El Hudson River Derby sólo tuvo un color. Ese fue el azul de los New York City que con un partido no muy brillante pero sí efectivo, logró el hito de ganar a su rival. En la primera mitad se pudo ver un encuentro muy disputado en dónde el respeto que se tenía el uno con el otro, hizo que se vieran pocas acciones de peligro. El único equipo que mostró algo más de interés en anotar fue el visitante, que además de conseguirlo, tuvo dos ocasiones más para lograrlo. La segunda parte no tuvo demasiada historia, los visitantes aprovecharon el mal partido del centro del campo de su rival para poder poner en práctica su planteamiento inicial, viéndose reforzados con un gol que aseguró la primera victoria de los ‘citizens’ en casa de su máximo rival.

Harrison desequilibra la balanza

La importancia de este derby quedó marcada desde el primer minuto, viéndose una gran intensidad en el juego por parte de ambos equipos, aunque fueron los visitantes los que tuvieron mayor capacidad de llegada. Esto se vio secundado por unos ‘taurinos’ que prefirieron ir entrando al partido poco a poco, sabedores de su potencial ofensivo.

En estos primeros minutos, uno de los jugadores más activos por parte de los ‘citizens’ fue el español David Villa, que constantemente presionaba la salida de balón rival, tratando de esa manera de recuperarlo lo más cerca posible de la portería contraria.

En el minuto 17, cuando el control de la pelota estaba siendo del equipo local, apareció por primera vez Jack Harrison (que hasta el momento estuvo muy perdido en su banda), para poner en problemas a su rival. El inglés controló el balón en el interior del área y trató de superar a Robles con un disparo a la escuadra, pero el guardameta consiguió despejarlo.

@NYCFC

Pero esta acción no cambió el desarrollo del partido, que continuó siendo de dominio local, equipo que mantenía el balón, pero apenas lograba profundidad en sus acciones. La única manera de llevar peligro a la portería de Johnson era con acciones a balón parado. Este control obligó al New York City FC a tener que estar más presente en defensa.

Cuando se superaba la primera media hora de partido, el Red Bull Arena se quedó en silencio. Fue en una acción en la que Sweat se incorporó al ataque y tras buscar un compañero que se desmarcase, vio a Harrison solo en el punto de penalti. El futbolista inglés, sin controlar el balón, colocó un disparo en la escuadra que significó el primer gol del partido.

A partir de ese momento los Red Bulls desaparecieron durante unos minutos, permitiendo que su rival pudiese tener mayor cantidad de acercamientos sobre la su meta. Esto no significó que todos ellos llevasen peligro. Cuando quisieron volver al partido, el colegiado señaló el camino de los vestuarios.

El Red Bull desaparece del centro del campo

La segunda mitad inició con el balón cambiando constantemente de un equipo a otro, provocando que apenas se viesen llegadas a ninguna de las área. Pero poco a poco, la necesidad y el marcador en contra obligó a los locales a buscar mayor cuota de protagonismo.

Sin embargo, eran los visitantes los que sin tener mayor control del juego, estaban consiguiendo acercarse con mayor peligro a la portería. Esto hizo que por cuarta ocasión tuviese que surgir la figura de Robles para salvar a su equipo de un nuevo gol.

Esta situación provocó que el centro del campo de los visitantes cobrase mayor protagonismo, sobre todo en la faceta defensiva, en donde la figura de Yangel Herrera comenzó a ser indispensable. El venezolano se convirtió en un jugador omnipresente, llegando a cortar todas las acciones de su rival, e incorporándose al ataque en cuanto tenía la oportunidad.

@NewYorkRedBulls

Los problemas para los New York Red Bulls fueron aún mayores cuando pasado el minuto 60, los visitantes aprovecharon una de esas jugadas aisladas de las que contaba, para poner un segundo gol en el marcador. Fue en una segunda jugada, tras una acción a balón parado, en la que Sweat apareció en el segundo palo y con un cabezazo espectacular superó al guardameta.

Este gol dejó claramente al equipo local perdido y sin capacidad de reacción durante gran parte de los minutos siguientes. Culpa de ello fueron también los continuos errores que los jugadores cometían tanto en salida de balón como en la definición. Esto permitió a su rival continuar llevando peligro en cada acción sobre portería. 

En los minutos finales, los locales buscaron 'a tumba abierta' un gol que por lo menos les diese la oportunidad de maquillar el resultado. Pero el partido de sus jugadores de ataque estaba siendo uno de los peores de la temporada. Esto hizo que por primera vez en su historia, el New York City consiguiese la victoria en el estadio de su máximo rival.