Columbus Crew consiguió aguantar el resultado de la ida ante uno neoyorkinos que desde el primer minuto del partido buscaron la remontada. Desde el inicio de la primera mitad el conjunto local buscó un gol tempranero que les facilitase lograr la remontada. Este tanto llegó tras varias ocasiones, pero desde ese momento, los neoyorkinos bajaron el ritmo de manera incomprensible. En la segunda parte, volvieron a salir al campo con clara intención de lograr los dos goles que le faltaban para superar a su rival en la eliminatoria, pero sólo lograron anotar uno. El nerviosismo y la premura con la que buscaron el gol, hizo que cometiesen errores. Esta circunstancia, unida a una gran defensa por parte de los visitantes, permitió que estos consiguiesen de nuevo el pase a la final de conferencia.

Un New York de más a menos

Todo lo que se habló durante la semana en el equipo neoyorkino se puso sobre el terreno de juego. Comenzó el partido con una gran intensidad en la que se volcó sobre la portería de los visitantes, buscando un gol tempranero que les permitiese acercarse en la eliminatoria. Las pequeñas dimensiones del campo, beneficiaron ese planteamiento, originando constantes llegadas de peligro.

Fue cerca del minuto 15, cuando el asedio era prácticamente incontestable, los locales lograron la recompensa a su insistencia. Wallace fue derribado en el interior del área tras anticiparse a su marcador, permitiendo que el colegiado señalase la pena máxima. David Villa fue el encargado de ejecutarla y adelantar a su equipo.

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Tras este primer gol, pareció que el New York City FC se tomó un pequeño respiro, ya que dejó que los visitantes tuviesen mayor control sobre el balón. Sin embargo este cambio en la dinámica no conllevo demasiado peligro sobre la meta ‘citizens’, que se mantuvo muy segura en labores defensivas.

Pasada la media hora, el Columbus Crew tuvo la mejor ocasión para haber anotado desde que el inicio del partido. Justin Meram se perfiló hacia la portería y colocó un balón a la misma escuadra que Jonson tuvo que esforzarse para despejar.

La primera mitad fue madurando y con ella el descanso llegaba de manera inexorable. Esta circunstancia llevó de nuevo a que los neoyorkinos volvieran a buscar con insistencia el segundo gol. La más clara fue un disparo escorado desde el lateral del área de Maxi Moralez, que golpeó en el palo.

En los minutos finales se vieron varias llegadas de peligro, pero ninguna de ellas tuvo la finalidad deseada, dejando el marcador intocable y con ventaja para los visitantes en la eliminatoria.

Remar para quedarse en la orilla

Pese a que Columbus Crew trató de sorprender en los primeros minutos con una salida en tromba, pero pronto los locales volvieron hacerse con el control de la pelota y con las mejores ocasiones. Una en una ‘jugada de laboratorio’ en un saque de esquina en el que Villa se aprovechó de una doble pantalla que realizaron sus compañeros para definir de volea, pero el defensor sacó el balón.

Sin embargo unos minutos después, un doble error del central visitante, Jonathan Mensah, ayudó a que los locales aumentasen la distancia en el marcador y acercasen la ansiada remontada. Struna recuperó el balón en las inmediaciones del área rival y su disparo fue desviado por el defensor africano al fondo de la red.

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Este segundo gol dio alas al equipo local que de nuevo empezó un asedio asfixiante sobre la portería del Crew. Cada llegada se convertía en una ocasión manifiesta de gol, en la que sólo la falta de puntería de los atacantes impidió que el resultado aumentase aún más. La ocasión más clara llegó por parte de Wallace que estrelló un disparo contra el palo.

Los minutos pasaban y el final del partido se acercaba. Esto generó que el nerviosismo apareciese en las filas del equipo local, alejándole poco a poco del gol que les permitiese clasificar. Esta circunstancia permitió que los visitantes recuperasen balones y contraatacaran en la búsqueda de un tanto que les diese prácticamente la eliminatoria.

En el último minuto del tiempo reglamentario y con el partido prácticamente definido, el mundo del fútbol vivió el final de una etapa gloriosa. Entró en el terreno de juego Andrea Pirlo para jugar los últimos minutos de su carrera deportiva si el equipo no le ponía remedio. Pese a intentarlo, los neoyorkinos no consiguieron su objetivo y de manera consecutiva, cayó en las semifinales de conferencia.