El New York Red Bulls consiguió el pase a la que será su cuarta final de la Lamar Hunt U.S. Open Cup, después de remontar un resultado adverso de dos goles, ante un rival de un nivel inferior. El conjunto del Cincinnati comenzó muy fuerte pero fue apagándose poco a poco a pesar de haberse adelantado en el marcador. En la segunda mitad, el dominio de los visitantes fue tal, que sólo la insistencia permitió que remontasen la diferencia de dos goles, para conseguir el definitivo pase en la prórroga.

Sorpresa inicial

Como era de esperar, el Nippert Stadium se encontraba lleno hasta la bandera para recibir unas semifinales de la U.S. Open Cup. Desde el pitido inicial del colegiado se pudo ver un partido muy intenso en donde los locales tuvieron mayor iniciativa por ser los primeros en lograr anotar. A pesar de ello fueron los Red Bulls los que tuvieron el control del balón teniendo dos disparos en este periodo.

Poco a poco fueron destacando dos jugadores del equipo local entre el dominio de los visitantes. El portero Mitch Hildebrandt y el extremo Aodhan Quinn. Mientras que el primero logró solventar con éxito las acometidas rivales, el atacante logró poner en problemas por primera vez a Meara.

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La sorpresa saltó a la media hora de partido cuando el conjunto local consiguió adelantarse en el marcador. La acción se gestó en la banda izquierda  tras la que Danni Konig realizó una dejada en el punto de penalti, y apoyándose en la llegada de Corben Bone, permitió que este último anotara el primer gol.

En los siguientes minutos, el New York mantuvo una presión intensa en todo el campo, incrementándola sobre todo en la salida de balón de su rival. De esta manera trataban de recuperar la posesión lo más cerca posible de la portería contraria. En estos minutos, el delantero Wright-Phillips tuvo un par de ocasiones para haber adelantado a su equipo, pero  las buenas acciones del portero disiparon el peligro.

De sueño a pesadilla

Llegó entonces la segunda mitad en donde se vio emoción desde el inicio hasta el final. Cuando apenas el crono pasaba de los cinco primeros minutos, el delantero de los locales, Wiedeman se hizo con un balón y con espacio para correr a la espalda de la defensa en un magnifico contraataque. Con todo de cara para haber puesto a su equipo en mayor ventaja, su disparo fue detenido por el guardameta neoyorkino.

Con los visitantes completamente volcados en el ataque, el Cincinnati trató de continuar sacando ventaja en los contraataques, y fue en uno de ellos en donde a falta de 30 minutos para el final, pusieron un segundo gol de ventaja. Fue el jugador oriundo de la ciudad local, Austin Berry, el que puso el sueño de la clasificación al alcance de la mano.

Sin embargo, cuando el Nippert Stadium se había convertido en una fiesta, la dura realidad golpeó a los aficionados. En apenas tres minutos, vieron como el todopoderoso equipo de los Red Bulls igualó el marcador. En el 75, el recién incorporado al terreno de juego, Gonzalo Verón, aprovechó un error en el despeje de su rival en el interior del área e  introdujo el balón en el fondo de la red.

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El silencio comenzó a reinar en el ambiente. Dos minutos después y de nuevo por banda derecha, Sal Zizzo colocó un centro al área grande en donde Bradley Wright-Phillips, con un gran movimiento, remató el balón y lo mandó a guardar, haciendo imposible la estirada del guardameta.

A partir de ese momento, la euforia imbuyó al conjunto visitante que comenzó el asedio sobre la portería del Cincinnati, teniendo alguna que otra ocasión más que  punto estuvo de dar por finalizado el partido. El más claro fue un remate de nuevo del delantero inglés que se estrelló en el palo. Tras esta acción, el partido llegó a la prórroga.

Con el inicio del tiempo extendido,  el conjunto del Red Bulls continuó dominando y llevando la iniciativa, hasta que en el minuto 10 Wright-Phillips volvió a conectar un cabezazo que mandó el balón al fondo de la red y puso a su equipo en camino para pasar a la final de la U.S. Open Cup.

Los locales buscaron sin demasiado peligro un gol que permitiese mandar el partido a los once metros, pero apenas consiguieron llegar a su objetivo, con un equipo como el visitante, claramente dominador.

De esta manera se rompía el sueño de un equipo que se quedó a minutos de conseguir algo histórico, como es el pase a una final en sus dos años de historia.