El New York Red Bulls ha conseguido resarcirse de la derrota de la pasada semana y ha vuelto a conseguir una victoria que le encarama a los puestos altos de la clasificación. Durante la primera mitad, se vio a dos equipos muy igualados, que apenas llevaron peligro a las porterías. Esto generó que el centro del campo cobrase mucha importancia. La segunda parte fue cayendo poco a poco de lado de los locales hasta que a falta de 30 minutos consiguieron decantar el resultado a su favor.

Máxima igualdad

Desde el pitido inicial, se pudo ver una gran igualdad entre ambos equipos, en donde ninguno conseguía hacerse dueño del balón en el centro del campo, lo que propició que apenas se vieran acercamientos a ninguna de las dos áreas. Las únicas acciones en las que su pudo ver algo de peligro fue a balón parado.

Sin embargo, con el paso de los minutos, el conjunto de los Red Bulls hizo valer su localía y comenzó a controlar el balón. De manera constante, buscaban crear espacios en la defensa rival con mucha circulación de balón. Esto les permitió tener alguna llegada de peligro más que en los primeros minutos, pero los atacantes no estuvieron acertados de cara a portería.

Esto ocasionó que los visitantes tuviesen que buscar en las contras su mayor arma para llevar peligro a la meta neoyorkina. Aprovechando un error en la circulación, Rivas recuperó un balón en el centro del campo y encaró a Robles al que no pudo superar con una vaselina que se marchó ligeramente alta.

Pero en la siguiente ocasión que tuvo no perdonó. Recuperó cuando su rival estaba tratando de salir con él, y por segunda vez en apenas unos minutos encaró a Robles, aunque en esta ocasión le superó con un disparo que entró bajo las piernas.

Cuando se cumplía la primera media hora de partido, el New York Red Bulls logró la recompensa a la insistencia que había mostrado en los minutos anteriores. Davis centró un balón al interior del área pequeña donde aparecía Kljetan para empujar el balón al fondo de la red, pero fue el central Pereira el que sin querer, lo introdujo en su propia portería.

El encuentro continuó siendo una alternancia en el control de la pelota, donde los equipos volvieron a dar protagonismo al centro del campo, dejando a los porteros con escasa participación. Esto originó que el marcador no se moviese más hasta la segunda mitad.

Remontada local

La segunda mitad tuvo un buen inicio para el equipo local, que en los primeros minutes tuvo dos buenas ocasiones de peligro, pero el porter rival consiguió desbaratarlas. La más clara fue un realmente de cabeza de Bradley Wright-Phillips a la salida de un córner, que Bendik tuvo que sacar en la misma línea de gol.

Conforme pasaban los minutos, las llegadas de los locales eran más y más peligrosas, dejando al Orlando City SC muy lejos de la portería rival. Este dominio permitió que a la hora de partido, de nuevo una acción por la banda derecha neoyorkina, finalizase en gol. Adams centró el balón al punto de penalti en donde apareció Wright-Phillips adelantándose a su mercador y empujó el balón al interior de la red.

@NewYorkRedBulls

A partir de ese momento, el balón pasó a ser del control del equipo visitante que empezó a tener mayor presencia en el ataque, espoleados por una necesidad de puntuar. De manera constante acumuló una ocasión detrás de otra, pero la definición en las acciones no fue todo lo exitosa que les hubiese gustado.

A falta de diez minutos para el final del partido, el New York Red Bulls consiguió anotar un tercer gol que cada prácticamente el partido por finalizado. Sean Davis se hizo con un balón en la esquina del área grande, y tras perfilarse para el disparo, mandó el balón lejos del alcance del portero, haciendo efectiva la remontada final.

En los minutos finales, apenas se vio juego, ya que el partido estuvo muy parado por las constantes interrupciones a causa de las faltas. Esto llevó a que no se viese ninguna acción de peligro hasta el final de los 90 minutos. Con lo que si se llegó al final fue con una absurda acción en la que Kaka vio la tarjeta roja directa por tocarle la cara a su ex compañero Collin, cuando ambos estaban bromeando y riéndose.