La Major League Soccer es una de las ligas más competitivas del mundo. Ya no de puertas para fuera contra equipos internacionales, sino dentro de la misma liga. En 21 temporadas, once han sido los campeones que consiguieron levantar la MLS Cup, lo que demuestra la diversidad equipos que pueden campeonar. Pero esto en ocasiones puede convertirse en una quimera, ya que tan pronto puedes estar en lo más alto como entre los peores equipos de la competición.

Normalmente los proyectos en la MLS suelen durar tres temporadas, y es en la última en donde el trabajo realizado con anterioridad tiene que dar sus frutos. Uno de esos equipos que se encuentra en esta situación es el Chicago Fire, que ha conseguido resurgir cual ‘Ave Fénix’ y en estos momentos se encuentra deslumbrando a propios y extraños.

Cinco años de ostracismo

Fue por el año 2012, cuando el fútbol español se encontraba en su máximo apogeo, una luz se apagaba en el soccer estadounidense. El Chicago Fire se clasificaba para la que es hasta el día de hoy, su última post temporada, unos PlayOff´s de los que ningún jugador de la actual plantilla, permanecía en el equipo.

Frank Klopas era por aquel momento el entrenador jefe del equipo de la ‘Ciudad del Viento’ que se consiguió clasificar para la Knockout Round. En ese partido se vieron las caras frente a un Houston Dynamo que vivía su mejor época y que a la postre sería el finalista de la MLS Cup que se llevó el LA Galaxy.

Foto: Ryan Byrne

Este hecho permitió que el entrenador continuase una temporada más al frente de los de Illinois, pero comenzó entonces una travesía en el desierto en la que pasó cuatro años fuera de los PlayOff´s. En una temporada repleta de problemas, se quedó fuera del período más importante del año por diferencia de goles, ya que acabó con los mismos puntos que el equipo que si lo logró, Colorado Rapids. Esto llevó a que los directivos buscasen un cambio en la dirección del equipo, nombrando entrenador principal a Frank Yallop que llegaba tras una gran etapa en el San Jose Earthquakes.

Este proyecto llenó de ilusión a la afición del Fire, que junto a varios fichajes realizados, pusieron al equipo como a un posible candidato para a la MLS Cup. Sin embargo al finalizar la misma el equipo acabó en la penúltima posición de la Conferencia Este, lo que comenzó a generar dudas, aunque no daban todo por perdido. El segundo año en la etapa del entrenador británico fue peor de lo que se esperó. El equipo logró una racha histórica a la par que negativa, en la que no ganó ningún partido como visitante. A eso se le unió los malos resultados que cosechó como local, dejando un equipo que no funcionaba, y que necesitaba un cambio de rumbo radical. Todo esto propició que el equipo finalizase en el último puesto de la clasificación.

En manos de un campeón del mundo

Los dueños del Chicago Fire veían que el equipo se encontraba en una situación en la que necesitaban un cambio. Alguien que devolviera la ilusión a los aficionados y que pusiese de nuevo al club entre los mejores del Este. El elegido fue Veljko Paunovic.

Como dijo el General Manager, Nelson Rodríguez el día de su presentación: “Con Paunovic conseguimos nuestra primera opción para el puesto de entrenador. Él es un campeón, un gran maestro para los jugadores y un hombre de grandes principios”.

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Las dos primeras características fueron lo más importante para el Fire, ya que el futbolista nacido en Macedonia (antigua SFR Yugoslava) llegaba tras ganar la Copa del Mundo U-20 con la selección de Serbia. Además su experiencia en el fútbol formativo ayudaría a construir un equipo joven que pudiese lograr cosas importantes durante más años.

Pero su primer año no fue nada fácil. A pesar de que pudo incorporar muchos jóvenes futbolistas, la inexperiencia de estos a nivel profesional, perjudicó al equipo. Claro es que un proyecto en la MLS es muy difícil que tenga éxito en su primer año, por lo que una primera mala temporada del nuevo entrenador, no hacía que las alarmas del ‘Parque de Bomberos’ sonasen.

