el marcador con un par de acciones en las que los delanteros no estuvieron acertados en el momento de definir. Pese a ello estaban consiguiendo ser superiores a un equipo que por nombres debería, como mínimo, disputarles el control de la pelota.

Con el ecuador de la primera mitad superado, el equipo californiano comenzó a dar visos de salir de esa siesta en la que parecía encontrarse en los últimos minutos y tuvo algo más de control sobre la pelota. Pero se quedaron muy lejos de poder llegar con peligro a la meta defendida por Rimando.

A escasos minutos del final de la primera mitad y cuando los locales se encontraban más cómodos, ocurrió un hecho que cambiaría el desarrollo del partido en la segunda mitad. El mediocentro Kyle Beckerman vio la segunda amarilla, y por lo consecuente la roja, después de una zancadilla a Joao Pedro.

Remontada de fe                       

A pesar de contar con un jugador menos, el Real Salt Lake continuó con la iniciativa durante los primeros minutos de la segunda mitad, incluso tuvo una ocasión clara para haber aumentado la ventaja, pero Rusnák no estuvo acertado en la definición.

Pero el paso de los minutos y el contar con un jugador menos, fue haciendo mella en el físico de los futbolistas locales, que poco a poco fueron cediendo el control del juego a su rival. Esto les llevó a tener que buscar en las contras su mejor arma, sin descuidarse de la defensa.

Con el equipo visitante totalmente volcado en el ataque, el partido se desarrollaba en la mitad de campo de su rival. Lograban tener el balón en sus pies, pero le faltaba profundidad en sus acciones. La única manera de lograr poner en apuros a Rimando era con jugadas a balón parado. Fue gracias a una de estas acciones con las que el Galaxy consiguió la igualada. Un saque de esquina en el que Romney se aprovechó del espació que le generó Jones, y de volea dejó al portero rival sin capacidades de responder, mandando el balón a la escuadra.

Alessandrini no logró completar su actuación con gol (Imagen: usatoday.com)

En los siguientes minutos, ambos equipos gozaron de una oportunidad clara cada uno para haber decantado el partido a su favor. Mientras que Barret no consiguió empujar el balón a portería vacía tras un centro de Saucedo, Jones remató de cabeza un balón que Rimando detuvo en una acción de reflejos.

En la siguiente acción al remate de Jones, el equipo visitante logró hacer efectiva la remontada. Alessandrini robó un balón en el área rival y puso un centro raso al segundo palo en donde apareció Boateng desde segunda línea para colocar el segundo gol para su equipo.

A partir de ese momento, el partido enloqueció. Ambos equipos dejaron de lado cualquier faceta defensiva del juego y se lanzaron a la desesperada al ataque. Esto generó que los dos equipos tuviesen sus ocasiones para haber movido el marcador, aunque la más clara fue de Alessandrini con un disparo que se marchó fuera por poco.

Con el equipo visitante volcado completamente al ataque y buscando el gol del empate, finalizó un partido en el que la roja a Beckerman decidió el desarrollo del mismo.