La goleada a domicilio es de las que mejor sienta a un equipo, y si esa es además contra uno de los mejores equipos de la competición, sabe mejor. En la primera mitad, los visitantes consiguieron adelantarse en el marcador en los primeros minutos, y eso les sirvió para afrontar el partido con el viento de cara. A pesar de que los texanos lo intentaron, se quedaron muy lejos de conseguir igualar el resultado. En la segunda mitad, apenas 15 minutos sirvieron para asegurar la victoria visitante con dos goles y una expulsión a favor de los visitantes.

De más a menos

En los primeros compases del partido, el conjunto local estuvo muy activa en el ataque, queriendo dejar claro su necesidad de conseguir la victoria para no descolgarse de los puestos altos de la clasificación. Esto les llevó a generar un par de acercamientos sobre la portería de su rival, pero no consiguieron finalizar la jugada con disparos claros.

Pero conforme pasaban los minutos, el equipo visitante fue deshaciéndose de la presión a la que se estaba viendo sometido por su rival, y consiguiendo cada vez mayores acercamientos sobre la portería. En uno de ellos, cerca del minuto 20, aprovecharon un despiste de los defensores locales para adelantarse en el marcador. Ibini-Isei controló un balón en la frontal del área, y tras ver como ningún defensa le presionaba, disparó a puerta, logrando así el primer gol de su equipo.

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A partir de ese momento, el FC Dallas volvió hacerse con el control de la pelota, pero a diferencia de los primeros minutos, sus acciones estaban lejos de llevar peligro sobre la portería de los canadienses. La gran mayoría de sus acciones morían en los pies de la defensa.

El Vancouver Whitecaps, conforme pasaban los minutos, iban perdiendo importancia en el partido en pos de un rival que sólo le faltaba el gol. Durante mucho tiempo, el juego se disputó en su mayoría en el centro del campo. Esto benefició a los canadienses durante un periodo, pero poco a poco el equipo local volvió a las andadas y aumentó la portería de estos. Sólo consiguieron un par de disparos desde fuera del área que fueron muy fáciles de defender para los visitantes.

Esta situación llevó a que el marcador no se moviera hasta el descanso, cuando el colegiado señaló el camino de los vestuarios.

FC Dallas se borra del partido

La segunda mitad tuvo un inicio perfecto para el equipo visitante, que antes de cumplirse los cinco primeros minutos, aumentaron la distancia en el marcador. Un jugador de los Whitecaps fue derribado en el interior del área, lo que permitió que el colegiado señalase la pena máximo y Montero aprovechase para poner el segundo gol para los canadienses.

A partir de ese momento el partido se abrió, dando oportunidades a ambos equipos, con los locales buscando tener el balón bajo su control el mayor tiempo posible y su rival contraatacando en cuanto veían la oportunidad de crear algún espacio. En este periodo de partido, el FC Dallas sufrió una situación en contra que le castigaría para lo que restaba de partido. Carlos Gruezo fue expulsado por una dura entrada un rival, lo que dejó a su equipo con un futbolista menos.

Pero las desgracias nunca vienen solas y unos minutos después de quedarse con 10 jugadores, llego un tercer gol para los Whitecaps, que hacía casi imposible la remontada de los locales. Montero recibió un balón escorado en el lateral del área, y tras superar a los defensores con un control orientado, superó a Gonzalez con un disparo colocado al palo más alejado.

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Este tanto dejó al equipo local totalmente rendido en manos de un rival que pasó por muy pocos problemas en los siguientes minutos. Lo único que hicieron es permanecer bien seguros en defensa y no dejar que los texanos les diesen ningún susto.

La desconexión del FC Dallas permitió que en una jugada de pillería por parte de Mezquida, se aprovechase de una posición adelantada en un saque de esquina, y con una chilena, superó a Jesse Gonzalez por cuarta vez en el encuentro.

Este gol dejó el partido visto para sentencia, con un equipo local que no desistió en buscar el gol en los minutos finales, pero ya fue tarde y sufrieron una durísima derrota como hacía muchos partidos no se recordaba en el Toyota Stadium.

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Sobre el autor
Manuel Vaquero Rodríguez
Apasionado del deporte rey. Disfruto con todo lo que tenga que ver con el fútbol, ver, escuchar, jugar, escribir. Entrenador de fútbol base, disfruto enseñando, pero más aprendiendo. Un buen entrenador es aquel que se hace así mismo, de campos de tierra a grandes estadios. Amante del fútbol internacional y poder descubrir jugadores desconocidos.