El entrenador llevó a cabo una reconstrucción casi total de la plantilla en donde los jóvenes jugadores comenzaron a tener un papel protagonista en el equipo, al lado de otros más experimentados en la competición. A pesar de que los resultados en este primer año no fueron muy buenos, hubo partidos en los que se comenzó a ver una ligera idea de lo que se estaba fraguando para el futuro.

Terminaron la temporada en el último lugar, por segunda vez consecutiva, aunque las urgencias no eran las mismas que años atrás. Se sabía y se tenía fe en el que el segundo año cambiarían las cosas… y vaya si lo hicieron.

Bienvenidos al nuevo Fire

Con el comienzo del año 2017, quedó claro el cambio radical que el equipo del Chicago Fire iba a sufrir. La necesidad de darle forma a un estilo de juego llevó al equipo a reforzarse con dos jugadores en los primeros meses, que ayudaron a dar un vuelvo de 180º al equipo.

El primero de ellos fue el brasileño Juninho, que tras una temporada en los Xolos de Tijuana, volvía a la MLS, después de haber jugado para el LA Galaxy, dando un espectacular rendimiento. Con el mediocentro carioca sumaban experiencia en la competición, pero sobre todo una gran ayuda en la salida de balón, además de control en el ritmo de juego.

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Pero no se quedó ahí, y unos días más tarde saltaría una de las ‘bombas’ de la pre temporada con la incorporación del ex capitán de los New York Red Bulls, Dax McCarty. Esta llegada significó un golpe encima de la mesa de los de Illinois, ya que pasaba a tener sin lugar a duda, uno de los mejores centros del campo de la competición. Dos jugadores con una gran experiencia, que podrían aportar al equipo lo necesario para traducir la idea de juego de su entrenador al equipo.

Estas dos incorporaciones significaron un cambio radical en el equipo. Paunovic es uno de esos entrenadores de la nueva escuela en donde el balón ha cobrado una importancia mayor, en donde los jugadores técnicos en el centro del campo son la base principal del equipo. Mucha de la culpa de este pensamiento o idea de juego le llega al entrenador de su etapa en el fútbol español.

Pero en el invierno hubo una incorporación que llegó sin hacer demasiado ruido, pero que ha día de hoy, el equipo no estaría en donde está sin su aportación. Ese no es el actual goleador de la Major League Soccer, Nemanja Nikolic. Tras conseguir unos muy buenos números con el Legia de Varsovia, el delantero húngaro está ganándose a pulso la MLS Bota de Oro (16 goles en 19 partidos), con permiso de sus rivales y la media temporada que todavía queda por disputarse.

Junto a varias incorporaciones en muchos de los puestos, reforzaron una plantilla que tardó algunas jornadas en adquirir los conceptos necesarios para desarrollar el estilo de juego del gusto del entrenador. Pero a las pocas semanas del inicio llegó un jugador que reforzó el centro del campo, dándole al equipo un extra que con el paso de las jornadas se convirtió en vital. Se trató del mediocentro alemán Bastian Schweinsteiger. La fiabilidad bávara se incorporaba al Fire para darle una mayor cantidad de variedades al equipo, convirtiéndolo así en un firme candidato a la MLS Cup.

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Poco tiempo tardó en tener efecto la mano de Paunovic en su nueva plantilla, y tras un comienzo dubitativo, se convirtió en un equipo muy fiable que funcionaba como si llevase jugando junto infinidad de años.

Una máquina perfectamente engrasada

La llegad de ‘Schweini’ no vino más que a darle mayor versatilidad al equipo del Fire, que desde ese momento, comenzó a sacar todos sus partidos por victoria salvo algún tropiezo que entrase dentro de las posibilidades.

Ese centro del campo cada vez más protagonista, se destacó como la parte más importante del equipo, combinándose a la perfección en diferentes facetas del juego. Ya sea con un sistema de 1-4-3-3 o con un 1-4-2-3-1, la dupla formada por McCarty y Juninho se sitúa como los mediocentros de contención, siendo aquellos que ayudan a sacar el balón jugado desde la defensa. Esto permite al centrocampista alemán tener una mayor libertad de movimientos para aparecer por cualquier parte del terreno de juego en ataque. En partidos en los que el rival también gusta de la posesión de balón, los tres jugadores forman muy juntos en el centro del campo, y con su superioridad técnica, logran manejar en muchas ocasiones el ritmo del partido, además del control del balón.

