Seattle Sounders obtuvo su primera victoria de la temporada delante de su público, y ante uno de los que será seguro rival directo para la MLS Cup. En la primera mitad se vio mucha igualdad por parte de ambos equipos en cuanto a juego, pero fueron los Sounders los que se adelantaron en el marcador con un gol de penalti. En la segunda mitad, los neoyorkinos fueron bajando su rendimiento de manera considerable con el paso de los minutos, lo que permitió a los locales tener más llegadas a portería sin apenas mucho esfuerzo. El lateral Jones tuvo una participación muy activo en los últimos minutos.

Efectividad esmeralda

Mucha igualdad en los primeros minutos en donde ninguno de los equipos lograba imponer superioridad sobre su rival. El planteamiento de los visitantes fue un poco temeroso en estos primeros minutos ya que adelantó muchos sus líneas, lo que generó muchos espacios a la espalda de la defensa que Morris no supo aprovechar.

En ataque los dos equipos tuvieron una consigna muy similar, buscar un juego muy elaborado, teniendo mucha circulación de balón en la que provocar espacios en la defensa. En este estilo los visitantes eran muy superiores, lo que fue decantando el juego a su favor, obligando a los Sounders a comenzar a buscar a Morris en largo.

La primera jugada clara de gol de todo el partido llegó cerca del ecuador de esta mitad, cuando Felipe realizó un disparo desde larga distancia que sorprendió al guardameta con un efecto muy raro, pero que consiguió detener con cierta solvencia.

Fue cerca de la primera media hora de partido cuando los Seattle Sounders sacaron provecho del único error de la defensa visitante para llevarse adelantarse en el marcador. Perrinelle falló en un balón que dejó a Morris con claras opciones de encarar portería y marcar. El delantero fue derribado por Robles, lo que hizo que el árbitro señalase el punto de penalti. Clint Dempsey fue el encargado de transformar la pena máxima.

Este gol no cambio la dinámica que se estaba llevando hasta el momento, con unos Red Bulls dueños de la pelota y dominando el juego. Pero esta situación no les aseguró generar acciones de peligro, sino que fue su rival el que a la contra gozo de las más claras. Primero Morris y luego Lodeiro con un balón al palo estuvieron a punto de poner mayor distancia sobre su rival.

Los neoyorkinos desaparecen

La segunda parte comenzó con un conjunto local que se encontraba muy cómodo con el balón, que conseguía dominar a un rival totalmente desdibujado y perdido, que parecía esperar una solución desde el banquillo que tardó en llegar. Y en apenas unos minutos, los visitantes obtuvieron una respuesta. Salió al terreno de juego el incombustible Mike Grella y en la acción siguiente Wright-Phillips cabeceó un balón magistral al fondo de la red.

Con el New York Red Bulls convertido en el claro dominador del partido desde entonces, los locales volvieron a buscar el peligro con los balones en largo. Y como le pasase a su rival, cuando mejor estaña los visitantes, su rival conseguía anotar un gol. Una acción individual de Jones que sirvió un balón casi en la línea de gol para que Jordan Morris entrase como una locomotora y rematase a gol.

A pesar de volver a encontrarse de nuevo por detrás en el marcador, los neoyorkinos no cejaron en sus intentos de volver a igualar la contienda, pero las debilidades defensivas continuaron apareciendo. Poco a poco esta dinámica fue cambiando, y los visitantes parecieron desaparecer de un partido en el que no estaban consiguiendo encontrar su mejor juego.

Cuando quedaban algo más de diez minutos para el final del encuentro y con el rival con los brazos bajados, Joevin Jones volvió a aparecer en la zona de finalización, y tras abrirse espacio entre los defensas, disparo a puerta. Entre ellos apareció Harry Shipp para meter la pierna y desviar el balón, engañando así al guardameta y poniendo el tercero en el marcador.

En los minutos finales, los visitantes estaban completamente fuera del partido. Ni creaban peligro sobre la portería rival y en defensa estaban completamente fuera de rendimiento. Esto permitió que los Sounders gozasen de alguna ocasión más de peligro, aunque el marcador ya no se movería.