El trabajo defensivo de Juninho y McCarty da mayor libertad de movimiento a Bastian

En tareas defensivas la dupla anteriormente señalada es muy solvente, ya que a pesar de que ninguno de ellos es un mediocentro defensivo, putamente destructor, se encuentran entre los futbolistas que mayor cantidad de balones roban. Esto permite al veterano Schweinsteiger mantenerse un poco más liberado de la faceta defensiva, aunque en muchas ocasiones no declina el trabajo en pos del bien del equipo.

Pero por mucho que un equipo base su juego en un estilo concreto, en el fútbol siempre es necesario marcar goles. Y en ese ámbito el Fire no va nada mal. El húngaro Nemanja Nikolic está consiguiendo unos números espectaculares, que de seguir así, romperían todos los registros goleadores. 16 goles en 19 partidos le colocan muy cerca del récord de Bradley Wright-Phillips y Chris Wondolowski de 27 tantos.

Se trata de un delantero de mucha movilidad que permite generar espacios que sean aprovechados por sus compañeros. Destaca también en acciones en carrera, en la que una potente zancada y centro de gravedad bajo, resulta muy difícil para los defensores poder pararle. A todos ojos, se trata de un delantero a la vieja usanza, un ‘killer’ del área que todo lo que pasa por sus pies acaba en gol.

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Pero no todo en el ataque del Fire está siendo el delantero húngaro. Dos jugadores están siendo piezas importantes en el desarrollo de la temporada, David Accam y Luis Solignac. Ambos parten desde las bandas y ofrecen diferentes posibilidades al equipo. El primero es un futbolista muy rápido que aprovecha su velocidad para sorprender a los rivales en balones a la espalda de la defensa. El segundo es un jugador más técnico y posee la habilidad de llegar a línea de fondo en la búsqueda de un centro o realizar diagonales hacía la portería.

La línea defensiva tampoco está pasando desapercibida. A pesar de no ser la zona más representativa ni efectiva del equipo, está cumpliendo en muchos de los aspectos. Joao Meira y Kapplehof se han hecho con el control del centro de la zaga rindiendo a un gran nivel, que a pesar de no tenerles entre los defensas más destacados de la competición, en cada partido están demostrando un gran entendimiento.

En los laterales, dos jóvenes han logrado hacerse con un puesto en el once titular. Matt Polster entró en las últimas semanas en la derecha y está completando unos partidos muy buenos, donde destaca por un buen rendimiento defensivo, que combina a la perfección con incorporaciones al ataque. En el costado izquierdo está otro de los puntales del equipo, Brandon Vincent. El estadounidense está llevando una progresión que le permitirá en un futuro ser un seleccionado para los Estados Unidos. Sus constantes apariciones en el ataque para crear superioridad, unidas a un buen trabajo defensivo, le hacen ser un gran valor para los próximos años.

La portería es la zona del campo que más variaciones sufrió. Comenzó siendo el veterano Rodrigo Bava el guardameta titular, pero en las últimas semanas es Lampson el que se ha hecho con la portería del Fire. Los dos jugadores han solventado con garantías la difícil posición debajo del arco, y aunque han concedido goles, son más lo puntos que han dado a su equipo.

A todos estos jugadores, que son los que más minutos han sumado en lo que va de temporada, hay que añadirles otros futbolistas que a pesar de tener menor protagonismo, están consiguiendo tener su cuota de participación. Jugadores como Michael de Leeuw, Daniel Johnson, Michael Harrington o Arturo Álvarez, han aportado su granito de arena para que el equipo este en la buena situación actual.

Estas son las armas que el Chicago Fire posee y que le han llevado a dar la vuelta a una situación que parecía insalvable. Ahora les queda el paso más difícil, ¿conseguirán proclamarse campeón 19 años después?